Carlos Vermut: "Las subvenciones han hecho que el cine se autocensure"

El viernes 8 de junio se estrena en Filmin 'Diamond Flash', el hipnótico experimento que Carlos Vermut ha dirigido y producido por 20.000 euros. Por ANDREA G. BERMEJO
Carlos Vermut: "Las subvenciones han hecho que el cine se autocensure"
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Carlos Vermut: "Las subvenciones han hecho que el cine se autocensure"

Un pertiguista. Cuando nos encontramos con Carlos Vermut, el dibujante de cómics (El Banyan rojo) que ha dejado boquiabierto al cine underground español con su autoproducción Diamond Flash, lo primero que nos pregunta es si conocemos a un pertiguista. Si puede ser, uno que tenga las mañanas libres. Vermut rueda al día siguiente su tercer corto, tras los exitosos Maquetas (ganador de la VII edición del Notodofilms y Premio del Jurado en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián) y Michirones, y no tiene a nadie que le sujete la pértiga. El corto se llama Don Pepe Popi y el reparto habla por sí solo: Elisabet Gelabert, Didac Alcaraz (Los Pioneros del Siglo XXI), los padres de Carlos, Venga Monjas y Juan Cavestany, que se coloca delante de la cámara tras dirigir las también autoproducidas Dispongo de barcos y El señor. El elenco, por bizarro que parezca, no es arbitrario. Alude a las inciertas circunstancias que está viviendo la industria del cine español -estancada y a la espera de nuevas resoluciones en lo político y en lo referente a internet–, pero sobre todo, es la evidencia de que, ante ellas, el cine underground hace piña y películas con muy poco dinero. En otras palabras, lo que últimamente se conoce como Cine Low Cost. Nos encontramos con Carlos Vermut –como los personajes de su ópera prima, aborrece las fotografías y prefiere que publiquemos su retrato (izq.)– para hablar de su marciana película autoproducida con sus ahorros (20.000 euros) e, inevitablemente, del estado de la industria cinematográfica en España.

Carlos Vermut: "Las subvenciones han hecho que el cine se autocensure"

Juan Cavestany y tú habéis estrenado, casi simultáneamente, El señor y Diamond Flash, dos películas que tienen mucho que ver. ¿Cómo os conocisteis?

A Juan lo conocí en Abycine. Yo estrenaba Diamond Flash y él, Dispongo de barcos, que fue un referente para mí. En esencia, existe algo que la hermana con mi película. No es algo formal, puede que tenga que ver con las intenciones, con las ganas de transgredir cosas que quizás se han quedado encorsetadas en el cine español. Las subvenciones han hecho que el cine se autocensure.

¿En qué sentido se autocensura el cine?

Decía Jesús Franco que vivimos en un momento en el que no te censuran, pero tú sí que lo haces. Porque sin subvenciones se entiende que es imposible hacer una película. Como director piensas: "Si meto un tema controvertido o incoherente, a lo mejor ya no opto a una subvención, y ahí es donde entra la autocensura". Abandonas tus proyectos en pro de otros que obtendrán una subvención con mayor facilidad.

Y en el caso de los directores nóveles…

A los directores noveles se nos ha privado del derecho a equivocarnos. Tu primera película tiene que ser un peliculón. Esto es herencia de los 90, de la era de Tesis, desde entonces se obliga a los directores a que sus óperas primas sean bombazos. Lo normal es que tu primera película esté regular y que, poco a poco, vayas aprendiendo a hacer cine. Diamond Flash es una película que ha visto muy poca gente. Sin embargo, la sensación que yo tengo es de éxito.

¿Por qué?

Porque el presupuesto que tenía era de 20.000 euros. No puedo basar el éxito de mi película en lo económico. Las expectativas que yo tenía eran tan bajas (no porque no creyese en el proyecto sino porque para mí era un aprendizaje, algo que estaba haciendo con mi dinero para aprender), que si alguien la ha visto, si se ha proyectado en festivales y ha existido repercusión mediática, ya es maravilloso, un éxito. Si contemplase sólo el número de gente que la ha visto, sería un fracaso.

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Y si Diamond Flash no nace de la intención de llenar salas, ¿de dónde nace?

La pregunta que hay que hacerse es: ¿por qué hacemos cine? Muchos contestan que para llenar las salas o para dar trabajo a la gente del sector. A mí ese razonamiento me parece lícito porque nace de la mejor intención. Pero yo hago una película porque me nace de dentro contar una historia. Yo quiero hacer cine por el simple placer de hacer cine. Y la gente que ha hecho grandes películas lo ha hecho desde el amor, no desde la necesidad de llenar salas. George Lucas, Christopher Nolan, gente que empezó desde el más absoluto underground, como Peter Jackson, Sam Raimi… Directores que salen del cine más invisible y radical y extremo… y no creo que estuviesen pensando en llenar salas. Estaban haciendo el cine que querían hacer.

Eres el Andy Kaufman del cine, el público te da lo mismo.

No, al revés. ¿Tú no crees que estamos tan obsesionados con llegar al público que nos estamos cargando un público potencial? A nivel histórico, el cine ha funcionado así. Al espectador le gusta identificar una voz propia y una identidad en las películas que ve.

Los directores que trabajáis en este limbo extraño, ajenos a la industria… ¿lo hacéis porque no os dejan entrar en ella o porque no queréis?

Yo sí que quiero entrar, yo sí que quiero hacer una película de 20 millones de euros. Si mañana me ofreciesen hacer una peli de Street Fighter o de Batman, la haría. Lo bonito de esta nueva generación es que nos gusta todo el cine. El cine por el cine. Puedo ver una de Batman y luego una de Albert Serra. Pero, en cualquier caso, mi última preocupación es que me dejen entrar o no. Y tampoco creo que exista una industria de ellos. Mira, hay una anécdota de Tarantino que me encanta. Cuando trabajaba en un videoclub, vio Matador, de Almodóvar, que empieza con un tío haciéndose una paja. Al día siguiente llegó al videoclub y les dijo a sus compañeros que quería hacer una peli con un comienzo como ése. Y sus compañeros le dijeron "Ya, pero es que ellos no te van a dejar hacer eso". Y él les contestó: "¿Quiénes son ellos?". Y yo pienso lo mismo, ¿quién es esa industria que no te deja hacer las cosas? Si una película funciona bien, al final la industria acaba fagocitando a su director.

¿Es ese el cambio que la industria del cine español necesita?

El cine cambia siempre de la misma forma. Unos cuantos directores jóvenes que empiezan a hacer cine por su cuenta y la industria los fagocita. Pasó en los 90: Bajo Ulloa, Medem, Álex de la Iglesia…

¿Pero vuestras pelis no están más cerca del cine de autor que las de ellos?

Eso puede ser por lo que te decía antes, porque estamos reivindicando nuestro derecho a experimentar y a equivocarnos. Yo quiero equivocarme. Quiero hacer una cosa tan tronada y tan loca que me lleve por delante al 90% de la gente que vaya a verla. Pero el otro 10% saldrá flipado. Esos 10 son los que a la larga dan mucho bombo.

Pero de esta manera estás renunciando a vivir del cine.

Claro. Almodóvar, por ejemplo, empezó a hacer cine con su pasta y hasta Qué he hecho yo para merecer esto (1984) no pudo vivir del cine. Imagínate, se cogió ocho excedencias de Telefónica… Seguramente tuvo que rechazar muchos proyectos para hacer el cine que quería hacer. Creo que esto es una carrera de fondo. Yo podría estar currando en la tele o en publi, pero no quiero. Prefiero vivir peor y tener tiempo para hacer las películas que quiero. Es guay tener ejemplos como el de Almodóvar. La historia le ha acabado dando la razón.

Se está empezando a hablar de Cine Low Cost para englobaros a todos aquellos que estáis haciendo cine por vuestra cuenta. ¿A quién incluirías en en este fenómeno?

Mmmm… Déjame pensar. A mi ayudante de dirección en Diamond Flash, Pablo Hernando, por ejemplo, que está haciendo una peli que se llama Cabás que tiene una pinta acojonante. Los Pioneros del Siglo XXI, Jonás Trueba también está haciendo su segunda película en plan indie… Venga Monjas igual también se lanzan a dirigir…

¿Crees que todo esto que está ocurriendo tiene un componente sociológico y generacional?

Creo que confluyen tres factores determinantes, cosas que antes no sucedían: producción muy barata, distribución asegurada (internet está ahí para todo el mundo) y la crisis, que te quiten las subvenciones. Cuando ya no tienes nada, no tienes miedo tampoco. Entiendo que no puedes basar una industria con pelis que cuesten 10.000 euros. Pero la industria dentro de 10 años va a fagocitar estas películas. Es mucho mejor que se forme así que no con películas que no se van a estrenar y que nadie está viendo. Y como director, vas a aprender muchísimo más montándotelo por tu cuenta, sin subvenciones. Vas a hacer lo que te dé la gana y vas a hacer que el público se adapte a la película que tú has hecho. Y así no obligas al público a ver una peli que no has querido hacer pero has hecho por una subvención.

Pero mientras la generación más joven se arriesga con proyectos más rompedores, la industria 'convencional' sigue igual que siempre…

Pero eso tiene sentido. ¿Cómo vas a renovar las cosas desde arriba? Nosotros nos renovamos porque podemos hacerlo, no tenemos nada que perder. A un tipo que tiene seis millones de euros del Estado cómo le dices "hazte una película que es una locura". Es verdad que ahora se están haciendo muchas películas sin alma. Y yo creo que el cine lo tiene que hacer gente que ame el cine y que quiera pasárselo bien. El cine tiene que nacer del entusiasmo, no desde algo premeditado y racional. Nace desde la pasión más ciega e infantil. Eso con los años se va construyendo. Pero para que eso se construya tiene que haber un germen de pasión. No creas una industria con películas pequeñas, pero los futuros directores se están formando con películas como ésas. Y no se lo está pagando nadie, lo pagamos nosotros porque nos da la gana y porque nos gusta el cine.

Se ha dicho que Diamond Flash es rara, un experimento marciano, etc. Explícanosla, intentemos entender por qué la gente dice eso. Para empezar, ¿por qué te decidiste a hacerla?

En 2008 me compré una cámara de vídeo, hice un corto y gané en el Notodo. Hice otro y fui al Festival de Austin. Allí me di cuenta de que quería eso. Al final tú quieres hacer cine por cosas como ir a un festival. Todo nace de cosas tan infantiles, luego lo racionalizas.

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¿En ningún momento probaste suerte en alguna productora o estabas decidido a autoproducirla?

Todo el 2010 lo dediqué a escribir Diamond Flash. Cuando terminé de escribirla, la mandé a un par de productoras, pero tenía muchas ganas de hacerla y me daba miedo entrar en dinámicas de esperar años hasta que saliese. Frivolizaba con temas como la pedofilia y los malos tratos, hablaba de temas graves pero por encima… Sabía que no iba a recibir subvenciones, que nadie me conocía y que no había hecho una película en mi vida, no tenía contactos. Me vi obligado a autoproducirla. Pensé que si no la hacía yo… esta película no iba a hacerse nunca. Me puse a buscar actores, localizaciones (eran tres: la casa de mis padres, un hotel y la casa de un colega), me compré una cámara. Pensé: "Que salga lo que tenga que salir". No quería buscar la obra maestra definitiva ni estar cinco años metido en un proyecto.

A los actores los elegiste poniendo un anuncio en internet. Sin quererlo, también renovabas el panorama de la interpretación.

Nace desde el mismo lugar que la peli. Nace de la opción de la no opción. ¿Yo escogí estos actores porque quería renovar a los actores españoles o porque no tenía otra opción? En el fondo hay que ser honesto. Si hubiese podido trabajar con actores que me gustan mucho y son más conocidos, lo habría hecho. Pero no tenía sus contactos. Pero yo estoy muy contento con los actores de Diamond Flash. Cada vez que me preguntan un motivo para ver la peli siempre digo que los actores. Su trabajo es la hostia. También porque la parte de dirigir actores es la que más me gusta.

¿Sí? Es la que menos tiene que ver con los cómics.

¿Sabes por qué me gusta? Porque tiene un componente de psicología y de seducción, es una negociación constante con otra persona. En España hay muchos directores técnicos, tenemos algún tipo de complejo con el cine americano y queramos que nuestro cine se parezca, pero luego el guión y la dirección de actores nos da más igual, pensamos que el espectador no distingue. Pero sí que distingue si un actor lo hace bien, si es verosímil, si una escena está bien compuesta, con qué plano comienzas la peli, si la historia es creíble… A mí me interesa mucho trabajar con los actores, más que la foto y otros aspectos más técnicos. Esto último es algo que se aprende con el tiempo, que se va trabajando poco a poco, y en lo que mejoras invirtiendo más dinero… Hay cosas que no dependen del presupuesto: la estructura de guión, la historia, el tono y trabajar con los actores. Y esto último es alucinante.

Háblanos de los márgenes de la ficción en Diamond Flash.

Cuando era pequeño me gustaban mucho las partes de los cómics en las que los superhéroes entre lucha y lucha tenían una movida con la novia. Pasaba corriendo las partes de las peleas y me iba a esas otras, que eran el personaje en sí. Me gusta eso de la ficción, los huecos, lo que no suele aparecer. Para mí la clave es dotar a los personajes de contradicciones y profundidad. Y en los cómics de superhéroes las mujeres siempre son las excusa, nunca son protagonistas, están a merced del superhéroe… En Diamond Flash ocurre lo contrario, las protagonistas son las mujeres y el superhéroe es la excusa. Y yo lo que quiero saber es qué pasa cuando te ha salvado un superhéroe, ¿cómo te quedas?, ¿qué pasa después?

En Diamond Flash pasas de la comedia al drama, y de ahí al thriller y a la acción con total facilidad. ¿A qué se debe este mejunje de géneros?

Cuando estaba escribiendo Diamond Flash no escribía en base a ningún género. Es que, si lo piensas, en la vida no hay géneros. Tú y yo estamos aquí hablando ahora mismo. Si pasase un espectador por delante igual se reía, pero si bajamos ahí y nos atracan y nos peleamos se convertiría en una película de acción. Y si de pronto tú te vas a tu casa y hay un tipo que te está acosando es un thriller. Y todo puede tener coherencia en tu vida. Para mí es más fácil hacer una película así que otra cosa.

¿Tienes alguna idea para tu próxima peli?

Sí, estoy escribiendo. Tengo el tratamiento. Pero no sé si se hará. Lo que pasa ahora es que ahora estamos en un momento muy complicado y tenemos dos opciones. Una, que es agobiarnos y llorar. Y la otra, que es disfrutar. Yo estoy muy emocionado con todo esto. No sé si voy a hacer más películas. Yo no tengo un pavo. Con Diamond Flash me he arruinado. Antes vivía solo y ahora me he mudado con compañeros de piso. Pero, te lo digo en serio, es de las épocas más felices de mi vida. Cuando ya lo has perdido todo, pierdes el miedo. Si hago otra película, será la hostia. Y si no hago ninguna película más, será porque no tiene que ser.

¿Y con el pertiguista de mañana, qué vas a hacer?

Se lo preguntaré a mi compañero de piso, que está trabajando en todo el tema de exhibición de El Cosmonauta. A ver si mañana me puede sujetar la pértiga. Pero le diré que, en los créditos, lo pongo como productor o lo que sea.

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