[Sitges 2015] Día 6: La doble sesión del éxtasis

Las sensoriales 'MacBeth' de Justin Kurzel y el clásico 'Belladonna of Sadness' se destacan un día realmente bueno.
[Sitges 2015] Día 6: La doble sesión del éxtasis
[Sitges 2015] Día 6: La doble sesión del éxtasis
[Sitges 2015] Día 6: La doble sesión del éxtasis

¿De qué se habla hoy en Sitges? De que por fin la sección oficial ha recibido dos películas contundentes de verdad, con suficientes valores como para arrasar en el palmarés y que nadie se lleva las manos a la cabeza. También, y si no se ha hablado lo comento porque me parece magnifico, que la portada del diario del festival haya correspondido a un film de 1973 que se ha restaurado en 4K y proyectado por primera vez en España, Belladonna of Sadness. Pero de él os hablaremos a continuación. Y para cerrar las conversaciones más habituales: que llevamos, con este, dos días magníficos en los que ni la lluvia de ayer ni la amenaza de que hoy volviera a repetirse han mermado las esperanzas de los que estamos viviendo esta 48 edición.

¿Qué hemos visto? Dentro de la sección oficial, quizá las dos películas más esperabas de las que que faltaban por proyectarse. Comenzamos la jornada con Green Room, el nuevo trabajo del director Jeremy Saulnier tras sorprender a todo el mundo con su magnifica Blue Ruin. En este caso nos lleva a un lugar cerrado, un bar en el que los miembros de una banda de música rock se verán atrapados tras ser testigos de un asesinato. El dueño del local -un gran Patrick Stewart- no está dispuesto a dejar cabos sueltos y lo que al principio parece un simple divertimento con sabor musical se convierte en un tenso thriller de supervivencia que remite al John Carpenter de Asalto a la comisaría del distrito 13. Factura potente, buen reparto y un sentido del ritmo perfectamente medido; Saulnier ya se confirma como un nombre a seguir.

Y para seguir, claro, Macbeth de Justin Kurzel, que tras pasar por Cannes y dividir bastante a los medios aquí ha repetido recepción: unos la echan abajo por su apuesta por la estética y su ritmo pausado; otros -como en nuestro caso- preferimos abrazar su clasicismo y el sentirse apegada y fiel al texto original para levantar así un film que sobrevive gracias a la pasión de todos sus implicados: el reparto, liderado por un titán llamado Michael Fassbender y una sólida Marion Cotillard, la excelsa fotografía de Adam Arkapaw y la personal realización de Kurzel hacen de este film no se limite a ser visto, sino a ser experimentado; es un viaje por un territorio poblado por fantasmas, lleno de niebla y fuego, pasión y rabia. Y sus últimos 15 minutos la colocan muy cerca de las mejores versiones de esta obra de Shakespeare.

Fuera de la sección oficial a competición, aprovechamos la oportunidad única de ver un film casi maldito, una de las obras maestras de la animación de los años 70 como es Belladonna of Sadness, un film que se siente único en la medida en que no existe absolutamente nada igual: libérrimo y cargado de simbolismo, juega con los géneros y el formato como rara vez se han atrevido en un film de animación y las cartas que pone sobre la mesa no están en absoluto marcadas: lo que ves es lo que hay y puedes entrar -o no- en su juego pero no teme su condición de film extremo y valiente. En este caso se trata de una copia restaurada en 4K tomando como base el master original, y el trabajo realizado sobre él es más que sólido, de hecho, la única versión comercializada de la película hasta la fecha era bastante cuestionable, por lo que verla en estas condiciones y en pantalla grande se nos antojaba como una cita clave.

Y para cerrar, Youth de Paolo Sorrentino. El director de La gran belleza extiende su estilo hacia un largometraje que se siente en todo momento como un anexo del film de 2013, o más correcto sería decir que es su consecuencia directa, porque hay un trabajo equiparable a nivel estético y musical, los mismos tics en la utilización de los clímax para generar interés cada ciertos minutos y lo único que verdaderamente cambia es que hay un reparto internacional. No tiene sentido alguno dar rodeos: es una buena película. Ahora bien, carece del efecto sorpresa de la ya comentada y parece más calculada (incluso forzada) que La gran belleza, que era puro arrebato.

¿Qué nos hemos perdido? El film japonés de zombis I Am a Hero. La comparan con Zombies Party a nivel de locura, homenajes y timing cómico, pero por suerte para todos al basarse en un manga bastante famoso es probable que la licencien y acabe también en el circuito comercial. Vamos, que no la hemos visto aquí pero puede que sólo haya que esperar un poco.

Termómetro: Si Fassbender no recibe un premio por su Macbeth es que el jurado ha perdido completamente la cabeza, y la fotografía de la película está a un nivel tan elevado que hace que las demás que hemos visto a concurso parezcan producciones amateur. Green Room también tiene muchísimos valores, como ese Patrick Stewart como jefe neonazi y una realización muy enérgica. Hay material de premios, desde luego.

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