Las dos falsedades que has visto en 'Bohemian Rhapsody'

Ni Freddie Mercury fue el primer miembro de Queen en lanzarse en solitario, ni recibió su diagnóstico de VIH antes del concierto en el Live Aid.
Las dos falsedades que has visto en 'Bohemian Rhapsody'
Las dos falsedades que has visto en 'Bohemian Rhapsody'
Las dos falsedades que has visto en 'Bohemian Rhapsody'

Ha revolucionado a los fans de Queen, ha triunfado en taquilla y ha provocado debates de alta graduación en redes sociales: está claro que Bohemian Rhapsody no va a ser el filme más aclamado de 2018, pero sí está quedando como el que más ha dado que hablar. Y lo que le queda, porque la perspectiva del filme de Bryan Singer sobre la vida de Freddie Mercury (Rami Malek, en la película) sigue atrayendo reproches. La última andanada viene de IndieWire, web que ha detectado dos inexactitudes de peso (por no decir falsedades) en el guion de la cinta.

El primero de estos errores tiene que ver con la carrera en solitario de Mercury. O, mejor dicho, con las carreras en solitario de los miembros de Queen: según la cinta, Freddie estuvo a punto de romper su grupo desde dentro cuando su manager Paul Prenter (Allen Leech) le convenció de que grabase un disco por su cuenta. Lo cual suena verosímil, salvo si tenemos en cuenta de que Mr. Bad Guy (el único elepé firmado por el vocalista) apareció en 1985… y, por entonces, el batería Roger Taylor había lanzado ya, no uno, sino dos álbumes a su nombre: Fun in Space (1981) y Stranger Frontier (1984). Está bien reconocer que Queen siempre fue un hervidero de egos (en los créditos de su disco, Mercury le daba las gracias a sus compañeros de grupo "por no interferir"), pero qué menos que hacer mención de este hecho.

La segunda falsedad, y la más grave, tiene que ver con una pregunta peliaguda: ¿cuándo descubrió Freddie Mercury que era seropositivo? Bohemian Rhapsody afirma que el cantante recibió su diagnóstico en 1985, poco antes de su mítico concierto en el Live Aid, pero la verdad es más compleja: es cierto que Mercury se hizo las pruebas del VIH en torno a 1985… pero, entonces, el resultado fue negativo. La mala noticia le llegó en 1987, cuatro años antes de su muerte.

Si bien Bohemian Rhapsody puede disculpar esto último como una licencia narrativa para potenciar el drama, lo cierto es que algunos no se lo han tomado demasiado bien. En un artículo para The Daily BeastKevin Fallon asegura que esta forma de presentar los hechos convierte a Bohemian Rhapsody en "una retribución cinematográfica en la que Mercury es castigado de forma póstuma", reduciendo su sexualidad a "un vicio de juerguista" y perpetuando la idea del VIH y el sida como "un castigo a la promiscuidad de los gays". En la propia IndieWire, el crítico David Ehrlich señaló que esta forma de vincular el momento de máxima popularidad de Queen con su concierto más apoteósico le resultaba "inexplicablemente perversa". 

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