Guiones con agujeros: 10 películas clásicas que suspenden en lógica

[SPOILERS] Ni siquiera las mejores películas se libran de los cabos sueltos o las escenas que no cuadran. Aquí te ofrecemos ejemplos selectos. Por CINEMANÍA
Guiones con agujeros: 10 películas clásicas que suspenden en lógica
Guiones con agujeros: 10 películas clásicas que suspenden en lógica
Guiones con agujeros: 10 películas clásicas que suspenden en lógica

Todos las hemos visto. Todos las adoramos. Algunas, incluso aparecen en nuestra lista de las 200 mejores películas de todos los tiempos, y en algunas más (que no molan tanto, claro). Pero todo en esta vida tiene defectos, y nuestros filmes favoritos no se libran de los 'agujeros' en el guión. Por muy estudiadas que estén sus tramas, por mucho que el director y el guionista hayan atado todos los cabos posibles, siempre habrá escenas en las que algo no cuadre, un personaje se comporte de forma poco coherente u ocurra algo que llame la atención de un espectador avispado, o de una web especializada como Movie Plot Holes. A continuación te ofrecemos algunos de los títulos que más nos llaman la atención, pero te garantizamos que hay muchos más. ¿Se te ocurre a ti alguno?

Ciudadano Kane (1941)

La escena: El millonario Charles Foster Kane (Orson Welles) muere en su megamansión tras pronunciar la palabra "Rosebud". Averiguar el significado del vocablo de marras será el macguffin que impulse toda la película.

¿Dónde está el fallo? Según se nos insiste machaconamente durante el filme, Kane fallece abandonado por todos, salvo por sus millones, y más solo que la una. ¿Quién estaba presente durante el óbito para escuchar su última palabra?

El caballero oscuro (2008)

La escena: Para evitar que Batman (Christian Bale) le amargue la animada fiesta que comparte con la flor y nata de Gotham, Joker (Heath Ledger) arroja por la ventana a la indefensa Maggie Gyllenhaal. Así las cosas, el Hombre Murciélago no tiene más narices que lanzarse a por la chica.

¿Dónde está el fallo? Batman se comporta como el héroe que es, por supuesto, pero... ¿De verdad espera Christopher Nolan que nos creamos que Joker va a quedarse con los brazos cruzados tras despacharle? Si esto fuera un guión de Denny O'Neil, todos los invitados al party estarían muertos en lo que se tarda en decir "¡Sonríe!".

Ocean's Eleven (2001)

La escena: Con su encanto y su cara dura, Danny Ocean (George Clooney) estafa al mafioso Andy Garcia proponiéndole una alternativa insalvable: o deja que él y sus chicos se lleven la mitad de los fondos de su casino, o destruirá todo el dinero con explosivos. Tras acceder, el malo descubre que la victoria de Ocean ha sido total, y que en los sobres donde supuestamente está el resto de la pasta sólo hay tarjetas.

¿Dónde está el fallo? ¿De dónde salieron las tarjetas de marras? Dado que Ocean y sus chicos tuvieron que descender por el hueco de un ascensor para llevarlas hasta allí, es poco probable que las llevaran ellos, y los falsos policías que les acompañan en el golpe tampoco parecen llevarlas encima. Nuestra única explicación es que quien las plantó fue Steven Soderbergh, que también estaba en el ajo.

El mundo perdido (Jurassic Park) (1997)

La escena: Toda la tripulación de un barco que transportaba a un tiranosaurio aparece brutalmente devorada. Vamos, lo normal cuando llevas a un reptil gigante a bordo...

¿Dónde está el fallo? ...Salvo si dicho reptil gigante se pasa toda la travesía encerrado en un contenedor de metal reforzado. Es posible que un tal Steven Spielberg le abriese la puerta, claro.

Superman (1978)

La escena: En una proeza que desafía todas las leyes de la lógica, el Hombre de Acero retrocede en el tiempo para salvar a su amada Lois Lane de un accidente de coche, y para evitar que el derrumbe de una presa inunde un pueblecito.

¿Dónde está el fallo? Pues en que, en la siguiente escena, vemos a 'Supes' salvar a la chica, pero del pueblecito de marras no vuelve a decirse ni pío. Como diría Batman, ese maldito boy scout de Metrópolis sólo va a lo que le interesa.

Reservoir Dogs (1992)

La escena: En un mexican stand-off de los que hacen historia, Harvey Keitel, Lawrence Tierney, Tim Roth y Chris Penn se enfrentan pistola en mano. Keitel apunta a Tierney, Tierney apunta a Roth, Keitel apunta a Tierney y Penn apunta a Keitel. Al final, todo acaba en un baño de sangre.

¿Dónde está el fallo? Aceptamos que la mayoría de los personajes se lleve su bala correspondiente, pero siempre nos preguntaremos quién dispara al personaje de Chris Penn, dado que a él no le apunta nadie. ¿Será que Tarantino sostenía un arma desde la silla del director?

Cadena perpetua (1994)

La escena: El pérfido alcaide Bob Gunton hacía bien al fruncir el ceño frente a ese póster gigante de Raquel Welch: resulta que Tim Robbins, su recluso de confianza, lo utilizaba para tapar un túnel excavado durante años.

¿Dónde está el fallo? Como truco para despistar a los guardias, el póster no tenía rival, pero ¿cómo consigue Robbins volver a fijarlo al muro una vez ha entrado en el túnel? Se admiten apuestas.

Matrix (1999)

La escena: Bueno, más que de una sola escena aquí hablamos de una premisa general. En la película de los hermanos Wachowski, sólo los personajes muy duchos en informática, como Neo, logran adivinar que su mundo es una simulación virtual.

¿Dónde está el fallo? Así las cosas, ¿por qué las máquinas permiten que haya ordenadores y programadores dentro de Matrix?

Eduardo Manostijeras (1990)

La escena: En uno de los finales más bonitos de la historia del cine, el robot cuchillero Johnny Depp talla esculturas de hielo desde su lóbrega mansión. Las esquirlas, al ser arrastradas por el viento, hacen que nieve sobre un luminoso pueblecito de California.

¿Dónde está el fallo? Como nos informa el personaje de Winona Ryder, Eduardo no ha salido de su mansión en décadas y nunca se deja ver fuera de ahí. Así pues, nos preguntamos cómo se las apaña para conseguir los bloques de hielo. Los pedirá por teléfono, o algo.

El sexto sentido (1999)sexto_sentido

La escena: Nos encontramos con otro de esos agujeracos que marcan toda una película. Porque, como descubrimos en otro final de traca [SPOILERS] el psiquiatra infantil al que encarna Bruce Willis no es más que otro de esos muertos a los que (en ocasiones) ve Haley Joel Osment [/SPOILERS].

¿Dónde está el fallo? Repasemos los datos: el personaje de Willis no cruza una palabra con nadie en toda la película, salvo con un crío capaz de ver espíritus. Todo el mundo parece ignorarle, y no sabemos cómo o de qué manera ha recibido el encargo de asesorar al chaval. Si M. Night Shyamalan nos la coló esta vez fue gracias a su buen hacer como director y a que aún no le habíamos pillado el punto, claro, pero en sus siguientes películas...

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