Clint Eastwood contra la "generación mariquita"

Atención, millennials del mundo, defensores de lo políticamente correcto y votantes de Hillary Clinton: tenéis las horas contadas. Clint Eastwood ha salido de su rancho de Carmel (California), ha mirado a su alrededor y no le ha gustado lo que ha visto, de modo que ha aprovechado una charla con su hijo Scott Eastwood recogida por Esquire (vía Variety) para cargar contra lo que él percibe como "una generación de mariquitas" (o "nenazas"; "pussy" es el término que utilizó en inglés) y expresar su apoyo (matizado, eso sí) a Donald Trump. El gran anciano de Hollywood, que estrenará Sully en septiembre, sentencia que el millonario metido a político no goza de todas sus simpatías, y que elegir entre él y la esposa de Bill Clinton le resulta "una decisión muy dura". Pero que, si no le quedase otra, votaría por Trump: "Tendría que hacerlo, porque [Clinton] ha declarado que seguirá los pasos de Obama", asegura Eastwood, quien ya se ganó titulares muy sardónicos en 2012, por su bronca a un Obama invisible.

Según afirma, además, la candidata del Partido Demócrata no le resulta una mujer de fiar: "Ella se ha forrado con su carrera política. Pero yo dejé de ganar dinero cuando me metí a político [Eastwood fue alcalde de Carmel de 1986 a 1988], y estoy seguro de que Ronald Reagan también dejó de ganarlo". Ahora bien: cuando el autor de Sin perdón destapa el tarro de las esencias es cuando elogia a Trump por representar a todos aquellos que están hartos de "la era de la corrección política". A propósito de este último tema, Clint suelta un discurso digno del sargento Harry Callahan (alias 'El Sucio') o de su personaje en Gran Torino: "[Los jóvenes] son una generación de mariquitas. Todo el mundo se mueve de puntillas, y te acusan de racista por cualquier cosa". "En mis tiempos, cosas así no eran racistas", concluye, refiriéndose al encontronazo de Trump con el juez Gonzalo Curiel, cuya competencia puso en duda a causa de su origen mexicano.

Para muchos admiradores de Eastwood, estas declaraciones habrán sido una sorpresa. Si bien es cierto que el actor y director siempre ha sido muy de derechas, también es cierto que ha mostrado ocasionalmente su apoyo a los demócratas, y que ha mostrado su apoyo a causas tales que el matrimonio gay y el derecho al aborto, así como al control de las armas de fuego. Tal vez, a sus 86 años, le haya llegado el momento de endurecer sus posturas. Por otra parte, y por mucho que pueda chincharle, la próxima película en la que interviene su vástago Scott Eastwood es Snowden, dirigida por el siempre rojeras Oliver Stone.