Johnny Depp podría ir a la cárcel por viajar a Australia con sus perros

Tras ser un juerguista y un bandarra durante buena parte de su vida, tras haber tenido sus más y sus menos con el alcohol en fechas recientes y tras una lesión muy inoportuna rodando Piratas del Caribe 5, Johnny Depp vuelve a tener un problema muy gordo, que (en el peor de los casos) podría hacerle dar con sus huesos en una cárcel australiana. Y, para más INRI, la raíz de dicho apuro son sus perros, dos Yorkshire Terrier llamados Pistol y Boo.

¿Qué papel han jugado los chuchos en esta historia? Lo explicamos: por lo visto, a Depp le cuesta mucho separarse de sus mascotas, con lo cual se las llevó al rodaje de su quinto filme como Jack Sparrow en Australia, a bordo de su avión privado. Hasta aquí, la historia podría haber tenido un final feliz: los perros podrían haber pasado unos días felices al sol del estado de Queensland, jugando con Geoffrey Rush, Javier Bardem, Kaya Scodelario y ese Orlando Bloom que ha vuelto inesperadamente a la franquicia bucanera de Disney. Pero, ay, Johnny Depp tuvo la 'genial' idea de acudir a un peluquero canino, con tal mala fortuna que unas fotos del actor y los canes yendo en pos de su coiffure aparecieron en los periódicos locales.

Al publicarse dichas imágenes, los funcionarios del Ministerio de Agricultura australiano cayeron en la cuenta de que Depp no había tramitado los permisos correspondientes para introducir a sus perros en el país. Así pues, explica The Guardian, le comunicaron un ultimátum fulminante: o se llevaba a los bichos en un plazo máximo de tres días, o estos deberían ser sacrificados, en cumplimiento de la normativa vigente. Dicha normativa no sólo exige el papeleo de rigor, sino también que los animales domésticos cumplan un período de cuarentena, para así evitar la transmisión de enfermedades.

Para evitar males mayores, Amber Heard (pareja de Depp) se ha llevado a los perros de Australia, con destino su hogar en California. Pero a Depp todavía le espera un calvario: según un comité del senado de Australia, el caso podría llegar a los tribunales. Y, de tener lugar el juicio, Johnny Depp se enfrentaría a una posible pena de diez años de cárcel, más una multa de 236.845 euros. Además, el piloto de su avión podría pasar dos años entre rejas, en calidad de cómplice. Por lo pronto, circulan rumores según los cuales el actor habría abandonado la producción, en parte para poner tierra de por medio y en parte para hacer compañía a sus mascotas. Sin embargo, su agente lo niega.