¿Cómo se subtitula una película en España?

Algunos los aman y otros los odian, pero los subtítulos siguen siendo imprescindibles para ver películas en versión original. Hablamos con profesionales y 'amateurs' para que nos expliquen sus secretos. Por YAGO GARCÍA
¿Cómo se subtitula una película en España?
¿Cómo se subtitula una película en España?
¿Cómo se subtitula una película en España?

Es que yo no voy al cine a leer”. “Si me fijo en las letras no veo la película”. “Venga ya, si el doblaje español es el mejor del mundo...”. ¿Te suenan estas excusas? Seguro que sí: desde hace décadas, muchos cinéfilos las aducen para negarse a ver películas en versión original. Y todas ellas apuntan a un objetivo muy claro: los subtítulos. Si no eres un políglota consumado, esas líneas de texto que aparecen en la parte baja de la pantalla siguen siendo imprescindibles para gozar de un filme en VO. Y, aunque muchos siguen detestándolos, su uso se ha generalizado cada vez más, tanto en las salas especializadas en cine sin doblaje como en internet, para ver antes que nadie esas películas o series que te tienen sin sueño. En CINEMANÍA queremos saber más sobre el arte de poner texto a las películas, así que hemos hablado con expertos para contarte cómo se subtitula una película en España.

Los profesionales: láser, laboratorio y 'spotting'Si tienes una distribuidora de cine y quieres proyectar una película en el circuito de versión original, se impone contar con el trabajo de profesionales. Por ejemplo, los del laboratorio Bandaparte, la empresa más longeva dedicada aquí a este trabajo. “Al principio era un trabajo muy complicado”, nos explica Fernanda, una de las responsables de Bandaparte. “Era un proceso químico, que se hacía con pequeñas placas que se incrustaban en los fotogramas”. Por suerte, continúa, desde 1992 se ha generalizado el subtitulado con láser, que graba el texto sobre la imagen retirando la emulsión del celuloide (“Por eso los subtítulos que se ven en cine son siempre blancos”): una técnica más rápida y más sencilla, pero que sigue siendo “fotograma a fotograma, y copia a copia”.

Según comenta Fernanda, el coste de subtitulado de un filme se desglosa en dos capítulos: la primera copia cuesta 2.500 euros, incluyendo los costes de traducción, mientras que las copias siguientes salen a 1.000 euros por cabeza. Cuando se subtitula para dvd, se parte de los subtítulos ya hechos para cine, sometidos a un drástico resumen y sincronizados de nuevo.

Pero, según nos explican en Bandaparte, un subtitulado profesional no es sólo un trabajo de laboratorio. Fernanda insiste en que hay dos aspectos cruciales que nunca hay que olvidar: la traducción y el spotting, el proceso que asigna un tiempo a cada subtítulo. A la hora de traducir, lo mejor es siempre contar con el guión original “para que el traductor se implique”, algo que no siempre ocurre. “A veces nos mandan las mismas traducciones que se usan para el doblaje, pero no es recomendable”, afirma. Como tanto insisten sus detractores, el subtítulo nos distra de la imagen en el plano (que es, a fin de cuentas, lo más importante), así que nuestra experta afirma que lo principal al traducir subtítulos es “la capacidad de síntesis del mensaje, quedarse con lo esencial para que haya pocos caracteres y se lea rápido”.

¿Cómo se subtitula una película en España?

Y lo de la síntesis es importante, porque el estándar industrial impone 35 caracteres por línea, lo que en subtítulos de dos líneas nos deja con 75 caracteres. Normal que, para crear estos haikus de cine, haya que contar con traductores experimentados siempre que sea posible. Y no digamos en los casos de lenguas asiáticas (japonés o chino), en las que el significado de una frase entera puede concentrarse en unas pocas sílabas de diálogo.

Ya tenemos el texto traducido y el equipo necesario para incrustarlo en el celuloide. Pero no conviene impacientarse, porque antes de dar el último paso hace falta sincronizar. Según explica Fernanda, “el código de tiempo de los subtítulos es tan importante como la traducción: si los subtítulos se adelantan, estás quitándole la sorpresa al espectador”. A fin de evitar estos spoilers involuntarios, el texto no sólo debe seguir el diálogo en pantalla, sino también el montaje, porque “cuando hay un cambio de plano, el ojo vuelve a leer inconscientemente”. Lo importante, resume nuestra experta, es que “no te des cuenta de que estás leyendo”. Nuestra fuente indica que este proceso, de la traducción a la impresión, suele tardar “unos 10 días, pero hay veces que lo hemos hecho en un sólo día”.

Los voluntarios: la dedicación contra las prisas

En las salas de cine, como hemos visto, el subtitulado es una técnica industrial que requiere de profesionales expertos y maquinaria ad hoc. Pero, bien sea para no pasar por el aro del doblaje, bien para ver películas o series no disponibles por aquí, internet es el reino de los subtítulos amateur. Un reino que pazguaton conoce muy bien: este usuario de 36 años es uno de los administradores de Allzine, un foro de internet especializado en el cine asiático, y ha sido el primero en subtitular películas que acabaron llegando en salas españolas, como Tokyo Blues.

“En España hay muy poca cultura de la versión original”, nos explica, pero ponerle texto a las imágenes se ha acabado generalizando porque “mucha gente prefiere ver series en VO antes que tener que esperar”. En el caso del cine, prosigue, “la gente no tiene tanta prisa”, porque “casi todo termina apareciendo doblado”. Aún así, remacha pazguaton, “internet ha permitido la difusión de otro tipo de cine más alejado de las salas comerciales, y por ende, sin doblar”.

Al igual que la difusión rápida del cine por internet, pues, los subtítulos amateur han contribuído a la gestación de un nuevo tipo de aficionado, con una cultura audiovisual más amplia y sin reparos “para oír a sus actores favoritos en su propio idioma”. Además, es un proceso mucho más práctico y sencillo: si queremos crear un archivo de subtítulos (generalmente en formato .srt), sólo precisaremos de programas como el Subtitle Workshop, gratuito y completo, o el Aegisub, que permite añadir efectos al texto, o incluso convertirlo en un karaoke. Técnicamente hablando, según pazguaton, lo mejor es combinar distintas aplicaciones en busca del mejor efecto... Pero siempre teniendo en cuenta que el texto es lo importante.

¿Cómo se subtitula una película en España?

Porque, cuando se le habla de los subtítulos amateur, Fernanda de Bandaparte comenta que “dejan bastante que desear” respecto a los trabajos comerciales. Y pazguaton está de acuerdo: “De vez en cuando algunos piden que revisemos sus traducciones y tengo un archivo en el que voy apuntando las burradas que escriben algunos”. “Una colección de barbaridades asombrosa”, bromea, antes de señalar que la sincronización no es un gran problema: muchas películas dialogadas en idiomas distintos del inglés cuentan con sets de subtítulos en esta lengua, mientras que con los programas freeware es posible llegar a un buen spotting anglosajón mediante la práctica y la paciencia: “lo importante es revisar después para que no se escape nada”.

Los problemas, pues, se centran en cosas como la ortografía y la gramática: “Hay mucha gente que cree que por saber un idioma, inglés por ejemplo, saben hacer una traducción, y no es así”, nos cuenta. “Hay que entender los subtítulos como un todo, y no como líneas individuales, y sobre todo hay que revisarlos”. El problema, añade, “es que entre algunos hay un especie de "competencia", a ver quien saca antes el último capítulo de tal serie y pasa lo que pasa”.

Y lo que pasa no sólo afecta al contenido del texto en pantalla, sino también a su presentación. Si eres aficionado al manga y al anime, lector, seguramente habrás visto algunos de esos subtítulos con tipografías de colores y efectos flasheantes que, pretendiendo añadir un valor a la película, amenazan tu salud ocular a fuerza de brillos y colorines. “Algunos confunden espectacularidad con buen gusto”, explica nuestro experto: La "competencia" hace que muchos intenten impresionar de la manera equivocada en mi opinión, ya que lo que suelen conseguir es que no se pueda leer nada de lo que han puesto. “El tema de los colores por personajes está establecido hace mucho tiempo, pero muchos fansubs lo llevan al extremo convirtiendo un capítulo de una serie en un pastel”, nos comenta, antes de señalar un vicio mucho peor en su opinión: “lo pegan a la imagen, para que se quede ahí para toda la eternidad. En mi opinión los subtítulos no deberían ir nunca pegados a la imagen, para dar posibilidad de corregir los posibles fallos de ortografía, traducción y tipografías que se hacen”.

En todo caso, con mejor o peor ortografía, con textos blancos o en color fucsia, el subtitulado es un arte en auge, tanto en internet como fuera de ella. Eso sí: un trabajo bien hecho no siempre es fácil de encontrar. “Somos muy pocos los que nos dedicamos a esto”, comenta Fernanda de Bandaparte, mientras que pazguaton aconseja buscar webs de referencia que destaquen por la calidad de sus lanzamientos. “La pena”, comenta para despedirse, “es que haya algunos sitios que den miedito”.

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