Compra entradas de cine con dinero de internet

'Dope' es la primera película cuyas localidades pueden comprarse mediante 'bitcoins', la divisa digital asociada por la prensa a negocios sucios.
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Es una medida rara. Pero rara, rara. Lejos de apelar al público masivo, alude a una minoría de iniciados, y además su elemento central tiene implicaciones (buscadas) que entran de lleno en la ilegalidad. Sean cuales sean sus implicaciones, ahí queda eso: Dope, una película indie aclamada en Sundance 2015es el primer título de la historia del cine cuyas entradas pueden comprarse usando bitcoins, una divisa (o más bien, criptodivisa) creada para realizar transacciones económicas online y que no está respaldada por ningún estado. Resumiendo y simplificando mucho, digamos que se trata de dinero que sólo existe en internet, y que uno puede comprar y administrar mediante aplicaciones especializadas como Bitcoin Wallet Coinbase. Y cuya fluctuación, además, no es ninguna broma, porque actualmente una sola de estas unidades monetarias se cotiza por la módica cantidad de 214,9 euros, tras haber llegado a picos de hasta 880 euros.

En el argumento de Dope, que se estrenó este viernes en EE UU, las bitcoins juegan un papel crucial: escrita y dirigida por Rick Famuyiwa (La boda de mi familia) y protagonizada por el debutante Shameik Moore y Tony Revolori (el botones de El gran hotel Budapest), la película nos cuenta la historia de unos chavales implicados, de forma más o menos involuntaria, en la venta de drogas, concretamente MDMA, a través de la Red. Para cosechar sus ilícitas ganancias, los protagonistas de Dope usan bitcoins, y ahí es donde entramos en un terreno tan realista como espinoso: si este dinero digital se ha ganado popularidad y titulares fuera de la prensa económica, ha sido por su uso en la llamada 'web profunda' (la que no aparece en buscadores) y, sobre todo, en sitios web dedicados al comercio de estupefacientes como el ya extinto Silk Road. Al estar basadas sus transacciones en la tecnología P2P, y al no estar controladas por ninguna autoridad monetaria, las bitcoins permiten una opacidad que se ajusta muy bien a este tipo de negocios.

Ahora bien: aunque las noticias sobre el tema se centren en que Silk Road (cuyo fundador Ross Ulbritch, apodado 'Temido Pirata Roberts', fue condenado a cadena perpetua en febrero de este año) habría movido presuntamente 200 millones de dólares en bitcoins mediante el trapicheo de sustancias, la divisa virtual es empleada por firmas tan respetables como el BBVA, Microsoft Dell, así como por fundaciones como Wikimedia. Y, por lo que vemos ahora, también sirve para pagar tu butaca en el cine.

¿Estamos ante una revolución en la industria? Tal vez, pero se trataría de una revolución aún en pañales: para empezar, Dope se ha estrenado en 2.000 salas de EE UU, pero sólo 900 de ellas aceptan la compra de entradas mediante bitcoins. Para seguir, los responsables de marketing de la película (vía The Wrap) reconocen que su decisión no habría tenido lugar si este dinero digital no figurase en ella de forma tan destacada. Y seguramente tampoco lo habrían hecho, añadimos nosotros, si las bitcoins no estuvieran rodeadas en el acervo popular de resonancias tan peligrosas como morbosas. "Sin Silk Road, las bitcoins no serían nada", apunta el documentalista Alex Winter, que exploró la cara oculta de internet en su filme Deep Web. Por otra parte, la crítica del filme en el Washington Post ofrece la otra cara de la moneda (digital): entre los méritos de Dope se halla el de explicar con sencillez un tema tan enrevesado, algo que puede ayudar a divulgarlo entre el público joven.

Si la adquisición de localidades por internet ha resultado un terremoto para la distribución de cine (¿habría sido posible un fenómeno como el de Cincuenta sombras de Grey sin su campaña de venta anticipada?), la entrada de las bitcoins en la industria podrían ser su siguiente peldaño: entre sus ventajas se hallan la ausencia de intermediarios y de comisiones, así como una gran velocidad en su manejo, ya que no es preciso que una entidad bancaria le dé valor a la transacción. En todo caso, si esta posibilidad te parece tentadora, puedes esperar sentado, porque aún se trata de una opción extremadamente minoritaria: "No nos planteamos añadir bitcoins a nuestras alternativas. No es una necesidad demandada por nuestros clientes y por lo tanto no lo vemos necesario", se nos dice desde una web española de venta de entradas. Sólo el tiempo dirá si esta alternativa acaba imponiéndose.

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