Toronto 2017: Unicornios y pájaros en la cabeza, Brie Larson y Greta Gerwig dirigen

Crecer, pasar a la vida adulta. Del instituto a la universidad. De la universidad al mundo laboral. Dos de las actrices jóvenes con más éxito de hoy, Brie Larson y Greta Gerwig, se han lanzado a la dirección y las dos han elegido la madurez como eje de sus óperas primas. Aunque cada uno lo aborda desde un ángulo y una estética completamente distintos, los dos filmes han protagonizado en el Festival de Toronto una inesperada sesión doble de lo más emocional, divertida y gozosa... para un tipo de público, porque otro las odiará (deja de leer aquí, hater de Frances Ha).

Aunque hermanas generacionales por las preocupaciones de las que hablan (la insatisfacción eterna, la falta de compromiso, de sacrificio, la rebeldía sin causa), a Lady Bird, el debut en solitario tras la cámara de Gerwig se le notan los 10 años que la actriz lleva coescribiendo guiones y su anterior experiencia como codirectora (Nights and Weekends). Su voz de cineasta se oye cada vez más clara, y en el álter ego que se ha buscado, una genial Saoirse Ronan, se la puede ver a ella tan bocazas como Frances Ha, tan impulsiva como Mistress America.

Lady Bird llegaba a Toronto desde Telluride con un rumor de premios bien alto, y en el Festival canadiense no ha parado de crecer. Los pases dejaban a decenas de periodistas fuera, los aplausos (no comunes aquí) se oían tras cada proyección y las risas. Gerwig podría colarse entre los candidatos a guión y Laurie Metcalf, que interpreta a la madre de la protagonista podría medirse con otra gran madre secundaria de este año, Alison Janney en I, Tonya.

Unicorn Store, en cambio, será más difícil verla en los grandes premios. Siendo un mono debut de la actriz Brie Larson, escrito por Samantha McIntyre, es una película mucho más pequeña en escala y en valor cinematográfico. Lady Bird es una reflexión sobre qué es el hogar y cómo alcanzar la madurez escrito desde la madurez, como lo demuestra la relación entre madre e hija; mientras que Unicorn Store es una comedia romántica arco iris que avanza con un macguffin de lo más millennial: su protagonista (la propia Larson) está convencida de que un desconocido (Samuel L. Jackson) le va a regalar un unicornio, una excusa perfecta para poner freno a toda la parte seria que exigen los veintipocos.

Con o sin premios, ambas películas, Unicorn Store con su purpurina, y Lady Bird con su ironía, salen de aquí lanzadas a convertirse en pelis generacionales, en colarse en esas listas de películas que deberías ver antes de cumplir 30.