Cosa de 'kíes': las 10 pandillas más chungas del cine

En 2001, Joe Cornish fue atracado por un grupo de chavales en el sur de Londres. Diez años después, ya convertido en celebridad (o así) gracias a sus colaboraciones con Edgar Wright (el guión de Las aventuras de Tintín, por ejemplo), ha llegado el momento de que este comediante y cineasta británico ajuste las cuentas. ¿A lo bruto, en plan Charles Bronson? No, peor: en Attack the Block, su debut como director, Cornish ha convertido a sus atracadores en los héroes de una delirante y divertidísima aventura, la cual le permite darse el gustazo de ver cómo estos canis de la periferia londinense son masacrados por una horda de aliens en celo.

En honor a Cornish, a sus tribulaciones y a Attack the Block, CINEMANÍA ha reunido esta antología de pandillas (juveniles o no) que han convertido 10 películas en sus territorios para los restos. Olvídate de la eficiencia de Uno de los nuestros o de la elegancia de Ocean's Eleven: estos chicos (y chicas) imponen su ley criminal a lo bestia... Y suelen llevar atuendos de lo más inenarrable. Comenzamos el repaso, pero ándate con ojo: si te aventuras cerca de estas pandillas tan chungas, lo menos que puedes esperar es un ojo a la virulé.

Territorio: The Warriors, los amos de la noche (1979)

Cuidado con ellos, porque... Si hay algo que no le falta a este filme de Walter Hill, son pandillas de hábitos violentos y atuendo extravagante: de las Furias del Béisbol a las elocuentemente llamadas Ansiosas, hay donde elegir. Pero nosotros nos quedamos con los protas por varias razones: porque son los únicos que nos caen bien pese a su manifiesto macarrismo, porque son los más duros (con diferencia) y por lo mucho que impresiona verles en ese estratosférico travelling final.

Territorio: La naranja mecánica (1971)

Cuidado con ellos, porque... Casi todas las bandas de este informe son de esas que, si te las encuentras, es mejor cambiar de acera. Aun así, algunas de ellas son susceptibles a la negociación, o incluso pueden ser buenos chicos en el fondo. Con Alex (Malcolm McDowell) y sus compañeros, eso no vale: estos chicos no quieren tu reloj, ni tu cartera, ni tu móvil. Quieren pasarlo bien, y para ello te tolchokearán la quijotera al ritmo del viejo Ludwig Van hasta que hayas aprendido el significado de la palabra "ultraviolencia".

Territorio: West Side Story (1961)

Cuidado con ellos, porque... Son racistas (no soportan a los portorriqueños), son machistas (que se lo pregunten a la pobre Susan Oakes), son violentos y tienen menos cerebro que un mosquito. Pero oye, ¡cómo cantan y cómo bailan! La banda de Riff (Russ Tamblyn) es la más musical de este informe, y gracias a ello disfrutamos de algunas coreografías gloriosas en este filme, ganador de 10 Oscar.

Territorio: Jóvenes ocultos (1987)

Cuidado con ellos, porque... Cuando un chico nuevo llega a la ciudad, las pandillas se afilan los dientes ante la perspectiva de un nuevo pringao al cual robarle el dinero del almuerzo. En el caso de Kiefer Sutherland y sus secuaces, lo de afilarse los dientes va en el sentido literal: estamos nada menos que ante un gang de abusones vampíricos que te seducirá con sus promesas de juerga inmortal antes de dejarte seco como la mojama.

Territorio: Gangs of New York (2002)

Cuidado con ellos, porque... "¿Sabes cómo he llegado a viejo? Gracias al miedo". Un Daniel Day-Lewis escalofriante (aunque no tanto como en su foto para Lincoln) las claves de la supervivencia en Five Points, la zona más chunga de Manhattan en el Siglo XIX. Porque, para ser el amo de un territorio donde pululan los Chicos del Amanecer, los Conejos Muertos y similares reatas de asesinos, uno tiene que ganarse el apodo de 'El Carnicero' y revalidarlo a cuchillada limpia, día tras día.

Territorio: Mad Max 2, el guerrero de la carretera (1981)

Cuidado con ellos, porque... Veamos: tenemos a un grupo de moteros psicópatas, con más cuero encima que los parroquianos del Club La Ostra Azul, dirigidos por un armario humano con máscara de hockey (llamado, para colmo, Humungus) y cuya principal actividad es masacrar inocentes en una Australia postapocalíptica por quítame allá unos litros de gasolina. ¿Y aún nos preguntas por qué nos dan mal rollo? Haznos caso: si tu nombre no es Max Rockatansky y no te pareces a Mel Gibson, pisa el acelerador y sal pitando.

Territorio: Kill Bill, Vol. I (2003)

Cuidado con ellos, porque... Pese a formar parte de una institución tan venerable como la yakuza (mafia japonesa), la guardia pretoriana de O-Ren Ishii (Lucy Liu) cumple sobradamente los requisitos de nuestra lista: son extremadamente cool gracias a su combinación de trajes y antifaces, tienen una presencia juvenil testimonial pero contundente (en la persona de Gogo Yubari, la colegiala asesina) y, sobre todo, quedan monísimos en el encuadre conforme Uma Thurman les hace picadillo a katanazos. Una vez más: ¡Qué grande es el Quentin (Tarantino)!

Territorio: Calles de fuego (1984)

Cuidado con ellos, porque... Tras dar lecciones de pandillerismo en The Warriors, el director Walter Hill volvió a sus amadas junglas de asfalto con esta película, que habría sido un fracaso apoteósico de no ser por los hits de su banda sonora... Y por el carisma de esta peligrosa banda, dirigida por Willem Dafoe. Y es que quedar como el elemento más macarra de la película más macarra de los 80, a golpe de chupa de cuero, camisetas negras y palizas con barras de hierro tiene mucho mérito.

Territorio: Mystery Men (1999)

Cuidado con ellos, porque... ¿Cómo demostrar que los protas de esta parodia superheroica, con Ben Stiller y William H. Macy a la cabeza, son unos pardillos de tomo y lomo? Sencillo: en lugar de enfrentarles a un grupo de supervillanos como Stan Lee manda, les adjudicamos como archienemigos a una horda de émulos de Fiebre del sábado noche, con una actitud vital similar a la de Disco Stu (Los Simpson) y con un líder llamado Casanova Frankenstein. Después de ver cómo los Chicos Disco les apalizan, nuestros héroes nos dan mucha, mucha pena. Más aún, queremos decir.

Territorio: Grease (1978)

Cuidado con ellas, porque... ¿Crees de verdad que los T-Birds son los verdaderos amos del cotarro en este musical? Craso error: por mucho tupé, mucho Travolta y mucho Relámpago engrasado que se gasten los mozos, está claro que son estas juanis de los fifties quienes realmente controlan la situación en el Instituto Rydell. Para probarlo, basta con recordar las réplicas de Rizzo, los escalofriantes peinados de Frenchie y, sobre todo, [SPOILERS] la aparición final de Olivia Newton-John, explosiva en su uniforme [/SPOILERS]. ¡Mamá, qué miedo!