Netflix, acusada de distribuir pornografía infantil por una web de extrema derecha

La diferencia de valores entre el cine de EE UU y el del resto del mundo (o de Occidente, al menos) es algo que ha quedado patente en muchas ocasiones. Pero en pocas lo ha hecho con tanta fuerza como ahora: PJ Media, una web ultraconservadora financiada por el millonario Aubrey Chernick, ha acusado a Netflix de distribuir pornografía infantil. La acusación se debe a Desearás al hombre de tu hermana (Desire, en inglés), un filme del director argentino Diego Kaplan que figura en el catálogo de la plataforma de streaming y una de cuyas escenas representa el primer orgasmo de una niña.

Según Indiewire, la escena en cuestión no resulta explícita, sino más bien metafórica, con la joven llegando al clímax involuntariamente al imitar a un cowboy que ve en la televisión. La experiencia acaba en un shock enorme para la pequeña, con su madre llevándola al hospital. En Europa, seguramente este momento habría sido cuestionado por su buen o mal gusto, pero las cosas funcionan de otra manera al otro lado del Atlántico: según Megan Fox, columnista de PJ Media, la escena viola las leyes estadounidenses sobre pornografía infantil, algo que la opinadora afirma haber puesto en conocimiento del FBI y las autoridades competentes.

A continuación, el artículo de Fox pasa a deshacerse en improperios contra Netflix, a la que acusa de "adoctrinar a los niños para ser explotados sexualmente" mediante títulos como la serie de animación (para adolescentes y adultos) Big Mouth. 

Por ahora, este incendiario texto ha resultado en unas cuantas amenazas y muestras de indignación en Twitter, lo cual ha llevado al director de la película a aclarar su postura mediante un comunicado en Indiewire. "Antes que director, soy padre", explica Diego Kaplan. Y prosigue: "Por supuesto, la escena fue rodada usando un truco (...) Las niñas nunca supieron lo que estaban haciendo, sólo copiaban lo que veían en la pantalla. Ningún adulto interactuó con ellas salvo su profesora de interpretación, y todo se hizo bajo la atenta vigilancia de sus madres".

Según Kaplan, el contenido escandaloso de su filme "está dentro de las cabezas de los espectadores". "La forma en la que tú crees que se rodó esta escena dependerá de tu nivel de depravación", concluye. Y, desde luego, hay pocas cabezas más depravadas que las de los autoproclamados 'guardianes de la moral'.