'Matrix' y otras películas que no creerás que van a cumplir 20 años

Aunque cueste creerlo, 2018 quedó atrás hace 3 meses. Ese será para siempre el año en el que Marvel dio el puñetazo sobre la mesa de Thanos, el de La forma del agua, Los últimos Jedi y en el que nació el fenómeno de Roma. Pero también en el que celebramos aniversarios como los de Akira, Mi vecino Totoro, La noche de Halloween o del personaje del Capitán América.

Metidos en el fragor de 2019, hoy nos hemos levantado celebrando los 20 años del estreno de Matrix, que llegó a las taquillas americanas el 31 de marzo de 1999, así que vamos a ver cómo fue la cosecha de aquel año y qué clásicos modernos van a soplar las velas de aquí de diciembre.

20 años no son nada para una película cuyos efectos siguen notándose hoy día en los blockbusters que llegan mes a mes. En junio de 1999 los cines españoles recibían la gran opera cyberpunk de los Wachowski, una película que redefinió el final del siglo XX pero a la que siempre le pesó el bajonazo de calidad que fueron sus secuelas.

No lo recordarás, pero hubo una época en la que no había tienda de electrónica que no tuviera en exhibición un reproductor de DVD que no tuviera la película dentro.

El 7 de marzo de 1999 saltaban las malas noticias. El cineasta Stanley Kubrick fallecía en su casa de Londres, disparando los rumores de si le había dado tiempo o no a terminar el corte final de su último trabajo, una adaptación de Relato Soñado, de Arthur Schnitzler.

Cuando Eyes Wide Shut -nombre de la película- llegó a los cines, las dudas acerca del OK final de Kubrick siguieron ya que aunque se eliminaría en las ediciones de video, en una de escenas (cuando Tom Cruise atiende a la chica del cuarto de baño) se podía ver a un técnico reflejado, algo que costaba creer que hubiera pasado el filtro del perfeccionista. En cualquier caso, su testamento cinematográfico llegaba a las salas en septiembre de aquel año y hoy es una obra tan incontestable como 2001: Una odisea del espacio o Senderos de Gloria.

La cosecha del 1999 guardaría un lugar especial para American Beauty, el debut del director teatral (y televisivo) Sam Mendes, una joven promesa de la escena británica que dirigía un guion de Alan Ball en el que saltaban por los aires los secretos de una familia de clase media.

La película terminaría haciéndose con cinco Oscars (entre ellos, Mejor película, Mejor director, Mejor guion y Mejor actor), tres Globos de Oro y seis BAFTAs. Es posible que veinte años después la película haya quedado algo enterrada, pero aquella bolsa de plástico volante fue todo un fenómeno hace 20 años.

Dos jovencísimos estudiantes, Eduardo Sanchez y Daniel Myrick asombraron al mundo con la película que quizá, con permiso de Matrix, más iba a cambiar el rumbo del séptimo arte. Un vídeo que se exhibía en los cines con la premisa de los viejos mondos (es decir, simulando ser real) servía para introducirnos a una nueva técnica narrativa -el found footage o metraje encontrado- a la que empezarían a apuntarse producciones modestas de terror. Pero también, en un mundo, el actual, que se rinde a las fake news y los rumores por Internet, conviene recordar que ya El proyecto de la Bruja de Blair -película que entregó su campaña de marketing al ciberespacio- sirvió para enseñarnos que quizá estábamos empezando a creernos todo aquello que leíamos en la Red, a la que ya le dábamos una verosimilitud desmedida.

Nada menos que dieciséis años después del estreno de El Retorno del Jedi y tras algunos altibajos de popularidad que hoy parece que nunca sucedieron, George Lucas regresaba con nuevo material a Star Wars para contarnos el primer capítulo de "las precuelas", un concepto al que empezábamos a acostumbrarnos.

El viaje hasta llegar ahí había sido tortuoso, con Lucasfilm remasterizando las películas originales y estrenándolas en cines con material rescatado de los archivos y "mejorado" (es un decir) con efectos digitales, con lo que para cuando La amenaza fantasma llegó a los cines, ya habíamos sufrido una campaña publicitaria de muchos años que tuvo uno de sus puntos álgidos cuando la mismísima MTV emitía como un vídeo musical más, el nuevo tema de John Williams, que se colaba así entre Britney Spears y Christina Aguilera.