¿Podrá conquistar Hollywood los veranos de China?

El segundo mercado fílmico del mundo podría poner fin a su prohibición de estrenar películas extranjeras durante junio y julio
¿Podrá conquistar Hollywood los veranos de China?
¿Podrá conquistar Hollywood los veranos de China?
¿Podrá conquistar Hollywood los veranos de China?

En los regímenes totalitarios, la prensa oficial suele ser la única pista para detectar las intenciones de un poder siempre hermético e impenetrable. Y eso también abarca al arte. Allá por los días del estalinismo, sin ir más lejos, una mala crítica en Pravda equivalía a una invitación al director de turno para pasar una temporadita en Siberia. Y, actualmente, algunos medios del Partido Comunista de China (PCCh) han insinuado algo que podría hacer muy felices a los estudios de Hollywood: el fin de la prohibición de estrenar películas extranjeras (sobre todo, grandes producciones de Hollywood) durante el verano.

Según recoge Variety, se trata de un artículo publicado en China Youth Daily, periódico portavoz de las juventudes del Partido, y reproducido después como editorial por The People's Daily. Titulado "La competición es buena para las películas", el texto reconoce que el gobierno chino mantiene un control férreo sobre la cantidad de cintas extranjeras que llegan al país, limitando o ampliando sus cuotas de estrenos para que estas no les hagan sombra a las producciones locales. Algo que afecta especialmente al llamado "período de apagón", en verano, cuando el lanzamiento de filmes procedentes de fuera de china se prohibe por sistema. Una medida que, según admite el editorial, "nunca ha sido reconocida oficialmente".

El artículo considera esta medida como un error, y considera que su abolición podría beneficiar a la industria local. "Así como uno no puede convertirse en un gran corredor compitiendo contra caracoles, las películas chinas no podrán convertirse en grandes éxitos si temen a los blockbusters extranjeros", sentencia. China Youth Daily, eso sí, no aboga por acabar con el proteccionismo hacia los filmes locales, pero sí por hacer que este sea "moderado". Dicho proteccionismo, señalemos, sólo permite estrenar 34 filmes extranjeros al añodistribuidos por compañías propiedad del estado chino. Amén de una censura implacable que deja fuera, no ya los títulos cuyo argumento es contrario a la línea del Partido, sino también aquellas cintas de género fantástico que incluyen elementos como los fantasmas o el viaje en el tiempo.

Si este editorial es, en efecto, un indicador de que el PCCh se plantea acabar con el 'período de apagón', ¿qué supondría esto para Hollywood? Pues supondría ver el cielo abierto. China es el segundo mercado del mundo para el cine, y el más codiciado hoy en día por las majors: la buena recepción de una película por parte del público del Celeste Imperio puede suponer la diferencia entre un batacazo y un éxito internacional. Más allá de ejemplos históricos (Avatar no hubiera cosechado cifras tan astronómicas si los chinos no se pirraran por los filmes de James Cameron), recordemos que fue su taquilla en China la que convirtió a Warcraft: El origen en un éxito por sorpresa, pese a las malas críticas y los malos pronósticos. Ahora, la película que más podría beneficiarse de esto es Jason Bourneen cuyo estreno chino Matt Damon fue recibido en olor de multitudes.

Ahora que el formato blockbuster parece tambalearse, y que el foreign (la recaudación obtenida fuera de EE UU) se perfila como cada vez más importante para cuadrar cuentas y justificar presupuestos desorbitados, una apertura en el mercado chino podría suponer la salvación para más de un filme, y para el puesto de trabajo de más de un ejecutivo. Irónico pensar, pues, que las fortunas de muchos altos cargos de Hollywood dependan de las decisiones de otros tantos miembros del Politburó.

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