El lobo de Wall Street

Leo DiCaprio consigue que Scorsese recupere su lado más criminal para hacer una de las suyas
El lobo de Wall Street
El lobo de Wall Street
El lobo de Wall Street

La paciencia tiene recompensa. También la confianza. DiCaprio, una estrella huérfana de películas que le hicieran sentirse actor, un día se puso en manos de Scorsese, un cineasta al que no recibía ningún director de banco. “Utilízame”, le dijo el primero al segundo. Y lo hizo a conciencia, sacándose todas las espinitas clavadas. ¿Un proyecto infilmable? Ahí estaba Leo avalando Gangs of New York. ¿Homenajes a los maestros Welles y Hitchcock? Ahí estaba él haciendo acto de fé con El aviador y Shutter Island. “Leo, no tengo ni un Oscar que echarme a la boca”. Con Infiltrados además recuperó puestos en el box-office.

Llegados a su quinta colaboración, El lobo de Wall Street, basada en las memorias de Jordan Belfort, uno de esos seres sin escrúpulos que florecían en la jungla financiera, DiCaprio ha puesto las cartas sobre la mesa, obligando a Marty a jugar una partida que conoce mejor que nadie. Donde había gángsters y violencia en Uno de los nuestros o Casino, el actor quería poner brókers y excesos. La diferencia entre esos chicos listos que daban palizas y planeaban golpes, y los estafadores de El lobo… es casi un matiz, una cuestión de escenario. Lo que importa, la obscenidad de unos comportamientos delictivos y su enorme poder de seducción siguen ahí. La sucesión de acontecimientos de los últimos años sea la que ha cambiado la perspectiva, pero el enfoque de Scorsese continúa siendo el mismo. ¿Hay que recordar que cuando se estrenó Wall Street en 1987 muchos hombres de negocios vieron en Gordon Gekko más un referente que una amenaza? ¿Quién le habría negado un honoris causa al engominado Mario Conde?

Cronológicamente, para Scorsese primero fue la mafia, luego el juego y ahora, en 2014, las dos cosas juntas y revueltas. Si Robert de Niro tuviera un máster en empresariales hablaríamos de trilogía sin dudarlo, pero en su lugar está DiCaprio que ya no necesita imitarle para reivindicar su categoría como actor gigante. Tampoco el resto de actores –Matthew McConaughey vuelve a robar una película con un papel de menos de 10 minutos–, que han mamado las puestas en escena y los diálogos de las películas de Marty, pero que entienden que el valor de ese trabajo estaba en la improvisación, no en la imitación. Ahí tiene mucho que ver Jonah Hill, un secundario protagonista al nivel del mejor Joe Pesci, que hace del desfase método. Hay escenas con DiCaprio –el vuelo a Suiza, la planificación de la fiesta en la oficina…– que están desde ya entre los greatest hits del director de Taxi Driver.

Dura tres horas y desearías que durase otras tres más, porque Scorsese domina el tempo y sabe cómo secuestrar tu atención con sus batallitas de gángsters. También conoce el efecto hipnótico del exceso en el cine, el atractivo irresistible de una montaña de coca, un maletín lleno de billetes o una fiesta con escorts de lujo. “No os separéis de mí y no os pasará nada”, parece decir mientras te cuela en yates y salas de juntas. Puede que haya sido la última vez que sale de farra, pero no lo olvidaremos nunca.

VEREDICTO: Scorsese y DiCaprio hacen saltar la banca de Wall Street.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

El lobo de Wall Street
  • Director:
  • Género:

    Drama

  • País:
  • Sinopsis:

    La historia de cómo Jordan Belfort, hasta entonces directivo de la conocida firma de inversiones Stratton Oakmonts, se convirtió en uno de los nombres más tristemente célebres de las finanzas estadounidenses.

  • RESUMEN: Leo DiCaprio consigue que Scorsese recupere su lado más criminal para hacer una de las suyas

  • ESTRENO: 17/01/2014

  • [The Wolf of Wall Street] Drama / EE UU / 2013 / Dir: Martin Scorsese / Reparto: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Margot Robbie, Matthew McConaughey, Jon Favreau / Guión: Terence Winter

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