Steve McQueen presenta a sus 'Viudas'

Tras el Oscar por '12 años de esclavitud', encuentro en la Academia con el director británico que regresa con un thriller feminista y racial.
Steve McQueen presenta a sus 'Viudas'
Steve McQueen presenta a sus 'Viudas'
Steve McQueen presenta a sus 'Viudas'

Aunque algunos no lo crean, en 1983, el sol salía cada mañana. Bueno, en Londres más bien lo intentaba. Un adolescente llamado Steve McQueen se quedaba cada noche enganchado a la televisión viendo una extrañísima miniserie de televisión titulada Widows, la historia de un atraco perfecto. Eso no era lo raro, lo peculiar era que el golpe lo daban cuatro mujeres que, tras perder a sus maridos y acuciadas por las deudas, decidían retomar el robo que ellos dejaron planeado. “De repente, descubrí unas heroínas con las que me podía identificar. Hasta entonces, yo soñaba con ser Sean Connery o Johnny Weismuller con ser James Bond o Tarzán. Ellas rompían todos los estereotipos y los prejuicios sociales acerca de lo que podían o no podían hacer, que era lo mismo que sentía yo por ser de color”.

Sororidad, divino tesoro

Steve McQueen presenta a sus 'Viudas'

La historia la había escrito Lydia La Plante, toda una pionera en la representación de la mujer en la ficción. La Plante, que se había iniciado como actriz, escribió Widows harta de que solo le dieran papeles de mujer florero. No contenta con cambiar la historia de la televisión, además de Widows, La Plante también creó Prime Suspect, una de las razones por las que Helen Mirren estrena todavía hoy una película casi cada semana y en la que su particular antiheroína tenía que enfrentarse al machismo, el alcoholismo y un aborto. Casi nada.

Por su parte, el muchacho creció, ganó, se formó como videoartista, ganó un Premio Turner al mejor artista en 1999 y un Oscar a la mejor película por 12 años de esclavitud en 2014. El primer director de color en conseguirlo. Se le abrieron todas las puertas. También las del Palacio de Buckingham. Allí, en una recepción real conoció a La Plante, la mujer que le había dejado turulato siendo un niño. Su cabeza hizo “click”. Viudas, el remake fílmico, sería su nuevo y esperado proyecto.

Viola Davis, también ganadora de un Oscar por Fences, sería su protagonista, la líder de la banda de atracadoras. “Hay quien compara a Viola Davis con Meryl Streep, pero su repertorio es muy pequeño. No le han dado las mismas oportunidades. Por eso quería convertirla en un personaje de acción, pero también en una “vagina”, en un personaje que desarrollara sus relaciones sexuales, que no fuera la típica actriz de color que hace de sirvienta y punto”. Viola es la viuda de un Liam Neeson de un blanco lácteo. “Cuando vas por la calle y ves a una pareja interracial o una pareja de homosexuales dándose un beso lo ves normal, pero si lo hacen en la pantalla te parece extraño. A mí, en el cine, no me interesa lo normal”.

Las siete diferencias

En su versión, la acción pasa de Londres a Chicago. McQueen aduce razones sentimentales (“es el primer lugar en el que expuse en solitario y está muy relacionado con mi mujer”) y artísticas (“necesitaba un lugar que fuera local pero también global. Y eso te lo da Chicago, porque hay todo tipo de comunidades: irlandesas, puertorriqueñas, mexicanas y, claro, también tiene una de las comunidades afroamericanas más grandes de EE UU”).

Así que, lo que en otro lugar parecería un anuncio de Benetton en la película parece normal: las Viudas son la ya citada afroamericana Viola, acompañada de otra compañera de melanina como Cynthia Erivo, pero también una latina como Michelle Rodríguez, y una espigadísima y blanquísima australiana con genes polacos como Elizabeth Debicki. El retrato espacial de la ciudad es, probablemente, lo mejor del filme. Lo simboliza un plano secuencia en un coche que quita el hipo y que está entre los mejores del año: en menos de cinco minutos pasamos de la barriada más degradada de Chicago a la más rica: “Es que la ciudad es así. Todo es segregación racial y económica. Cuando localizaba pasé de ver una casa en ruinas a cuya propietaria quería desahuciar a un loft en un rascacielos cuyo propietario coleccionaba antorchas olímpicas. Tardé 15 minutos en llegar de un lugar a otro”.

Es, pues, un microcosmos de todo lo que va mal en el mundo. McQueen ha incidido en una crítica política que Widows solo apuntaba: aunque la miniserie, con esos homenajes a la laca y los leggings de vinilo se leía como una crítica al thatcherismo, nunca lo enunciaba. Era una carrera contrarreloj entre las viudas y la policía. Una historia de policías y ladrones. Las Viudas de McQueen tienen que competir por el botín con los políticos… y hasta con la iglesia. A fin de cuentas, estamos en la ciudad de Al Capone. Sus herederos, en masculino, son unos tipos de lo más desalmado.

Especialmente Daniel Kaluuya, que se convierte en el negativo de su personaje de Déjame salir con un sadismo digno de Tarantino o de los Coen: “Es un soldado y mata. Cuando creces en un entorno de violencia y vives de ello, acabas por volverte perverso y, después, insensible al sufrimiento de los demás”. Los otros dos hombres del filme son Robert Duvall y Colin Farrell. A Duvall, con 86 años y todo el cine del mundo a sus espaldas, poco le pudo decir: “Casi todas sus escenas son improvisadas. Si los actores mantienen la harmonía y la melodía pueden hacer lo que quieran con el guion”.

Feminismo, thriller, actrices y actores de prestigio… Viudas es su primera película distribuida por una major, pero a eso él no le da mayor importancia: “Una historia es una historia, y eso no tiene nada que ver con el cine comercial o con el cine independiente. Para mí solo hay una categoría de películas: o son buenas o son malas. No hay más etiquetas”. Eso lo afirma con rotundidad (McQueen es muy de afirmar las cosas con rotundidad), pero algo debe haber pensado en la taquilla, pues otro de los atractivos del filme es que está coescrito junto a Gillian Flynn, muy de moda por Perdida y la serie Heridas abiertas. Si conseguirá dar el golpe de su vida, lo sabremos en una semana.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento