¿Ya se puede decir que ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ ES BUENA?

La cuarta entrega de Indiana Jones cumple diez años: ¿Es pronto para salir a la calle a gritar que es una película divertidísima?
¿Ya se puede decir que ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ ES BUENA?
¿Ya se puede decir que ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ ES BUENA?
¿Ya se puede decir que ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ ES BUENA?

Ya ha pasado una década. Fue en aquel mayo de 2008 cuando un montón de fans de Indy llenaron las salas de cine para ver la cuarta entrega de este arqueólogo aventurero que robó el corazón de los espectadores (niños y mayores) en los 80’. Y casi todo ser humano fan del personaje creado por Lucas, dirigido por Spielberg e interpretado por Harrison Ford, salieron echando pestes. “¡Qué decepción!”, decían algunos. “¡Este no es Indy!”, decían otros. “¡Quién demonios es ese tal Shia Labeouf!”, bueno, esto todavía se oye en algunos círculos… El caso, que a nadie le gustó. Tanto fue así que se convirtió en tiempo récord en una de las películas más odiadas de la historia junto a la Amenaza Fantasma.

Diez años han pasado y hoy podríamos decir tranquilamente que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal SIGUE siendo buena. Efectivamente, “sigue” porque nunca ha dejado de serlo.

Indy y la calavera (acortemos un poco el título porque si no esto se nos va a hacer muy largo) es una película estupenda, muy divertida, con un Macguffin a la altura, con personajes muy bien escritos, con una acción muy bien rodada y con escenas que pueden estar entre las mejores de la saga. De hecho Indy y la calavera es mejor que Indiana Jones y el templo maldito.

Se oyen gritos de: ¡SACRILEGIO!

Armas disparando al aire.

Un millar de rostros derritiéndose.

Por favor, queridos y apasionados detractores… Calma. Os vamos a explicar por qué a pesar de la nevera y la bomba nuclear y los monos en las lianas, Indy y la calavera merecen otra revisión.

MIS AMIGOS LOS VEROSÍMILES

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Este es uno de los dichosos momentos que más escoció a los espectadores:

Vale, es imposible. De hecho es una idea tontísima eso de meterse en la nevera, tanto que pudo devaluar para muchos espectadores el intelecto de Indy. Pero, a ver, ¿cómo son de verosímiles las pruebas de La última cruzada? ¿Y lo del tipo que arranca corazones en El templo maldito? Ya os lo digo yo: nada. Pero siempre existirá esa clase de público que Hitchcock definía como “mis amigos los verosímiles” en sus conversaciones con Truffaut.

Estos tipos son los que criticaban las películas del director inglés por ser poco rigurosas y saltarse a la ligera la lógica, la física y en definitiva dar la espalda al puro realismo. Claro que a Hitchcock esto le traía sin cuidado porque lo que él quería con estas escenas era crear emociones.

La escena de la nevera es eso, emoción, intriga, suspense, tener el corazón en un puño…

Pero es que además, esta escena viene precedida por un comienzo endiablado en el que la sombra del héroe hace su aparición tras 20 años justo en el lugar donde se guardó el arca perdida. Esta vez los villanos, por razones obvias, son los rusos y el mal lo encarna una comunista llamada Irina Spalko interpretada por la magnífica Cate Blanchett. Pues bien, entre los millones de cajas guardadas en este mítico almacén en mitad del desierto, Spielberg regala a los fans una escena repleta de acción, de sobrecogedora nostalgia y todo acompañado con la partitura de John Williams, claro.

GRACIAS LUCAS POR ESTE MACGUFFIN

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*Explicación de MacGuffin: un elemento que hace que los personajes avancen en la trama pero que no tiene porqué ser relevante para el argumento.

La historia del MacGuffin de Indy y las calaveras es muy divertida. Si en Indiana Jones y el arca perdida era el cofre sagrado que, según narra el Libro del Éxodo de la Biblia, contiene las tablas de la ley que el mismísimo Dios entregó a Moises, en El templo maldito era un templo maldito y en La última cruzada era el Santo Grial… ¿Cuál debería ser el de la cuarta entrega cuando 20 años después del nazismo el orden mundial es radicalmente distinto?

Spielberg y Lucas tuvieron muchas peleas discutiendo sobre esto. Pero ganó Lucas, que aunque peor director, es más listo que el hambre. Si para los nazis la obsesión eran los objetos esotéricos, ¿qué fue lo que marcó la rivalidad entre EE.UU. y la URSS? Pues, efectivamente, la carrera espacial. El cosmos. Y por eso no hay mejor MacGuffin que las calaveras de cristal, esos objetos son una especie de reliquia que simboliza los distintos mundos habitados por humanos, o seres antropomorfos como nosotros. O también podrían ser un regalo de los primeros seres extraterrestres que habitaron la Tierra y que ayudaron, por ejemplo, a construir las pirámides. En cualquier caso Lucas demuestra lo astuto y perspicaz que es sugiriendo una idea como esta para el Indy cincuentón.

A pesar de que luego, tras las críticas, Spielberg e pase el marrón:

“Me solidarizo con las personas que no les gustaba el MacGuffin porque a mí tampoco me gustó nunca. George y yo tuvimos grandes discusiones sobre este tema. Pero yo soy leal a mi mejor amigo y cuando él escribe una historia en la que cree, incluso si yo no creo en ella, la apoyo”

PADRES E HIJOS

¿Ya se puede decir que ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ ES BUENA?

La relación entre Indy y su hijo interpretado por Labeauf no solo es clave, sino que es uno de los motivos de deleite de la película. Después de La última cruzada donde Sean Connery casi le gana el pulso en galantería, humor y espíritu aventurero a Harrison Ford, en Indy y las calaveras hay ecos de ese vínculo. Aquí tenemos al padre torpe y al hijo caprichoso y el filme está salpicado por réplicas divertidísimas hasta que llega el punto culmen que es el de las arenas movedizas.

Y también esta relación y este personaje, el del hijo, provocan que haya que ver la película desde una nueva perspectiva muy distinta a las anteriores películas.

EL REGRESO DE MARION

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Karen Allen interpretando a Marion Ravenwood es de lo mejor no solo de Indy y las calaveras, sino de la franquicia entera. Su personaje es fácilmente la mejor presencia femenina de todas las películas, por descontado mucho mejor que la irritante Kate Capsha interpretando a Willi en El templo maldito y mejor también que la sobrada de Alison Doody interpretando a la Dr. Elsa en La última cruzada.

En esta película, además, tenemos otra mujer increíble haciendo de villana. Qué bien está Cate Blanchett

Está claro que ninguna de las películas de Indiana Jones ha tratado bien a sus personajes femeninos, llenos de tópicos y siempre revoloteando alrededor del héroe. En Indy y las calaveras tampoco es que haya un cambio gigante en este aspecto ya que Marion pasa demasiado tiempo en la película asumiendo el papel de damisela en apuros y la comunista Irina está muy cerca de cumplir las cualidades de una femme fatal.

MEJOR QUE EL TEMPLO MALDITO

¿Ya se puede decir que ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ ES BUENA?

Sí, lo es. El templo es más taciturna, menos divertida, menos importante, habla de menos cosas. Indy y las calaveras está repleta de escenas que consiguen que la película sea de una diversión tontísima, sí, pero muy, muy disfrutable. Y de eso se trata, de dejarse llevar y disfrutar.

El héroe ha cambiado, el mundo ha cambiado y eso es irreversible, pero la esencia de Indiana Jones sigue latente y merece la pena dejar los prejuicios a un lado para ver esta película de aventuras que sigue estando entre lo mejor del género rodado en la última década.

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