Todos los 'easter eggs' de 'Jurassic World'

Aunque difiramos en lo accesorio, Jurassic World nos ha puesto de acuerdo en lo esencial: los velocirraptores de Chris Pratt son monísimos, Bryce Dallas Howard hace lo que puede (que es mucho) para administrar semejante sindiós de parque, el Indominus Rex acongoja, y en general el director Colin Trevorrow se las ha apañado para respetar las reglas del blockbuster y ofrecer a la vez una fina sátira sobre la manía de Hollywood por resucitar franquicias sin reparar en gastos. ¿Qué nos queda, pues, por hacer? Pues sacar las herramientas del paleontólogo cinéfilo, y ponernos a excavar en busca de esos guiños y referencias a las anteriores películas de la saga. No hablamos aquí de teorías más o menos disparatadas, sino de referencias situadas de manera muy estilosa en los fotogramas del nuevo filme, para hacernos recordar aquellos días de 1993 en los que Parque Jurásico nos puso el corazón a mil y nos dejó la sangre fría. ¿1993, decimos? Madre mía: está claro que somos unos dinosaurios...

Esto es un secreto a voces desde la aparición de los tráilers, pero no nos resistimos a incluirlo: las puertas por las que los visitantes entran a Mundo Jurásico son las mismas que franqueaban Sam Neill y compañía en 1993, sólo que un poco remozadas y con el nuevo logotipo. Con un diseño tan elegante a la par que prehistórico, nos parece normal que no las hayan cambiado.

Antes de despedirse de sus retoños Ty Simpkins y Nick Robinson, la mamá Judy Greer les recuerda que, para contestar sus llamadas al móvil, tienen que pulsar el botón verde. O el icono, más bien. Y, aunque no lo parezca, esto es un easter egg muy sutil: ¿recuerdas de qué color era el botón de emergencia que restauraba la red eléctrica del parque original? Exacto: el de la esperanza.

Resulta que, tras sobrevivir al primer Parque Jurásico, el doctor Ian Malcolm se convirtió en todo un autor de best sellers: su volumen God Created Dinosaurs ("Dios creó a los dinosaurios") no aparece una, sino dos veces en Jurassic World: puedes verlo en las manos de Katie McGrath, la secretaria 'canguro' de Bryce Dallas Howard, y también en el escritorio de Lowery (Jake Johnson), el técnico friki aficionado a las camisetas de colección y los reptiles de plástico. No es mala marca para un tocho sobre paleontología y física cuántica, ¿verdad?

Ya que sacamos al bueno del doctor Malcolm, ¿recuerdas cómo explicaba la teoría del caos en la primera película? Sí, nos referimos a aquello de "dos gotas de agua deslizándose por tu mano en direcciones opuestas". Aquí, durante el primer ataque del  uno de los desafortunados seguratas de Mundo Jurásico recibe una clase práctica sobre dicho concepto, sólo que, en lugar de ser de agua, las gotas en cuestión son de sangre.

Entre las instalaciones 'educativas' del vestíbulo de Mundo Jurásico, encontramos una en la que los peques (una niña, en este caso) pueden jugar a desenterrar huesos de dinosaurio cual paleontólogos en miniatura. Esto supone un guiño muy bonito a la primera aparición de Sam Neill y su socia Ellie Sattler (Laura Dern), a quienes vimos por primera vez haciendo lo propio en las llanuras de Montana.

En el mundo de Jurassic World, las reliquias del Parque Jurásico original se han convertido en objetos de coleccionista: Lowery (seguramente, el personaje más entrañable de este filme) nos lo recuerda presentándose en su trabajo con una camiseta promocional de 1993. ¿Dónde está la gracia? Pues en que, efectivamente, se trata de una de las camisetas que la película de Spielberg nos mostraba en la tienda de regalos. El diseño noventero de la prenda no está precisamente a la última moda, pero seguro que ésta ha costado un buen pico en algún servicio de subastas online.

Lo sentimos por el director Joe Johnston, pero Parque Jurásico III (2001) es la secuela menos valorada por los fans dinosáuricos. Y Jurassic World no se priva de lanzarle una colleja bien visible: tan visible, de hecho, como ese esqueleto que adorna la avenida principal del nuevo parque: se trata de la osamenta de un espinosaurio, el bicho que ejercía como antagonista principal en dicho filme. Si ves el vídeo de arriba, entenderás que el tiranosaurio de la nueva película tenga todas las razones para hacer arenilla con sus huesos durante la batalla final.

Con el permiso de Ray Harryhausen, Stan Winston podría ser el creador de monstruos más distinguido de la historia de Hollywood: las criaturas de Aliens: el regreso, La Cosa y Terminator, entre otras, salieron de su magín, y también fue el responsable de animar a los dinos animatrónicos de Parque Jurásico. Este titán de la fantasía fílmica, que falleció en 2008, se lleva un bonito homenaje en Jurassic World: Winston's Steakhouse, el restaurante del parque, está bautizado en su honor.

Aunque prácticamente desconocido en España, el cantante Jimmy Buffet es muy querido en EE UU. No sólo ha obtenido varios éxitos con sus canciones de ritmo ligero y temática tropical, sino que también ha producido películas y series, escrito libros... y fundado una exitosa cadena de bares, llamada Margaritaville en honor a su tema más popular. Gracias a la locución del parque, sabemos que Mundo Jurásico cuenta con su propio Margaritaville (donde "siempre es la hora feliz"). Y, además, Buffet se ha permitido hacer un cameo en el filme: cuando los pterodáctilos invaden la zona de tiendas, le vemos sosteniendo, no uno, sino dos cócteles margarita. Después, cuando los dinosaurios voladores le obligan a salir pitando, Buffett sigue llevando sus copas bien aferradas.

Uno de los easter eggs más simpáticos de Jurassic World tiene por protagonista nada menos que al Señor ADN: el personaje animado, que nos explicaba todo eso de la clonación en 1993, reaparece en el vestíbulo de Mundo Jurásico aleccionando a los visitantes más jóvenes desde una pantalla informativa. Greg Burson, el actor de voz que dobló al personaje en el primer filme de la saga, falleció en 2008, así que en esta ocasión su voz es la del propio Colin Trevorrow.

Jurassic World no podía pasar sin un recuerdo tanto a John Hammond (el millonario aficionado a resucitar dinosaurios) como a Richard Attenborough, el actor y director inglés (fallecido en 2014) que le interpretó en Parque Jurásico y El mundo perdido (Jurassic Park). En el vestíbulo del parque vemos una estatua del personaje, muy parecida a la efigie de Walt Disney que se alza frente al castillo de la Cenicienta en Disneyworld. Además, los laboratorios donde su viejo conocido Henry Wu (D. B. Wong) sigue trasteando con la genética llevan el nombre de Hammond Innovation Labs.

Está clarísimo: lo que no podía faltar en Jurassic World es un tributo a Steven Spielberg, que por algo pone la pasta. Y, ya que tenemos un dinosaurio acuático de varios cientos de toneladas y con gusto por la carne de escualo, ¿por qué no marcarnos un guiño a Tiburón? Además de usar una planificación idéntica a la del filme de 1975, la primera aparición del mosasaurio nos muestra a este bicho zampándose a un tiburón blanco de un solo bocado. Ay, si Bruce levantara las aletas...

Puede que, con Tomorrowland, el director de Los Increíbles y Misión: Imposible - Protocolo Fantasma haya firmado el mayor batacazo financiero de lo que llevamos de año. Pero, al menos, le queda el consuelo de haber participado también en su mayor éxito hasta ahora, aunque sea grabando el mensaje de bienvenida que oímos en el monorraíl. Según Colin Trevorrow, Bird y él mantuvieron una relación de sano colegueo durante el rodaje de sus dos películas, intercambiando visitas a sus rodajes y aconsejándose mutuamente.

Pasan los años, y pasan las modas, pero el tiranosaurio rex permanece. Y también permanecen sus gustos: según vemos en Jurassic World, el dinosaurio más agresivo sigue poniéndose como el quico con cabras vivas (cuando le dejan), y también siguen atrayéndole mucho las bengalas de señales. Tal vez esto se deba a que se trata del mismo tiranosaurio que vimos en Parque Jurásico: para comprobarlo, fíjate en esas cicatrices que le dejó su duelo con los velocirraptores en la primera película.

El momento en el que Nick Robinson y Ty Simpkins llegan a las ruinas de Parque Jurásico es todo un festival de la nostalgia. Enseguida entraremos en detalles, pero, para empezar, señalemos que esa bandera con el lema que puedes leer arriba (el cual, ya de por sí, es un guiño a la clásica película de Val Guest) aparecía ya en la cinta de 1993. En lugar de conservarlo debidamente, los chavales usan el trapo para fabricarse una antorcha: esta juventud ya no respeta nada...

¿Necesitas un vehículo para huir de una horda de reptiles? Pues pasa de trastos modernos como las girosferas (sobre todo si llevan incluido un vídeo con Jimmy Fallon) y busca uno de los Jeep Wrangler en los que viajaban los protagonistas de Parque Jurásico: no es sólo que, tras unas reparaciones caseras, el todoterreno siga funcionando, sino que, como nos revelan las pegatinas de su parabrisas, es uno de los coches utilizados por los protagonistas del primer filme durante su primera visita al recinto.

Teniendo en cuenta cómo los protagonistas de Jurassic World reutilizan cacharros procedentes del original, esta película bien podría haberse titulado Reciclaje Jurásico: además de la bandera y el jeep, los hermanitos Robinson y Simpkins también aprovechan esas gafas de visión nocturna usadas por sus predecesores, los peques Arianna Richards y Joseph Mazzello en 1993. En esta ocasión, es comprensible que nadie les diga lo de "son muy caras, déjalas en su sitio".

Fue uno de los momentos más recordados de Parque Jurásico, se llevó un guiño formidable en Toy Story 2, y ahora lo tenemos de vuelta en la Isla Nublar: hablamos de ese plano de un dinosaurio reflejándose en el retrovisor de un camión, con la leyenda "los objetos en el espejo están más cerca de lo que parece". Sólo que, esta vez, en lugar de un T-Rex cabreado, lo que se refleja en el cristal es la Indominus Rex, toda ella colmillos.

¿Cuál es el dinosaurio más cobardica de todos los tiempos? Pues, si nos atenemos a lo que hemos visto en el cine, el gallimimus: si, en Parque Jurásico, una manada de esos bípedos herbíboros estaba a punto de arrollar a los protagonistas, aquí vemos a otro grupo rodeando un camión de turistas a toda velocidad. Por otra parte, ¿te has fijado en la imagen holográfica de un gallimimus en el vestíbulo? Pues se trata del diseño 3D cuyo desarrollo convenció a Spielberg de que hacer una película con dinosaurios digitales era posible, hace la friolera de 22 años.

En Parque Jurásico, el despreciable Dennis Nedry (Wayne Knight) acababa con la cara llena de pringue, primero, y devorado vivo, después, por una horda de dilofosaurios. Estos encantadores animalillos también se asoman a Jurassic World, sólo que en forma de holograma, y además les hace a los protas el favor de distraer a esos velocirraptores traidores que se han lanzado en su persecución. Sigue siendo repugnante, eso sí.

Tratándose del nuevo dinosaurio estrella de la saga, el Indominus Rex tenía que ser el protagonista de unos cuantos guiños por narices. Para empezar, la primera vez que le atisbamos sólo vemos sus ojos oteando a través de la maleza, justo como los velocirraptores de Parque Jurásico. Y, para seguir, su ataque a la girosfera donde viajan los chavales repite, casi plano por plano, el asalto del T-Rex al coche de los protagonistas en la primera película. Lo mejor de cada casa, vamos. Además, cuando Chris Pratt quiere librarse de uno de sus ataques, opta por hacerse el muerto: una estratagema que también aprendimos en el primer filme.