¿Necesitan los cines el 4D para sobrevivir?

Eran los 50 y entre los exhibidores cundía el pánico: ¿Acabaría la televisión con el negocio del cine? Por si acaso las salas comenzaron a cortejar al público con nuevas posibilidades, una de ellas la Smell-O vision u Olorvisión, que como su propio nombre indica se trataba de emitir olores mediante el sistema de aire acondicionado de las salas para que el espectador pudiera experimentar lo que ocurría en la pantalla desde el punto de vista olfativo. Aunque esto se inventó bastante antes de que llegara el cine sonoro no fue hasta la época dorada de la televisión cuando los exhibidores intentaron explotar las proyecciones en Olorvisión. Tenían que elegir una película que no fuera desagradable ya que a nadie en su sano juicio le apetece ir al cine a oler cadáveres o pescado podrido.

El título elegido fue Scent of Mystery con Peter Lorre, que contaba la historia de Oliver, un tipo inglés de turismo por España que descubre una conspiración para asesinar a otra turista y que decide investigar. Los olores debían ayudar a los espectadores a descubrir partes de la trama, muchos de los extraños personajes que se encontraba Oliver por el camino eran fácilmente reconocibles por su olor. Sin embargo el invento resultó un desastre por varias razones, había zonas de la sala donde no se olía, había que respirar fuerte para percibirlos y eso provocaba un molesto ruido que no dejaba disfrutar de la proyección.  Y nos quejamos de las palomitas...

No se le llamó 4D pero lo era, una tecnología que potenciaba la experiencia cinematográfica más allá de lo visual.

Después llegaron las butacas que se movían y después los efectos climáticos de lluvia o de niebla. La técnica avanzaba pero se quedaba relegada a las salas de los parques de atracciones... Hasta el año 2009 cuando abre el primer cine en 4D en Corea del sur con 88 butacas para exhibir Viaje al centro de la Tierra. Después Avatar ayuda a impulsar esta moda por todo Asia, México y Brasil. La película que en el resto del mundo abanderó el 3D fue mas lejos gracias a la empresa CJ 4Dplex, que colocó equipos 4DX en Los Ángeles hace dos años.

El año pasado los cines de Las Vegas se llenaron de agua, niebla, viento, aire, relámpagos, burbujas y olores durante las proyecciones 4DX de Mad Max: Furia en la carretera.

Y en este mismo marzo se abrió la primera sala de cine 4D en Argentina, se inauguró con Kung Fu Panda 3 y Batman v Superman: El amanecer de la Justicia, proyectada también en Nueva York y en la que se mojaba al público en las escenas de lluvia, o se les ocultaba con un efecto niebla cuando la película lo precisaba o se les echaba un chorro de aire en las escenas en las que soplaba el viento (o soplaba Superman).

Estos días en el CinemaCon de Las Vegas la cadena Cineplex Entertainment ha firmado un acuerdo con CJ 4Dplex para emplear esta tecnología en varias salas de Toronto. El invento se expande por que ya no hay una coexistencia pacífica entra las formas de consumir lo audiovisual. Los exhibidores se sienten, de nuevo, atacados por el streaming, por las plataformas de TV online como Netflix y el mercado On Demand. Y por si acaso deciden agarrarse en masa a este clavo ardiendo es hora de separar lo que nos gusta y lo que no del cine en cuatro dimensiones.

-Máxima diversión: ¿Os imagináis Mad Max: Furia en la carretera en 4D? Los asientos se mueven y se nos llena la ropa de arena del páramo. ¿Quién no probaría la experiencia?

-Más elementos, más imaginación: Sería un reto para directores como James Cámeron, su Avatar 2 vendría acompañado de olores y sensaciones que nos transportaría a Pandora. Sería casi como viajar al planeta de los na'vi.

-Evidentemente esta forma de proyección sólo funcionaría con determinados estrenos. La minoría. Nadie va a ver una película de Woody Allen en 4D, al menos que quieran experimentar a qué huele Nueva York.

-Es más caro. ¿Toleraría la gente otra subida en la entrada?

-En una de las primeras pruebas que se hicieron en el National Sea life Centre de Birmingham se llegó a un efecto tal de realismo que hubo varios mareos entre el público. Nadie quiere ir a marearse al cine. Si encima mojan a los espectadores y luego les enchufan con chorros de aire lo más probable es que la mayoría se constipe. ¿Estamos seguros de que queremos que el cine sea una experiencia TAN real?