Toronto 2017: Qué piensa Lady Gaga de Madonna y otros secretos de la diva

La cantante italo-americana ha sido la estrella absoluta de la segunda jornada del Festival con la presentación de su documental: 'Gaga: Five Foot Two'.
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Asegura que no lo ha visto. En la rueda de prensa que se anunció por sorpresa el jueves y se celebró el viernes, robando el protagonismo al resto de estrellas que pasaran hoy por el Festival de Toronto, Lady Gaga dijo que no ha visto Gaga: Five Foot Two, el documental que hoy ha presentado en este marco y estrenará Netflix en todo el mundo el 22 de septiembre. "No necesito verla", dijo. "Estaba ahí".

La cantante dio acceso al director Chris Mourkabel durante ocho meses a su vida, a la grabación de su último disco, Joanne, a los ensayos de la Super Bowl, incluso le dejó pasar al bautizo de su ahijado o a casa de su abuela o a la consulta del médico en cuya camilla llora desolada por el dolor crónico que sufre. "Chris se convirtió en parte de la familia", reconoció hoy, aunque eso no significara que se hicieran amigos. "Teníamos que guardar la distancia justa entre ser familiar y no acercarme demasiado para que no fuera consciente de la cámara".

Una tarea difícil esta, Lady Gaga lleva casi una década (está a punto de cumplir 10 años de éxito) perseguida por cámaras. Ella misma se llegó a preguntar en momentos del rodaje, "por qué querría otra cámara más pegada" a su cara todo el día. "A veces no la quería, estaba sobrepasada y necesitaba espacio", dijo en la rueda. Por supuesto, ella decidió cuándo y cómo la grababa, aunque el resultado es muy espontáneo y consigue el objetivo de colarnos (de una forma más convencional que el docu de Grace Jones) un poquito en la intimidad de esta mujer con millones de fans por todo el mundo que sufre inmensamente por el dolor de su cuerpo y por la soledad de la fama.

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Así lo explica en el documental en el que llora mucho. Y así lo explicó en la rueda de prensa, en la que también casi rompió a llorar cuando le preguntaron por ese dolor físico y cómo sale retratado en pantalla. "Es duro, pero también liberador", solo acertó a decir entre silencios llorosos. "Es una catarsis", confesó. "Y espero que la gente que sufre enfermedades mentales, ansiedad, dolor crónico, al verlo piense que no están solos".

Con el documental quiere seguir extendiendo su "mensaje positivo", y para hacerlo muestra su cara más vulnerable y cotidiana. Desde fumar porros delante de cámara, a aparecer en topless, o recibiendo inyecciones contra el dolor. Incluso se atreve a aclarar por fin su rivalidad mediática con Madonna.

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"Lo que pasa entre Madonna y yo es que yo siempre la he admirado y aún la admiro, no me importa lo que piense de mí", dice a cámara riéndose. "Lo único que me molesta de verdad sobre ella es que siendo yo italiana y de Nueva York, si tengo un problema con alguien se lo digo a la cara". En este punto, la platea llena de fans aplaudió como loca. Y continuó. "Ella no me miraría a los ojos y me diría que soy 'reductive [uno de los adjetivos que usa Madonna]. Solo quiero que Madonna me empuje contra la pared, me bese y me diga que soy un pedazo de mierda". Los fans volvieron a estallar en aplausos, claro.

Todo lo que querían ver y oír y quizá un poco más se lo ha dado la diva que más les cuida. "Ellos son mi alma y mi corazón", les responde.

MÁS MUJERES

Aunque Gaga fue la reina, no fue la única mujer triunfante de la jornada en la que las dos películas de ficción principales tenían sendas mujeres protagonistas: Jessica Chastain, como la reina del póker en Molly's Game, el debut aburrido de Aaron Sorkin; y Margot Robbie, como la patinadora profesional Tonya Harding en I, Tonya.

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