Guillermo Toledo: "En el cine español se trabaja en precario"

Tras señalar a Emilio Aragón e Imanol Arias por las malas prácticas de sus productoras, el actor de 'Crimen ferpecto' nos habla de las condiciones laborales en el cine español. Si pensabas que tu trabajo te aprieta las tuercas, espérate a leer sus declaraciones. Por YAGO GARCÍA
Guillermo Toledo: "En el cine español se trabaja en precario"
Guillermo Toledo: "En el cine español se trabaja en precario"
Guillermo Toledo: "En el cine español se trabaja en precario"

Jornadas laborales de más de 12 horas, 7 días por semana. Sueldos de mileurista. Despidos arbitrarios. Pésimas condiciones de trabajo, y el absoluto desprecio de tus superiores. ¿A qué sector laboral corresponden estas condiciones tan negras? "A cualquiera en tiempos de crisis", podríamos pensar. Pero según el actor Guillermo Toledo, que publica su libro Razones para la rebeldía el 15 de septiembre, todos estos abusos (y algunos más) se dan cotidianamente en dos sectores de los que el público apenas se acuerda cuando piensa en la precariedad de los trabajadores: el cine y la televisión. "El 70% de los actores españoles están en paro, y los sueldos se han reducido hasta menos del 50%", explica el protagonista de Crimen Ferpecto a CINEMANÍA. Para indicar acto seguido que esto es sólo la punta del iceberg: los intérpretes con cierto renombre, como él mismo, son "una minoría de privilegiados" en un mundillo cuyas empresas, "con honrosísimas excepciones", tratan cada vez peor a sus obreros.

Toledo, que tiene pendiente de estreno La chispa de la vida (la nueva de Álex de la Iglesia) y partirá el 19 de septiembre para un festival de teatro en Taiwán, señala en Razones para la rebeldía a dos productores, y también actores, como practicantes habituales de muchas de estas formas de explotación: Emilio Aragón e Imanol Arias. Ahora confiesa arrepentirse de haberles señalado, "porque sólo cité a dos personas. Puestos a acusar, hay que hablar de todo el mundo... Y los que cometen estas prácticas son muchísimos: o los nombras a todos, o a ninguno". Aún así, le parece "muy triste ver a actores explotando a otros actores".

El actor nos cuenta que el panorama de un trabajador del cine español no difiere mucho del de un teleoperador o un oficinista de nivel bajo. "La responsabilidad parte de muchos sitios", añade. "El estado recorta el presupuesto cultural, y cada vez es más difícil producir cine de forma privada".Y añade: "La producción de una película en España depende casi siempre de que las televisiones pongan el dinero". "Y si antes las cadenas participaban en cuatro o cinco películas pequeñas al año, ahora se lo dejan todo en una sola superproducción, con el consiguiente aumento del paro". Algo agravado, en sus palabras, porque "el cine español está en manos de una pequeña élite, en la que pesan mucho los programadores de televisión. Y todos sabemos la televisión tan pésima que se hace en este país".

Pero en la precariedad laboral, como en todo, hay clases. Los actores, como ya ha señalado Toledo, se llevan el trozo menos malo del pastel porque, en sus palabras, "es difícil que te echen a mitad de un rodaje". Pero eso es matizable, porque "Javier Bardem, Luis Tosar o yo mismo formamos parte de una minoría: la mayoría de los intérpretes están, o en paro, o trabajando en precario". Y en estas condiciones, es difícil que un actor o actriz prepare bien su papel. Pero eso, añade, no importa demasiado a las productoras: "En series de TV sobre todo, como los horarios son extenuantes, les basta con que llegues entero al último plano". Al final, resume Toledo, "te acabas sintiendo como un muñeco de trapo".

Los siguientes en la escala ascendente de sufrimiento son, afirma, los técnicos. Guillermo Toledo explica que un iluminador, un cámara o un electricista de plató tienen que enfrentarse a "jornadas de 15 o 16 horas, que no respetan los descansos pactados por convenio". El actor nos pone el ejemplo de "un chico de producción, que tiene que echar días enteros llevando material de un sitio a otro o conduciendo a los actores hasta el plató, con el cansancio y los riesgos laborales que eso supone". Por no hablar de los salarios, porque en una producción española de presupuesto medio el mayor problema puede ser, sencillamente, cobrar. ¿Y si ese hipotético técnico se plantara ante su jefe diciéndole que no está dispuesto a aguantar más? Pues recibirá, afirma Toledo, la misma respuesta a la que se enfrentan muchos otros trabajadores: "Vete cuando quieras, que tengo a cincuenta personas esperando para hacer lo mismo que tú, y cobrando la mitad".

¿Se puede estar peor? Pues sí, porque en este descenso al infierno del trabajo precario están los guionistas. "Cobran una miseria y tienen un trabajo muy poco reconocido", explica Toledo, antes de añadir que aún queda un nivel más para acabar su repaso: los figurantes. La base de la pirámide laboral del cine español la forman las personas a las que vemos 'haciendo bulto' en el último término de la imagen. "Sus condiciones son de absoluto desprecio y abuso", nos cuenta Guillermo Toledo. "Las agencias que los contratan para las productoras se quedan con la mayor parte de su sueldo, de forma similar a una empresa de trabajo temporal, y por parte del equipo técnico muchas veces reciben un auténtico maltrato verbal". Un ejemplo: "En un rodaje en el que participé, los actores y el equipo teníamos una carpa con aire acondicionado y catering para los descansos, mientras que los extras estaban en el campo, en pleno agosto, comiendo los bocadillos que se habían traído de casa".

Según nos refiere el actor, aquella historia tuvo un final feliz: "Algunos compañeros nos plantamos, y los figurantes pudieron comer en la carpa". Algo que, añade, mejoró las condiciones del rodaje porque "si todos están a gusto, se trabaja mejor". Pero, en general, las oportunidades para que la cosa mejore son escasas. No sólo porque "desde los Goya de 2003 [presentados por Animalario, con el polémico 'No a la guerra' como lema] cierta prensa de extrema derecha, o incluso supuestamente progresista, ha puesto al cine en el punto de mira", sino también porque el currante español medio tiene muchos problemas para identificarse con el glamour de la gala de los Premios Goya, por ejemplo. Por otra parte, y pese a excepciones como el sindicato TACEE, Toledo considera que las centrales mayoritarias hacen poco, y mal, por el trabajador de base del cine: "Comisiones Obreras y UGT no están nunca, y si están es a favor de los empresarios".

¿Hay alguna posibilidad para que esta situación cambie? "Es responsabilidad de los actores en parte, porque podemos presionar para conseguir mejores condiciones para el equipo", explica. Y, más tarde, añade: "Debemos darnos cuenta de que los explotados somos más: el mundo del cine español es una queja constante, y los que tenemos la fuerza de trabajo debemos levantarnos y exigir lo nuestro".

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