“He sufrido Cannes buenos y Cannes malos, y mejor que sean buenos”, decía Javier Bardem a la prensa española en una terraza dominando La Croisette, horas antes del estreno mundial de la inauguración de un nuevo Cannes, de su Cannes. La 71 edición que abrían Bardem, Penélope Cruz, Ricardo Darín, Eduard Fernández, Bárbara Lennie, Inma Cuesta, Elvira Mínguez… dream team del cine en español a las órdenes de un director iraní, Asghar Farhadi, con Todos lo saben.
Y se ha cumplido su deseo. Ha sido un Cannes bueno. La prensa recibió al equipo entre aplausos en la rueda de prensa. Nada que ver con los abucheos que recibió en su último Festival cuando presentó The Last Face, con Sean Penn (“Una película considerada una de las peores del festival, que tengo que decir no estoy en desacuerdo”, reconoció el actor a AFP). Precisamente, se dice, la película por la que el orden de proyecciones ha cambiado y ahora la prensa solo puede ver la película al mismo tiempo o después que el equipo.
Farhadi es un veterano de Cannes. Aquí también presentó su anterior incursión en otra cultura, la francesa, con El pasado. Y como en aquella, su gran objetivo era no parecer un extranjero en su historia. “El mayor peligro era que el público español al verla considerara que era una película de un extranjero”, explicó. “Lo primero fue evitar los clichés de la cultura española, los toros, el flamenco. Cosas que eran de una España de turistas”.
Algo que ha conseguido “con una total dedicación” durante cinco años, contó Penélope Cruz. Farhadi rastrea los orígenes de Todos lo saben en un viaje que hizo a España hace 15 años. “Había hecho solo tres películas e hice un viaje al sur de España y vimos la foto de un niño desaparecido, y mi hija que no tenía más de cuatro años preguntó y el intérprete dijo que podía ser un secuestro y mi hija tuvo mucho miedo de pensar que le iba a ocurrir, la historia se quedó conmigo y se quedó como una historia española”, cuenta el iraní con dos Oscar.
Hace cinco años decidió que la quería escribir y llamó a Bardem, primero, después a Penélope Cruz y a Ricardo Darín. Y a partir del trío protagonista montó un equipo completamente español delante y detrás de las cámaras (salvo por el montador y el propio Farhadi) con el que trabajó durante estos cinco años. Se mudó un tiempo a España para “absorber la cultura como una esponja”, recordó Penélope Cruz. Y su conocimiento y trabajo llegó al punto de que era capaz de identificar si los actores cambiaban una palabra o cambiaban la entonación, sin hablar español. “Tiene como una especie de detector de mentiras, y seguramente que tiene que ver con que vive la vida desde el sitio del observador que quiere seguir aprendiendo”, dijo la actriz.
En un año envuelto en las reivindicaciones de mujeres no podía faltar preguntas sobre el tema, y en la rueda de prensa una periodista se lanzó a preguntar si Bardem y Cruz habían cobrado lo mismo, a lo que la actriz contestó enseguida. "La verdad es que sí".
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