Los combates de boxeo más bestias del cine

Las películas de boxeo siempre, o casi siempre, responden a unos patrones muy parecidos que explicamos a continuación:

1. Un boxeador fracasado o en su defecto un boxeador de éxito en su peor momento es el protagonista de la historia.

2. Por circunstancias del destino alguien le da la oportunidad de redimirse (en lo profesional y en lo vital) gracias al combate del siglo.

3. Por supuesto, él no está preparado.

4. Además, tiene un problemón personal: o es pobre, o está en la cárcel, o no tiene novia o la tiene pero le va mal.

5. Entonces encuentra el entrenador perfecto.

6. El problema es que el entrenador ya ha dejado el boxeo, o ya no entrena a campeones... O sencillamente está todo el día ebrio.

7. Pero le convence picándole como Hércules a Filoctetes.

8. El entrenamiento es duro pero nuestro protagonista consigue ponerse fuerte y mentalmente implacable.

9. Gana el combate.

Y que aunque parezca que otra cosa nos encantan las películas de boxeo precisamente por eso. Bueno, y por los combates donde aparte de dar rienda suelta a nuestro apetito de violencia podemos ver qué clase de director es el que está detrás de la cámara. Porque rodar un combate de boxeo no es fácil.

Aquí te traemos las mejores y más salvajes peleas en un ring:

Si mezcláramos las peleas callejeras con el boxeo saldrían los combates de The Boxer, la cinta de Jim Sheridan protagonizada por Daniel Day-Lewis es un drama que mezcla boxeo, terrorismo (IRA) y amor. No se puede pedir más. Y si Daniel Day-Lewis está en la cinta y además interpreta a un terrorista que acaba de salir de la cárcel y busca su redención dando golpes con el guante de boxeo… Entonces sí que sí. Estamos ante una película que a priori es prácticamente perfecta.

No vas a ver peleas de boxeo tan sucias como estas nunca. Ojo al momento en el que el personaje de Day-Lewis llamado Danny Flynn coge carrerilla para pegar un golpe de KO a su contrincante.

En esta película se pegan en el ring, en la sala de baile, se pegan en la calle, en un lugar lleno de maniquíes. La historia es la de un boxeador que rescata a una cantante de su jefe, un mafioso y un abusador. Y las peleas no son excesivamente sangrientas. Lo que verdaderamente es bestia es que Stanley Kubrick la escribió, y la produjo, y también la dirigió… ¡Ah, también hizo la fotografía!

Y sí, también la montó… Eso sí que es bestia. Y todo en el año 1955, antes de estrenar Atraco perfecto.

Rocky ha tenido muchos combates muy bestias pero sin duda su contrincante más bruto es Clubber Lang conocido por todos como Mr. T. Nadie puede a Mr. T, nadie menos Rocky. Probablemente no nos hayan dolido más los golpes en toda la saga de Rocky como cuando en uno de los asaltos y a cámara lenta esta bestia parda le asesta tres golpes prácticamente mortales a nuestro potro italiano. Y este en vez de decide vacilarle con chulerías. Este fue el día en el que descubrimos que Rocky era más que un boxeador, era un superhéroe, un símbolo… Era inmortal.

Si Michelle Rodríguez nació para un papel fue para interpretar a la protagonista de Girlfight. Ella es Diana Guzmán, una chica de barrio humilde que no para de meterse en líos hasta que consigue focalizar toda esa furia y ese mal humor en su gimnasio de barrio. Resulta que descubre un talento innato para el boxeo y decide convertirse en una campeona. Ella fue la primera que con sus ganchos nos enseñó que hay vida más allá del boxeo masculino en el cine. Y lo hizo dando los golpes más sucios (e indies) del panorama.

Aunque en Girlfight son más duros los golpes de los entrenamientos que los que se dan encima del ring.

Martin Scorsese estaba tumbado en la cama de un hospital. Después del fracaso de New York, New York, el director se consumía en una vorágine de drogas y líos sexuales que acabó por quitarle las ganas de dirigir. Y entonces llegó él, su amigo Bobby, el gran Robert De Niro, con una historia que merecía la pena contar, si era contada por Scorsese. La del boxeador Jack la Motta, un tipo paranoico, vilento, de carácter enfermizo que llegó a ser campeón de los pesos medios pero que acabó siendo presionado por la mafia para amañar la mayoría de sus combates.

Pero no, no logró convencerle. Scorsese no quería rodar nada y la vida de Jack La Motta no le interesaba lo más mínimo.

Robert De Niro no se rindió y día tras día intentó convencer a su amigo. Un día le contó una escena: En un combate Sugar Ray arrincona a Jack La Motta y comienza a darle la paliza de su vida, la Motta comienza a sangrar y con los repetidos golpes de su contrincante la sangre llega a las primeras filas del público. Scorsese rodó Toro salvaje sólo para poder rodar esta escena concreta. Le salió una obra maestra.

Brian De Palma en todo su esplendor… Ojos de serpiente no es una película de boxeo pero el director decide que sea un combate de boxeo fuera de cámara el contexto perfecto para comenzar esta intriga policiaca en la que un agente de policía de moral dudosa llamado Ricky Santoro e interpretado por Nicolas Cage debe evitar el asesinato del Secretario de Defensa de Estados Unidos.

La película comienza con un fascinante plano secuencia de 12 minutos (sin trampas) en el que nunca se llega a ver el combate de boxeo pero ni falta que hace porque todo lo que pasa fuera del ring es pura violencia.

Micky Ward, el boxeador que interpreta Mark Wahlberg en la cinta de David O. Russell no tiene mucha técnica pero se le da bien recibir golpes. Esto hace que los combates de esta película en la que Christian Bale –que interpreta al hermano drogadicto del boxeador y gana el combate interpretativo– sean especialmente desagradables y violentos. La sangre salta y se seca, los golpes duelen y dejan moratones también en el espectador. Por fin un KO con un golpe en el riñón… Uf, eso tiene que doler, Alfonso Sánchez…

Y de The Fighter pasamos directamente a Redención. La última película de boxeo en estrenarse en España (porque en el resto del mundo ya llevaba desde 2015). Dirige Antoine Fuqua y protagoniza Jake Gyllenhaal. Y aunque el personaje de Gyllenhaal tiene el mismo poder (inmunidad a los golpes) que Mark Wahlberg en The Fighter o Rocky Balboa, en esta película es diferente. Los aguanta pero le pasan factura.

Los combates son brutales pero lo peor, lo que duele, viene después cuando el personaje no puede ni moverse, cuando se mete el dedo en la boca y todo es sangre, cuando hacer el amor con su bellísima mujer (Rachel McAdams) es un suplicio…

Pero sin duda el combate de boxeo que más nos ha dolido ha sido el de Hilary Swank en Million Dollar Baby. Ella es la púgil con más fuerza de voluntad de la historia de las películas de boxeo. Ella es la más dura. La campeona. Pero a todos nos hizo retorcernos en el asiento ese puñetazo ilegal que la lanzó a la lona contra una banqueta mal puesta en el ring…