7 historias de Han Solo que queremos ver en su película

La biografía de nuestro contrabandista galáctico favorito está llena de anécdotas (más o menos oficiales) que darían para grandes momentos de cine.
7 historias de Han Solo que queremos ver en su película
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7 historias de Han Solo que queremos ver en su película

¿Es consciente Alden Ehrenreich del fregado en el que se ha metido? Seguramente, sí: interpretando al joven Han Solo en la precuela que prepara Disney, este actor de 27 años no sólo tendrá que estar a la altura de Harrison Ford en cuanto a carisma y chulería (lo cual es, ya de por sí, una tarea hercúlea), sino que tendrá que presentarles al contrabandista corelliano a esas nuevas generaciones que se lo han encontrado en edad jubileta merced a Star Wars: El despertar de la Fuerza

En todo caso, no desesperemos: Alden tiene gracia (basta verle interpretando al cowboy cantarín de ¡Ave, César! para comprobarlo), los directores Phil Lord y Chris Miller (Infiltrados en clase, La Lego películasaben ser originales sin sacar los pies del tiesto, un warsie veterano como Lawrence Kasdan se encarga del guión... y la historia de nuestro contrabandista favorito rebosa con anécdotas y leyendas que quedarían muy bien en pantalla grande. Aunque la mayoría de estas historias figuren en ese Universo Expandido que Disney decidió cargarse de un plumazo cuando adquirió la franquicia, muchas de ellas darían pie a grandes momentos de cine, y también hay otras que figuran sí o sí en el canon de la saga galáctica. Aquí os contamos las que más nos gustaría ver en el cine.

Su atribulada juventud

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Algunos dicen que Han Solo fue criado por una tribu de wookiees (lo cual explicaría sus modales en la mesa), y otros que fue un cazarrecompensas llamado Garris Shrike quien lo acogió para educarlo como su esbirro. Pero eso son conjeturas, y sobre los primeros años del contrabandista sólo sabemos dos cosas: que nació en el planeta Corellia (hogar, dicen, de los mejores pilotos de la Galaxia) y que, de pequeño, las pasó canutas como huerfanito durante los últimos años de las Guerras Clon. Por supuesto, Alden Ehrenreich está ya mayorcito para hacer de un Han que aún no se afeita, pero nos encantaría que Disney conservase algunos de los mitos sobre su  juventud.

Han Solo, piloto del Imperio

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¿Sorprendidos? Pues este es un elemento muy longevo del (ahora extraoficial) canon warsie: que, tras doctorarse en gramática parda con sus primeros trabajos como contrabandista y pistolero, Han buscó horizontes profesionales más estables en el Imperio Galáctico. No nos cabe duda de que, en la academia del planeta Carida, sus instructores debieron hacer palmas con las orejas: por fin habían encontrado un piloto de caza TIE con una puntería presentable. De hecho, nuestro hombre sólo se salvó de caer bajo los rayos blaster de Luke Skywalker, Wedge Antilles u otros ases rebeldes debido a una razón de peso. Una razón peluda y de más de dos metros, para más señas.

El rufián y la bola de pelo

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Tan, pero tan arraigada está esta historia en el mito de Star Wars, que aún aparece en la biografía 'oficial' de Han Solo tras la desaparición del Universo Expandido. Y, para qué engañarnos, es muy bonita: cuenta la leyenda que, siendo un alevín de esbirro imperial , el joven corelliano vio cómo uno de sus superiores azotaba a un esclavo wookiee. Movido por ese buen corazón que, en el fondo, siempre tuvo, Solo detuvo ese maltrato inmediatamente y por las bravas, algo que le costó su puesto en la Marina Imperial... pero que también le hizo ganar un amigo para toda la vida. A estas alturas, ¿hace falta contar cómo se llamaba ese alien peludo? Venga, va: Chewbacca.

El Halcón Milenario

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Aquí no tienen excusa, señores de Disney: este dato no figura en ninguna novela, ni en un cómic, ni en un videojuego, sino que sale directamente de los diálogos de El Imperio Contraataca. Y el dato es el que sigue: tras formar sociedad con 'Chewie', y tras aumentar su curriculum con alguna estafa que otra, Han Solo le ganó una nave tirando a cochambrosa (pero rapidísima) a su amigo Lando Calrissian en un torneo de sabacc, ese juego de naipes cuyo parecido con el blackjack es mera coincidencia. Los detalles sobre el encuentro (celebrado, de acuerdo con algunos, en la Ciudad Nube de Bespin) varían de relato en relato, pero a nosotros nos encantaría verlo en pantalla grande: nos daría ocasión de conocer al joven Lando, y también para mostrar una buena timba galáctica.

Una novia en cada astropuerto

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Dada su percha, su labia y esa cara más dura que el blindaje de un superdestructor, no sorprenderemos a nadie si decimos que Han Solo tuvo ocasión de decirles "lo sé" a una gran cantidad de mozas antes de conocer a Leia Organa. ¿Aparecerá alguna de ellas en la película? Pues esperamos que sí, porque hay donde elegir: desde Salla Zend (compañera contrabandista que casi se lleva a Han al altar, muy a pesar de él) hasta la ilusionista Xaverri. Puestos a elegir, nos gustaría que el interés sentimental de Solo en esta película fuera Sanna Solo, esa esposa abandonada a la que Marjorie Liu se ha sacado de la manga para los nuevos cómics de Marvel: aunque su relación acabase de aquella manera, convertir a Han en el cincuenta por ciento de su primera pareja interracial ayudaría a Star Wars a seguir rompiendo tabúes.

Ese tipo de la armadura

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Aun antes de que Darth Vader pusiera precio a su cabeza, Han Solo estaba ya en la lista de "pendientes" de muchísimos cazarrecompensas. Y los autores del Universo Expandido dejaron esto bien claro haciendo que los caminos del contrabandista y Chewbacca se cruzasen con multitud de mercenarios conocidos por los fans, como Dengar, Greedo (que tiene algo que decir sobre el asunto), el droide asesino IG-88... y, por supuesto, un torvo sujeto de origen mandaloriano, clavadito a su padre Jango y vestido siempre con una mugrienta armadura. ¿Habrá narices de mostrar el primer encuentro entre Solo y Boba Fett en pantalla grande?

¡La Ruta de Kessel!

Con la edad viene la experiencia, y, con ella, el desencanto: a estas alturas, todos sabemos que los parsecs son unidades de distancia y no de tiempo, y que Han Solo es un fantasma de mucho cuidado. Así pues, eso de "hacer la Ruta de Kessel en menos de doce parsecs" suena hoy en día a una forma de impresionar a Luke Skywalker Obi-Wan Kenobi cuando estos buscaban un pasaje rápido a Alderaan. Pero, ojo, porque los autores del Universo Expandido buscaron mil y una maneras de darle un sentido al alarde, haciendo (por ejemplo) que Solo usara un agujero negro como atajo, o indicando que el viaje de marras fue el origen de cierto desencuentro con Jabba el Hutt que acabaría definiendo la historia de la saga. Si la precuela protagonizada por Han tiene un gran clímax galáctico, podemos apostar a que será este.

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