¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?

A falta de una inclusión reglada en el curriculum escolar, proyectos como 'Leer el cine', 'Cine en curso' o 'Aulafilm' transmiten a niños y jóvenes el amor por el cine
¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?
¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?
¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?

“Sois analfabetos”. Así de contundente es el primer mensaje que lanza Héctor García, director de ‘CinEduca’, en la actividad ‘Leer el Cine’. Son las 9:30 de la mañana en el colegio público Gabriel Celaya de Móstoles (Madrid). “Sois analfabetos porque cada vez se lee menos, desafortunadamente, y se ve más. Cada vez os llega más información a través de una pantalla”. Los alumnos de quinto de primaria están sentados en el suelo atendiendo sorprendidos. Héctor ha venido a hablar sobre el lenguaje audiovisual y de su importante hándicap: “su código, que no conocemos. Me están mandando mensajes que yo no soy capaz de leer ni de entender”.

El propósito de la Asociación Cultural ‘CinEduca’ es utilizar el audiovisual como herramienta educativa para enseñar cómo funciona el lenguaje. Fundada en 2012, cada año eligen un tema sobre el que vertebrar las sesiones ‘Leer el Cine’. Es una actividad complementaria que realizan en horario lectivo en los colegios que se inscriben a través de su página web. Tras profundizar en aspectos como la luz o el sonido, este curso 2016 - 2017 eligieron los efectos especiales digitales. Además, emplean una metodología propia, en la que combinan las intervenciones del monitor con videos explicativos sobre distintas técnicas y conceptos que posteriormente llevan a la práctica. A falta de su inclusión reglada  en el currículo escolar, existen en España numerosas organizaciones y asociaciones que, como esta, velan por la difusión del cine dentro del ámbito educativo.

PLURALIDAD Y DIVERSIDAD DE INICIATIVAS

Así, encontramos diversos ejemplos como el programa ‘Un día de cine’. Ángel Gonzalvo es su director y nos cuenta que “siempre hemos trabajado la doble vertiente de alfabetización audiovisual y crecimiento personal, tanto en las sesiones como en las guías didácticas que elaboramos”. Desarrollado por el departamento de Educación del Gobierno de Aragón, nació en el instituto público Pirámide de Huesca y hoy se extiende a más de 30 sedes. El director encuentra necesario hacer hincapié en la necesidad de presentar a los jóvenes las películas como son: productos culturales a valorar como se hace con otras manifestaciones artísticas, conociendo su autoría, su historia, la pertenencia o no a un género, su repercusión social, etc. Cuentan con una página web con la que tratan de crear una comunidad virtual de trabajo para todo el profesorado interesado, además de ofrecerle sesiones formativas.

Otra de las asociaciones que más se han consolidado desde su fundación en 2004 es ‘A Bao A Qu’. Dedicados a la ideación y el desarrollo de proyectos que vinculan cultura, creación y educación; introducen la implicación de profesionales del cine, fotógrafos y artistas que trabajan continuamente con los docentes. La cineasta Nely Reguera, nominada al Goya a la mejor dirección novel en 2017 por su ópera prima María (y los demás), forma parte de su proyecto ‘Cine en curso’. Este programa de pedagogía del cine se desarrolla con alumnado de entre 3º de primaria y 2º de bachillerato, y se introduce dentro del horario lectivo. Después de diversas prácticas con móviles, cámaras domésticas y equipos profesionales, los alumnos realizan de forma colectiva sus propios cortometrajes. En ellos la referencia es que sean historias que les sean cercanas. Así, adquieren un conocimiento del lenguaje no sólo a partir de la observación de la teoría, sino también a través de la práctica. Además de en Cataluña, donde ‘Cine en curso’ se inició en 2005, actualmente se desarrolla en Madrid, Galicia, Chile, Argentina y Brasil. El punto fuerte del proyecto es ser un laboratorio compartido entre docentes, cineastas y el equipo que coordina y dirige. Nely Reguera destaca la importancia de despertar la mirada a los niños y niñas para que se paren a observar su entorno, aprecien su belleza y aprendan a registrarla; “que vean que puede haber historias en ellos”.

DENTRO Y FUERA DEL HORARIO LECTIVO

No todas las iniciativas se desarrollan dentro del horario lectivo. Como ejemplo de actividad extra escolar están los talleres de cine para niños organizados por el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su responsable, Eduardo Cardoso, comenzó a impartirlos hace ya 12 años. Divididos en tres grupos por edades que acuden los fines de semana, busca “crear un espacio de creación, libertad y de cine, fomentando el trabajo en equipo y que ellos se sientan creadores”, explica. Sus grupos se dividen en tres bloques de edades (9 – 12, 13 – 15 y 17 – 18), con los que, basándose en la práctica, realiza distintas actividades como la grabación de cortos, planos secuencia, debates filmados, anuncios, falsos documentales, web series o videoclips.

Otra interesante propuesta es la escuela de cine para niños y jóvenes ‘ORSON the KID’. Esta asociación cultural lleva en activo desde 2001. Sin duda, su actividad estrella es el campamento de verano que, parece ser, engancha. Tanto que, Juanjo Pérez, que acudió al mismo desde que tenía 11 años (ahora tiene 21), no se perdió ni uno hasta que llegó al límite de edad (17 – 18 años), para acabar convirtiéndose en asistente del profesor de cámara. Nada más comenzar, se acude a una clase de cada departamento (dirección, interpretación, cámara, maquillaje, sonido, etc.) impartidas por profesionales de cada uno de los oficios. Acto seguido, los chicos y chicas eligen de cuál quieren formar parte. Así, conformando dos grandes grupos de, generalmente, 20 personas, los equipos de producción están listos para rodar un cortometraje cada uno.

¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?

APRENDER HACIENDO

Volvamos al municipio madrileño de Móstoles. Los alumnos atienden a un vídeo explicativo sobre cómo se hace un croma. A través de estos clips, ‘CinEduca’ rompe con el rol tradicional del profesor como voz absoluta del conocimiento en favor de tutoriales digitales que ellos mismos elaboran antes del inicio del curso en función del tema elegido. Tras el visionado, Héctor García hace varias preguntas para corroborar que han entendido el proceso antes de proceder al momento más entrañable de la actividad. Es hora de llevar a la práctica lo aprendido y ponerse a rodar. La película elegida es Aladdin (1992) y la escena, la de la alfombra mágica mientras suena Un mundo ideal.

Dos nuevos voluntarios son elegidos para protagonizar la secuencia. No obstante, no sólo son necesarios los actores para poder hacer cine, también hacen falta técnicos. Por ello, dos niños son llamados a escena para crear el movimiento de la alfombra; y otros dos para simular el viento que golpea la cara de los enamorados. Y así, se escucha “Acción”, suena la música y la magia del cine sucede. Los demás compañeros de clase, expectantes, estallan en aplausos y risas acompañadas por las felicitaciones de Héctor García y el resto de sus profesores.

¿Todo este esfuerzo para qué?, cabe preguntarse. Aquí entra en juego la medida en que la educación audiovisual dota a los niños y niñas de la capacidad de analizar, valorar y entender aquellas imágenes a las que están expuestos. Desde el mundo académico hablamos al respecto con Susana Díaz: profesora en el departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Además, forma parte de ‘ENCINE’ (Asociación de Enseñantes del Cine) fundada en 2015. Para ella: “cuantas más armas y herramientas de conocimiento tengamos y cuanto más ciudadanos críticos seamos más instrumentos de cambio tendremos”. También muestra preocupación por cómo actualmente lo que se está desarrollando es el estímulo constante, pero sin tiempo de digestión. Algo a lo que ella denomina como bulimia, así lo explica: “hay una bulimia absoluta en el consumo de imágenes, por eso es tan importante enseñar a comer bien, a digerir bien”.

¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?

PROPUESTAS LEGALES

Llegados a este punto es preciso cuestionarse la vía en la que el cine llega a las aulas. En el artículo 32 de La Ley de Propiedad Intelectual se recoge la posibilidad de reproducción de obras en los centros del sistema educativo español por parte del profesorado siempre y cuando se trate de fragmentos, no de la obra completa. Es decir, que la proyección de películas o cortometrajes en las aulas en su totalidad no está permitida, a pesar de que sea una práctica constante. No obstante, existen dos proyectos en los que el visionado de obras completas sí es legal: ‘AulaCorto’ y ‘AULAFILM’.

‘AulaCorto’ es el portal educativo creado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, coordinado por las tres asociaciones del mundo del cortometraje: la Plataforma Nuevos Realizadores (PNR), la Asociación de Industria del Cortometraje (AIC) y la Coordinadora del Cortometraje Español. La plataforma tiene como objetivo ofrecer a la comunidad educativa el cortometraje como herramienta para el aula de una forma legal, ordenada y online. En ella, se ofrece un catálogo diverso de cortos y sus correspondientes guías didácticas dirigidas a profesores de enseñanza primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional. “El adolescente no sólo tiene que ver un corto con principio, nudo y desenlace, sino otro tipo de cine”, cuenta Eduardo Cardoso, que además de impartir talleres de cine para niños en el Círculo de Bellas Artes está detrás de esta web que nació en 2015.

La falta de una oferta de contenidos legales que puedan ser usados por parte de los profesores fue una de las conclusiones a las que llegó la agencia de gestión cultural ‘Las Espigadoras’. Su directora Helena Fernández comenta: “Queríamos crear un puente entre la industria del cine y el sector de la educación de forma que de la colaboración y el diálogo entre ambas partes pudieran salir proyectos realmente interesantes”. Así nació ‘AULAFILM’. A través de su página web, proporcionan a los centros educativos el acceso legal a un amplio catálogo de películas, mayoritariamente españolas y europeas, seleccionadas por su valor educativo y cultural; además de una serie de recursos pedagógicos diseñados para mejorar la comprensión del lenguaje audiovisual. Asimismo, ofrecen a los centros la posibilidad de realizar visionados en las salas de cine de sus localidades a través del apoyo de Screenly: plataforma que lleva desde 2013 organizando proyecciones bajo demanda en salas a través de la reserva colectiva de entradas.

Siguiendo la línea de confluencia entre los distintos entes y personalidades involucradas en Cine y Educación, la Academia de Cine parece haber dado un paso al frente para convertirse en catalizador de un nuevo proyecto que aúne los sectores educativo y cinematográfico y que será presentado al Gobierno. De las reuniones celebradas con ambos grupos salieron una serie de medidas a llevar a cabo como la elaboración de un listado de películas españolas imprescindibles que niños y jóvenes deberían ver antes de los 16 años. El director de la Academia Joan Álvarez describe a la misma como espacio de confluencia entre profesores y cineastas. Y añade: "llevando a las salas a los colegios vamos a formar a las próximas generaciones de espectadores para que lleguen a sentirse orgullosos del cine que se hace en España".

¿Quién educa a los cinéfilos del futuro?

APRENDER VIENDO

Regresemos a la actividad ‘Leer el Cine’ organizada por ‘CinEduca’, volvamos a la clase del colegio Gabriel Celaya donde, ahora sí, llegaba el momento más esperado de la actividad: el visionado de los ejercicios realizados. Tan pronto como fueron grabando la escena en el croma con la espada láser, la canción de Aladdin y el doblaje, se fueron editando las piezas sobre la marcha de tal forma que fuera posible poner a tiempo el broche de oro a la sesión y permitir a los niños y niñas ver sus creaciones.

Una práctica que en los proyectos aquí mencionados se convierte en una constante: que los chicos y chicas concluyan visionando sus propios trabajos. En el caso de ‘Cine en Curso’, por citar un ejemplo, las proyecciones finales se realizan en colectivo. Todos los centros que forman parte del proyecto se reúnen en la Filmoteca de Cataluña y posteriormente en la Cineteca de Madrid. Aquí es cuando ven sus obras en pantalla grande por primera vez, compartiendo sus películas con todos los compañeros. “Es muy emocionante –explica Nely Reguera–, es en este instante en el que también se dan cuenta del gran esfuerzo que han hecho y que hace falta para hacer una película, también por la cantidad de decisiones que hay que tomar”.

PRESENCIA EN FESTIVALES

Además de los visionados de las creaciones propias existen distintos festivales de cine para niños. Es el caso de ‘Mi primer festival’, organizado por la agencia de gestión cultural con 15 años de trayectoria ‘MODIband’, para niños entre 2 y 12 años en Barcelona. Su codirectora Mireia Manén expone cómo para ellas es muy importante el visionado del cine en la sala de cine. Su festival está dirigido tanto a familias como a escuelas, para las que además elaboran unos dosieres didácticos que les envían previamente relacionados con el cine, la historia del cine y el lenguaje cinematográfico. Ya son nueve las ediciones que llevan celebradas.

A raíz de irse especializando y de ir contando cada vez con más circuitos donde programar el cine que al principio solo proyectaban en el festival, hace dos años montaron ‘Rita & Luca Films’, una distribuidora de cine para niños y niñas, buscando estrenar programas de cortometrajes en los cines, editándolos en DVD, además de tener un catálogo de películas. Se dirigen a centros culturales, cineclubes, escuelas y bibliotecas públicas.

Además de ‘Mi primer Festival’, existen otros festivales como el ‘International Youth Film Festival’, con sede en Plasencia desde 2014, en el que participan una media de 300 cortometrajes de todo el mundo, o ‘Cinema Jove’, Festival Internacional de Cine de Valencia, que se celebra desde hace 30 años. Otros certámenes que no se dirigen específicamente a ellos, pero que pretenden acercar el cine de calidad a un público joven o a niños son el ‘SEFF’, Festival de Cine Europeo de Sevilla o Abycine.

En la Filmoteca Española, localizada en Madrid, también han centrado su interés en el acercamiento de la misma a los centros educativos. Su director adjunto, Carlos Reviriego, que además de periodista y programador cinematográfico, es docente, comenta la intención de la Filmoteca de implementar una serie de acciones más frecuentes que hagan que la relación entre la misma y los colegios deje de ser anecdótica y se convierta en algo frecuente. “Queremos que los niños descubran el cine como hay que descubrirlo” – afirma, refiriéndose a las salas – “si no conseguimos que descubran el cine de esa forma, o que aprendan a amarlo de esa forma, cuando sean adultos la Filmoteca les va a dar igual, y esta no se va a conservar. Y sino se conserva la Filmoteca no se conserva nuestro Patrimonio, no se conserva la identidad española en imágenes”.

EL POTENCIAL ILIMITADO DEL CINE

Además de las asociaciones  y grupos aquí comentados, existen otras muchas que tratan de aproximar el cine a los niños y a los niños a las salas. Son ellas las que están salvaguardando el acercamiento de los niños y jóvenes al cine a falta de una presencia reglada y constante en el sistema educativo español. Lo hacen sin el amparo del Estado que, lejos de haber mostrado interés alguno por impulsarlas, ha tomado una postura de indiferencia.

El cine lleva de la mano la constancia, la creatividad, el trabajo en equipo, la generosidad, las ganas de compartir experiencias, de sumar esfuerzos, de autoconocimiento, de expresión. Es un arte que emana vida y que crea miradas que son únicas y que unen. Así ha ocurrido en tantas aulas como la del CEIP Gabriel Celaya de Móstoles. El ambicioso título de la actividad ‘Leer el Cine’ parece haber cumplido su propósito, además de haber traducido esta lectura en una cadena de emociones. Un paso más hacia la alfabetización audiovisual de estos niños y niñas a través del cine. El brillo de las pupilas y la verdad en las sonrisas de los pequeños hace pensar que, verdaderamente, el potencial de este arte no tiene límites.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento