Con ojos prestados: 8 películas rodadas en primera persona

Ahora que 'Hardcore Henry' nos hace compartir el punto de vista de un cyborg matón, recordamos otros filmes que han llevado al límite el uso de la cámara subjetiva
Con ojos prestados: 8 películas rodadas en primera persona
Con ojos prestados: 8 películas rodadas en primera persona
Con ojos prestados: 8 películas rodadas en primera persona

Muchos directores de cine (con Hitchcock a la cabeza) nos han invitado a ver el mundo desde la perspectiva de un asesino por unos instantes. Pero, ¿cómo sería un filme que recreara un videojuego shooter en primera persona? El director ruso Ilya Naishuller, conocido por sus videos destrozones en YouTube, tiene la respuesta, y esa respuesta se llama Hardcore HenryUna barrabasada de acción, que lleva sus premisas hasta las últimas consecuencias y en la que Tim Roth y un Sharlto Copley más majara que nunca ejercen como invitados de excepción

Llevando el riesgo por bandera, Hardcore Henry es una película muy divertida y muy arriesgada, que seguramente caerá muy bien entre los amantes de la hemoglobina. Pero no es el primer filme que juega la carta de la primera persona: desde que Abel Gance inventó el recurso en 1927 para su Napoleón, los directores que se han tomado por lo literal aquello de que la cámara tiene ojos. Como te demostraremos a continuación, se trata de una jugada de alto riesgo, pero que puede dar resultados muy interesantes.

La senda tenebrosa (Delmer Daves, 1947)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/UFd0xohHqTI" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? En puridad, esta película de intriga noir no se ajusta del todo a nuestros planteamientos: sólo parte de ella está rodada desde la perspectiva del protagonista, un pobre tipo que ha sido acusado injustamente de asesinato. Pero su recurso a la cámara subjetiva dura 60 minutos largos (toda una proeza para la época, máxime en un filme que dura algo más de hora y media) y, cuando finalmente vemos su rostro... Resulta que es Humphrey Bogart. Por más que los créditos anuncien al actor, el golpe de efecto es mayúsculo.

La dama del lago (Robert Montgomery, 1947)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/Zzdl-js_mQ4" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? El mismo año en el que Bogart y Delmer Daves hacían sus pinitos en el cine en primera persona, Robert Montgomery decidió tirar la casa por la ventana. E interpretando además (es un decir) a Philip Marlowe, aquel detective creado por Raymond Chandler al que 'Bogey' había prestado su rostro un año antes en El sueño eterno. Así las cosas, La dama del lago ha pasado a la historia por ser el primer filme rodado íntegramente mediante cámara subjetiva: las únicas excepciones son dos escenas en la que el protagonista interpela al espectador, y otros pocos momentos en los que le vemos reflejado en un espejo. Pese a tanto regodeo, la película no consigue enganchar, y ha quedado más como una curiosidad técnica que otra cosa.

El proyecto de la Bruja de Blair (D. Myrick, E. Sánchez, 1999)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/a_Hw4bAUj8A" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? Tratándose de una de las películas más rentables de la historia del cine, y la suscitadora de un auténtico fenómeno social (a estas alturas, la verdad, queda más bien poco de dicho revuelo), va a ser que sí. Más mérito aún tratándose de una producción low cost que usaba el truco del metraje encontrado para disimular su falta de presupuesto, que recurrió a extremos más bien atroces para que los protagonistas se metieran en sus papeles ("Vamos a garantizar vuestra seguridad, pero no vuestro bienestar", les explicaron Myrick y Sánchez antes del rodaje) y que reclutó a su público mediante el márketing viral. De no ser por esta película, trabajos como Monstruoso (aplicación de sus tesis al subgénero de monstruos gigantes) y las dos primeras entregas de la saga [REC] probablemente nunca hubiesen existido. Y, en breve, la secuela/remake Blair Witch llevará sus planteamientos al siglo de las redes sociales.

El arca rusa (Aleksandr Sokurov, 2002)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/pRm9pX5Re8o" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? Como hemos ido viendo, la práctica de rodar filmes en modo subjetivo suele responder al deseo de sorprender y de realizar alardes técnicos. Y en cuanto a alardes técnicos, pocas películas pueden superar a El arca rusa: para contarnos la historia del Hermitage de San Petersburgo (uno de los museos más fascinantes y suntuosos del mundo), Sokurov no sólo se empeñó en encarrilar los tres siglos de historia del lugar en un solo relato, con sus zares, sus zarinas, sus comisarios artísticos, sus comisarios políticos, sus bombardeos nazis y todo lo demás. La gracia tampoco está en que rodara su filme desde el punto de vista del narrador. Es que esta película consta de un único plano de 96 minutos, en el que la cámara nunca deja de moverse, y en el que se dejan ver 4.500 personas. Más allá de la anécdota, el filme queda como un trabajo inclasificable, agraciado por una pasmosa erudición y un sentido del humor muy puñetero.

Peep Show (serie, 2003-2013)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/DkYHNO2vNG4" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? En pleno auge de del terror en primera persona, Jesse Armstrong y Marc Bain (Four Lions, In The Loop) decidieron darle la vuelta a la tortilla junto a su entonces compinche Andrew O'Connor: para empezar, esta serie de la BBC no es un trabajo de sustos, sino una comedia casera, guarrota y muy británica. Para seguir, sus capítulos no están rodados desde un punto de vista... Sino desde los de sus dos protagonistas, un juerguista compulsivo (Robert Webb) y un tímido incurable (David Mitchell). Aunque no batió récords de audiencias, Peep Show se convirtió en un título de culto para los súbditos de Su Graciosa Majestad: dsde 2008 se especula con un posible remake estadounidense, pero conforme va pasando el tiempo es probable que éste quede en agua de borrajas.

Monstruoso (Matt Reeves, 2008)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/sQFpMZ6glTo" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? ¿Qué ocurre cuando mezclas el metraje encontrado (a semejanza de El proyecto de la bruja de Blair) con el cine de monstruos gigantes en plan Godzilla? Pues que te sale una película como esta, seguramente el proyecto más arriesgado de toda la carrera de J. J. Abrams. Con un guión de Drew Goddard (Daredevil), con un prometedor Matt Reeves tras la cámara (subjetiva) y con todas sus artimañas como maestro del marketing viral funcionando a plena potencia (¿recuerdas el secretismo que rodeó al rodaje?), el futuro director de Star Wars: El despertar de la Fuerza dejó mareados a los críticos... y a los espectadores. En su momento, como bien se ocupó de airear la prensa, algunos cines tuvieron que advertir al público de que las proyecciones de Monstruoso podían causar nauseas y mareos, dado el bamboleo de sus imágenes.

Enter The Void (Gaspar Noé, 2009)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/bKRxDP--e-Y" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? Habiendo rodado ya joyas del shock como Irreversible y Seul contre tous, Gaspar Noé necesitaba rizar el rizo de lo extremo para mantener su pabellón alto. ¿Cómo lo consiguió? Pues atención, porque explicarlo lleva tiempo: lo fuerte de Enter The Void no es sólo su uso de la primera persona, ni tampoco su extrema violencia, sino el hecho de que [SPOILER] el protagonista Nathaniel Brown es asesinado durante los primeros minutos mientras se halla en pleno colocón psicodélico [/SPOILER]. Bien debido a los efectos de la mandanga, bien debido a explicaciones místico-religiosas, la película toma el punto de vista de un alma que, tras abandonar el cuerpo, surca los aires observando escenas de su pasado y del futuro de su hermana stripper (Paz de la Huerta). ¿Ha quedado claro? Pues suponemos que no, pero a juzgar por sus declaraciones eso era lo último que pretendía el director.

Maniac (Franck Khalfoun, 2012)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/OHPXeWpION8" autoplay="false" preroll="no" postroll="no"]

¿Salió bien el truco? La primera Maniac, dirigida por William Lustig en 1980, no necesitaba juegos con la perspectiva para impactarnos: con ser un clásico temprano del slasher con doble dosis de casquería, iba que se (nos) mataba. Ahora bien: cuando Franck Khalfoun y Alexandre Aja (el perpetrador de Piraña 3D, aquí en funciones de guionista) quisieron darle nuevos bríos, tuvieron que rascarse la mollera. Y eso les llevó a hacer alguna trampa que otra, porque, si bien la mayor parte del filme está rodada en primera persona, la perspectiva cambia en unas cuantas ocasiones para mostrarnos al asesino protagonista: un Elijah Wood que, deseando alejarse todo lo posible de la Comarca, ha cambiado el coleccionismo de anillos únicos por el de cabelleras femeninas. Pese a su juego sucio, eso sí, Maniac quedó como una disfrutable y bien pensada reconstrucción de un filme de culto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento