La quiniela de los Oscar 2016 de CINEMANIA

Chris Rock ya está preparando los últimos chistes y bailes y numeritos varios de la noche más importante del año para cinéfilos y cinéfilas y amantes del glamour. Y a pesar de que haya películas que se estén llevando todos los premios habidos y por haber la cosa no está clara y eso es bueno porque significa que todas las candidatas son posibles ganadoras, podría ser al contrario, que todas fueran tan malas que nadie lo mereciera, pero todavía no ha llegado ese momento y estamos ante un montón de títulos de diferentes géneros que pueden alzarse con la preciada estatuilla. Nosotros hacemos nuestra propia quiniela (de la que ya te adelantamos nuestra apuesta en la categoría de mejor cortometraje). Si acertamos muchas nos oiréis presumir hasta la saciedad, si no damos ni una esconderemos la cabeza bajo tierra.

Ganará… El renacido. SE LO HA LLEVADO TODO: Globos de Oro, BAFTA, Sindicato de Directores… Técnicamente es una película sobresaliente, Alejandro González Iñárritu vuelve a demostrar que grande es su talento con planos secuencias imposibles y escenas de acción espectaculares y sucísimas. Pero es que además al director mexicano le da también por ponerse filosófico… Total, que los académicos han babeado con este western frío, crudo y demoledor en el que Leonardo DiCaprio lucha con osos, es enterrado vivo, se cae por cataratas…

Nos gustaría que ganara… La habitación. Ya no solo por la cara que se les quedaría al resto de nominados, pocas veces en los Oscar el pez pequeño se come al grande, sino porque esta película irlandesa es la que más cerca está de ser una obra maestra. Una primera hora claustrofóbica y perturbadora y una segunda hora más melodramática pero igualmente intensa donde se retrata con audacia lo que ocurre al salir de la caverna de Platón. Todo en La habitación roza la maravilla: la dirección, las interpretaciones (ese niño llamado Jacob Tremblay), la música, el guión.

Ganará… George Miller. ¿Quién en su sano juicio hubiera apostado porque alguien llegara en la era de los títulos de acción superheroicos y desmontara el género más complicado de rodar para hacer la película más frenética, entretenida y lúcida de la década? Efectivamente, nadie. Pero llegó George Miller y con 68 años resucitó su la saga de Mad Max e hizo Mad Max: Furia en la carretera. Y de qué manera. Sería un Oscar incontestable y muy aplaudido.

Nos gustaría que ganara… George Miller. Aquí no hay alternativa, lo debe de ganar el director australiano y punto. Por devolvernos al yermo a través de golpes de adrenalina e imágenes epilépticas que, sin embargo, cualquier espectador puede disfrutar. Una película hecha para ser un gran espectáculo. El entretenimiento definitivo. Alfonso Cuarón lo ganó en su día con Gravity por renovar la ciencia ficción, esperamos que la Academia haga lo propio con Miller.

Ganará… Brie Larson. Después del Globo de Oro, del BAFTA, del reconocimiento del Sindicato de Actores, de los Critics Choice Awards y de la Asociación de Críticos de Chicago quedan pocas dudas de quién se llevará este Oscar. Larson hace un trabajo complicado en La habitación , una mujer que lleva siete años encerrada en un cubículo junto a su hijo de cinco. Su capacidad para interpretar la desesperación contenida de esta madre que transforma la realidad de su hijo con ingenio no ha pasado inadvertida para los académicos que por otro lado siempre buscan consagrar a nuevas (y jóvenes) estrellas en un afán de renovar el star system constantemente.

Nos gustaría que ganara… Cate Blanchett. Vale, ya tiene dos Oscar, uno por Blue Jasmine (merecidísimo) y otro por hacer de Katharine Herpburn en El aviador (ella era lo mejor de la película…) ¿Y qué? Blanchett vuelve a demostrar que está muy por encima del nivel general en la industria, su belleza de corte clásico, su abrumador carisma, su facilidad para escuchar e hipnotizar al espectador son motivos suficientes. Además, premiándola, la Academia arreglaría la grave ausencia de Carol entre las películas nominadas. Posiblemente sea la mejor historia de amor del año, sí, mejor y mucho más delicada que Brooklyn. Ver Carol es como enamorarse.

Ganará… Leonardo DiCaprio. El clamor popular para que DiCaprio gane el Oscar ha llegado a tal envergadura que si no lo gana es posible que los fans del actor salgan a quemar contenedores. Así que lo mejor es que Leo se lleve el Oscar por su papel en El renacido y todos salgamos a celebrarlo a Colón o donde toque. Además se lo merece, las calamidades que pasó para rodar la película de Iñárritu no deben de ser muy distintas de las que pasó Hugh Glass, el explorador del siglo XIX al que interpreta.

Nos gustaría que ganara… Bryan Cranston. A pesar de que Trumbo es casi un telefilme sobre la vida del guionista de Espartaco o Vacaciones en Roma, el trabajo de Cranston es todavía más enérgico que el de DiCaprio y mucho más sutil. Lo que hace el actor en esta película sobre el que posiblemente sea el capítulo más vergonzoso en la historia de Hollywood es muy complicado y además puede que nuestro querido Walter White no tenga muchas más oportunidades de ganar la estatuilla y le queremos ver recoger el premio. Vale, también nos gustaría ver la cara de DiCaprio. Mucho. Sería un gif maravilloso.

Ganará… Alicia Vikander. Como en el caso de Brie Larson, la Academia sigue en busca y captura de la próxima princesa de América y está claro que la encantadora Vikander es una fuerte candidata para el puesto. A parte, su papel en La chica danesa, mucho más honesto y mucho menos evidente que el de su compañero Eddie Redmayne es muy premiable. Aunque no se ha llevado ni el Globo de Oro ni el BAFTA todo indica que Vikander subirá a recoger la estatuilla.

Nos gustaría que ganara… Rooney Mara. Sería muy bonito que tanto Cate Blanchett como Rooney Mara, la maravillosa pareja de Carol, se llevasen sendas estatuillas. Sería justo además porque el trabajo de una no se entiende sin el de la otra. Solo de esta forma perdonaríamos a la Academia el feo que han hecho a la preciosa película de Todd Haynes.

Ganará… Sylvester Stallone. Con su interpretación en Creed se lo merece y la Academia le va a conceder el reconocimiento de la misma forma que le premiaron en Los Globos de Oro y los BAFTA. Y todos se levantarán y aplaudirán a este tipo que tanto ha hecho por el cine. Además no cabe duda de que tras siete películas interpretando a Rocky, Stallone se ha marcado un Richard Linklater sin pretenderlo: el inclemente paso del tiempo a través de los ojos del potro italiano.

Nos guastaría que ganara… Mark Rylance. Y si no fuera por el emotivo momento que se prevé cuando lo gane Sly, Rylance sería el justo ganador y la Academia lo sabe. Su papel en El puente de los espías es colosal, por usar un adjetivo que se intente ajustar al trabajo de este dramaturgo como espía ruso en suelo americano. Su relación con Tom Hanks es pura química y deja para los restos no solo un personaje memorable sino un par de frases icónicas que hacen de esta película un clásico inmediato… Como (casi) todo lo que hace Steven Spielberg.

Ganará… Del Revés. Estando esta absoluta obra maestra entre las nominadas no hay lugar para las apuestas. Pixar lo ha vuelto a hacer y esta película sobre el comienzo de la nostalgia que nos presentó a Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo y los convirtió en nuestros personajes animados favoritos para siempre ha vuelto a marcar un hito en el cine de animación. Otro.

Nos gustaría que ganara… Anomalisa. La Academia no se atrevería nunca a premiar una película tan arriesgada y tan compleja sobre el ser humano, tan cruel, tan profunda y tan adulta. Y sin embargo, no está tan lejos de la genialidad de Pixar. No habría mejor forma de festejar el regreso de Charlie Kaufman que con un Oscar. Anomalisa no solo tiene un guión brillante también es preciosa visualmente.

Ganará… El hijo de Saúl. Es casi uno de los premios más cantados de la noche. Las películas sobre el Holocausto tienen todos los favores de la Academia por razones obvias pero además es que técnicamente El hijo de Saúl. es una obra maestra incuestionable construido alrededor de su protagonista, un judío húngaro que se obsesiona el cuerpo de un niño al que salva de los hornos crematorios. Es una película tan dura que duele.

Nos gustaría que ganara… El hijo de Saúl. Su superioridad es tal que no podríamos estar más de acuerdo con la predecible decisión de la Academia. A pesar de títulos sobresalientes entra las nominadas como Mustang o Theeb, la película de László Nemes es tan incómoda que se pega a las retinas y es muy difícil de arrancar. El hijo de Saúl retuerce un tema que ya parecía estar agotado.