'Project Grizzly': La increíble historia del Iron Man canadiense

No es una parodia ni un 'mockbuster' de 'Iron Man 3': esta película registra los intentos de un inventor de fabricar una armadura de poder para estudiar a los osos pardos. Por CINEMANÍA
'Project Grizzly': La increíble historia del Iron Man canadiense
'Project Grizzly': La increíble historia del Iron Man canadiense
'Project Grizzly': La increíble historia del Iron Man canadiense

110 millones de dólares (84,4 millones de euros). Eso es lo que, según las estimaciones más recatadas, le costó al tarambana de Tony Stark fabricarse su armadura. Una cantidad sólo al alcance de un millonario, científico, playboy y filántropo que, para colmo, vive en un mundo tan afín a los disparates de ciencia-ficción como el Universo Marvel. Pero, claro, nuestra Tierra no es la misma de Iron Man 3, y una hazaña así es totalmente imposible... O tal vez no tanto, como demuestra Project Grizzly. Hablamos de un filme canadiense que Quentin Tarantino considera uno de sus documentales favoritos, y que desde su estreno en 1996 se ha convertido en un título de culto.

¿De qué va la película? Pues nos cuenta la historia de Troy Hurtubise, un militante ecologista de Ontario que fue atacado en su juventud por un grizzly (la variedad más grande y agresiva del oso pardo). Lejos de buscar venganza, Hurtubise quedó fascinado por el animal y decidió consagrar su vida al estudio de la subespecie. Bueno, y también a encontrar al oso que le agredió, al que él apoda 'El Viejo', y arreglar sus viejas diferencias de hombre a plantígrado.

Pero, claro, los grizzlies no tienen el nombre científico de ursus arctos horribilis por nada, y es peligroso meterse en sus intimidades a no ser que uno quiera acabar como el protagonista de Grizzly Man. Con lo cual, decidido a que su vida no acabase igual que un filme de Werner Herzog, nuestro héroe buscó inspiración en la fuente más insospechada: tras ver Robocop en 1987, decidió que la forma más segura de observar a estas criaturas en su hábitat era fabricarse una armadura a prueba de osos.

De este modo, Troy Hurtubise ha dedicado toda su vida desde entonces a la creación de su armadura. La cual, además de un documental sobre su figura, le ha deparado un Premio Ig Nobel, galardón dedicado a los avances científicos particularmente inútiles. No es para menos, porque algunos de los tests empleados por el inventor han sido tan poco ortodoxos como dejar que una banda de moteros le diese una paliza (las armas de los agresores acabaron hechas astillas, y él salió ileso). Por otra parte, y aunque el coste de sus prototipos ha ascendido a 11.500 euros (menos que el estipendio de Tony Stark, pero aun así una cantidad estimable) todos ellos parecen construidos con una combinación de papel de plata y tambores de detergente.

Nos encantaría decir que, tras el estreno de Project Grizzly, la carrera de Troy prosperó, pero no fue así. La vida familiar del inventor está hecha añicos, mientras que sus finanzas cayeron en la ruina tras el intento de darle un uso militar a sus innovaciones. De hecho, un intento de vender una de sus armaduras en eBay acabó en fracaso rotundo. A nosotros sólo nos queda apreciar este delirante testimonio cinematográfico de su proyecto y estar seguros de que, si se conocieran, Tony Stark y él harían muy buenas migas.

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