Toronto 2017: Shia LaBeouf: "Interpretar a McEnroe fue una catarsis"

"¿Podemos dejar de hablar de mi comportamiento?", suelta Shia LaBeouf convertido en un jovencísimo John McEnroe en la película de apertura del Festival de Toronto, Borg/McEnroe.  Lo suelta en una sala llena de periodistas, en una rueda de prensa cuando ya sabe que va a enfrentarse en la final al entonces número 1 del tenis mundial, el sueco Björn Borg (interpretado por Sverrir Gudnason). "¿Nadie quiere hablar de tenis?", dice.

No, nadie quería hablar de tenis. Querían hablar de la rivalidad que alentaban desde los medios entre dos deportistas y hombres completamente opuestos: McEnroe, el malhablado, el showman en las pistas que insulta al público o al juez de línea; y Borg, el gentleman, el hombre-máquina. La película gira alrededor de la final de Wimbledon que jugaron los dos en 1980, para Borg suponía alcanzar el record de ganar el torneo por quinta vez consecutiva, para McEnroe ganarlo por primera vez con 21 añitos. Entre los dos, revolucionaron el tenis, la forma de ver tenis y la popularidad del tenis. Para los dos era un partido clave y el director danés, Janus Metz, va construyendo la tensión en los días previos y echando la vista a sus infancias para entender la psicología de cada uno en el que fue un partido clásico.

"Al elegir esta película, como director quería hacer algo más que una película de tenis", contó durante la rueda de prensa del Festival. "Tenía que ser algo universal, algo que trascendiera el deporte. Cuando leí el guión, encontré una bonita historia sobre cuestiones existenciales, sobre cómo dos personas se dirigen individualmente hasta el límite y más allá". Y la construcción hasta ese límite la hace en términos de "thriller psicológico", controlando la tensión que escala en la última media hora dedicada al famoso partido.

Pero lo mejor de la película, sin duda, es el propio Shia LaBeouf. Sin saber muy bien si se está interpretando a sí mismo o a McEnroe. Al actor, que en los últimos años ha levantado más titulares por sus detenciones, bodas sorpresas, espectáculos en la calle y hasta en ruedas de prensa, le sienta muy bien este personaje que escupe litros de saliva mientras manda callar al público de Wimbledon. Para él mismo ha sido una "experiencia catártica", quizá incluso haya aprendido algo del tenista porque en la rueda de prensa mantuvo su compostura y, aunque brevemente, contestó a todas las preguntas.

Cuando le preguntaron si se identificaba con la atención mediática que despierta por su comportamiento, después de tomar aire, dijo tranquilo: "Ese es otro paralelo que siento con McEnroe, desde luego". Y después reconoció su admiración por el deportista, especialmente, desde que se retiró y se ha convertido "en una especie de Bad Santa del tenis". "Ahora es un tipo bastante dulce. Muy adorable. Me gusta mucho en lo que se ha convertido. No siento más que respeto y amor por él", dijo LaBeouf, cuando justo estos días se confirmaba que no estará en Indiana Jones 5.

Si McEnroe es ahora su modelo a seguir no está mal. Ahora solo falta saber qué piensan McEnroe y Borg de ellos y la película, ya que ninguno de los dos participó en la producción, ni conocieron a los actores. Ellos solitos tuvieron que meterse en un "boot camp de tenis" durante seis meses, durante el cual Shia LaBeouf se rompió el pie.

GRACE JONES FOR PRESIDENT!

En la primera jornada del Festival de Toronto, además, se estrenó el documental Grace Jones: Bloodlight and Bami, que sigue a la cantante, actriz y modelo, al icono, durante la última década, de conciertos, camerinos, fiestas y viajes a su Jamaica natal. Un retrato íntimo y artístico que no desvela grandes secretos, pero sí sirve para sentirse un poco parte de su vida. Y reírse con ella.