Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly

La actriz más centelleante del Hollywood de los años 50 murió a consecuencia de un accidente de coche siendo la princesa de Mónaco, lo que dio pie a múltiples teorías.
Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly
Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly
Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly

Hoy se cumple el aniversario de la muerte de la actriz Grace Kelly, princesa de Mónaco, que falleció como consecuencia de una hemorragia cerebral y vascular. Fue un martes 14 de septiembre de 1982. El día anterior, Kelly se encontraba en Roc Agel, la residencia estival de la familia, con su hija Estefanía, que entonces tenía 17 años. Ambas debían coger un tren en Mónaco con destino a París, donde la pequeña empezaría a ir al colegio esa misma semana.

Cuenta Jeffrey Robinson, biógrafo de la actriz, que el chófer de la princesa sacó entonces el Rover 3500 de 1972 del garaje y lo estacionó frente a la casa. En esas, Kelly salió de la vivienda cargada con varios vestidos que colocó en el asiento trasero del vehículo, mientras él esperaba a la princesa y a su hija para llevarlas de vuelta a la residencia real. Habían tenido un verano bastante ajetreado y cuentan varios allegados que la princesa estaba agotada esos días.

Pero la actriz, a quien no le gustaba conducir y apenas lo había hecho hasta ese momento, vio que había poco espacio en el asiento trasero del auto y que lo más cómodo para todos sería que ella misma condujese esa vez. Así, se colocó al volante y la joven Estefanía se sentó en el asiento del copiloto. Ninguna de las dos se puso el cinturón de seguridad. Después, arrancó el vehículo y se marcharon del lugar.

Eran las 10 de la mañana. El camino desde la granja de la familia desciende por la colina hasta llegar al pueblecito de La Turbie. Pero, a pocos kilómetros del Principado, se halla una curva endiablada que obliga a circular a baja velocidad. Sin embargo, todo indica que Kelly tomó la curva a velocidad excesiva y que por eso perdió el control. Cuando esto ocurrió, la princesa empezó a gritar a su hija que no podía parar el coche y que los frenos no funcionaban, acabó chocando contra el muro de contención y atravesándolo, lo que hizo que cayera a un precipicio. El coche empezó a arder.

Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly

Como consecuencia del aparatoso accidente, la princesa se fracturó el fémur derecho, la clavícula y varias costillas. Es cierto que llegó viva (aunque inconsciente) al hospital ese lunes, pero también lo es que su familia tomó la difícil decisión de desconectarla del único hilo de vida al día siguiente después de que los médicos les dijeran que no podría superar la hemorragia cerebral y las lesiones de médula que la había dejado en estado vegetativo. La princesa tenía 53 años. Su hija Estefanía, que también tuvo que ser hospitalizada, resultó herida leve y hasta dos días después del accidente no se le comunicó que su madre había fallecido.

La muerte de la exactriz estadounidense conmocionó a medio mundo. No hubo autopsia y su funeral fue visto por más de cien millones de personas. En aquella ceremonia —celebrada cinco días después del trágico suceso— se pudo ver a su hasta entonces marido, el príncipe Raniero de Mónaco, destrozado, caminando junto a sus hijos mayores, Carolina y Alberto.

Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly

Si hay algo bien cierto es que, con la desaparición de la actriz, nacía su leyenda. El mortal suceso fue el punto de partida de años de rumores y especulaciones sobre la verdadera causa del accidente. Teorías de todo tipo, incluida la de la conspiración (llegó a publicarse, incluso que la princesa podría haber tenido un romance con un mafioso y que este habría ordenado la manipulación de su coche y, por tanto, su asesinato). Sin embargo, la familia vivió su dolor como pudo y guardó silencio durante muchos años. Hasta que la princesa Estefanía, harta de las habladurías, decidió hablar por primera vez del asunto en una entrevista concedida a la revista Paris Match en octubre de 2002.

En esa charla, Estefanía se sinceró negando que fuese ella quien estuviera al volante cuando el coche cayó por un precipicio. "Yo no estaba conduciendo, eso está claro. De hecho, salí disparada dentro del auto como mi madre, que fue catapultada al asiento trasero... La puerta del copiloto estaba completamente destrozada, y salí por el único lado accesible, el del conductor", comentó entonces.

También confesó que, en algún lugar a lo largo del camino, su madre se había quejado de un dolor de cabeza y que esa cefalea continuó molestándola mientras bajaban la colina. Parece ser que, poco después, sintió un fuerte dolor en el cráneo y, durante una milésima de segundo, pareció desmayarse. Fue precisamente entonces cuando el vehículo comenzó a desviarse. Kelly abrió rápidamente los ojos, pero ya no fue capaz de reconducir la peligrosísima situación.

A pesar de todo, la princesa Estefanía explicó en aquella entrevista que hizo todo lo que estuvo en sus manos para detener el automóvil. "La investigación dijo que la caja de cambios automática estaba en la posición de estacionamiento. Como estaba a punto de presentarme a mi examen de conducir, sabía que tenía que ponerlo en la posición de aparcamiento para detener el automóvil. Lo intenté todo, incluso puse el freno de mano. ¿Si mi madre confundió el pedal del freno con el acelerador? No lo sé. Pero yo no estaba conduciendo”, apostillaba.

Cefaleas, curvas endiabladas y teorías de la conspiración: así fue la muerte de Grace Kelly

De este modo, daba por zanjado el rumor que aseguraba que era ella quien realmente conducía aquel día. A pesar de que un gendarme y un camionero afirmaron ver a la actriz al volante esa mañana, un campesino monegasco llamado Sesto había visto el coche despeñarse por el barranco y arder. Y le contó a la policía que, cuando logró llegar hasta el mismo, se encontró con una mujer inerte en el asiento trasero y una joven gimiendo de dolor en el delantero. Ese testimonio fue el caldo de cultivo perfecto para la rumorología en torno a quién fue el auténtico conductor del auto.

Sin lugar a dudas, la leyenda en torno a cómo se produjo la muerte de Kelly está a la altura de muchos de los guiones de las películas que la estadounidense había protagonizado años atrás, antes de decidir cambiar los teatros y platós de rodaje por la vida palaciega. Antes de eso había alcanzado el estatus de estrella de Hollywood y el premio Oscar de la Academia a la mejor actriz en 1955 por su papel de esposa sufridora en el drama La angustia de vivir, de George Seaton.

Grace Kelly se crió en el seno de una familia pudiente, había estudiado arte dramático y llegó a trabajar como modelo de fotografía en su juventud. Y, a decir verdad, no le iban nada mal las cosas cuando, en enero de 1956, anunció su compromiso con el príncipe Raniero y que dejaba el cine (aunque nunca dejó de recibir ofertas para regresar a la actuación, las fue rechazando todas). En abril de ese mismo año, la pareja contrajo matrimonio en la Catedral de San Nicolás de Mónaco y, poco después, nacería Carolina, la primera de los tres hijos que la diva tuvo con el monarca.

Madre entregada y princesa comprometida, Kelly se dedicó a ser una buena embajadora y fue la principal promotora de grandes acontecimientos sociales. Eventos como el sofisticado Baile de la Rosa, una iniciativa convertida en evento benéfico con el que hoy día se recaudan fondos para la Fundación Princesa Grace. Un acontecimiento a la altura de su creadora, todo un icono de estilo y una filántropa empedernida.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento