Brad Bird: "Un buen villano tiene que creer en algo"

El director de ‘Los Increíbles 2’ se lo pasa mejor hablando de su colegueo con Tom Cruise que de lecturas políticas o de haberse anticipado al boom de los superhéroes.
Brad Bird: "Un buen villano tiene que creer en algo"
Brad Bird: "Un buen villano tiene que creer en algo"
Brad Bird: "Un buen villano tiene que creer en algo"

Ni el mismísimo Síndrome habría escogido un momento más puñetero para encontrarse con Brad Bird: justo hoy, cuando entrevistamos al director de Los Increíbles 2, se ha hecho pública la renuncia de John Lasseter, que abandona la presidencia de Pixar tras ser acusado de acoso sexual. Un momento idóneo para hablar con otro de los fundadores de la Casa del Flexo, vamos. Pero, si bien es verdad que al cineasta (escoltado por los productores John Walker y Nicole Grindle) se le ve bastante tenso, nos preguntamos cuánto tendrá eso que ver con la noticia y cuánto con un carácter tan irascible como el de Edna Moda, la diseñadora a la que presta su voz en los filmes de la superfamilia.

Pese a haberse anticipado al boom de los superhéroes en el cine, por ejemplo, Bird afirma que su interés por el género es nulo: “Quise hacer Los Increíbles para mostrar relaciones familiares: estas películas tratan sobre la vida íntima de una familia, sobre experiencias vitales por las que todos hemos pasado alguna vez. El hecho de que los protagonistas tengan poderes es solo una forma de hacer la historia más divertida para el público, pero en el fondo esta no es una película de superhéroes”.

Y cuando toca hablar sobre cómo han influido en el nuevo filme los adelantos técnicos (la primera entrega, recordemos, se estrenó en 2004) se refiere a ellos casi más como un engorro que como una ventaja: “Entonces era más fácil hablar de cómo ibas a hacer una película de animación digital porque cada nuevo avance era revolucionario. Preparando Monstruos S. A. podíamos decir: ‘¡Vamos a mostrar el pelo más peludo que nadie ha mostrado nunca!’. Pero ahora todo ha avanzado hasta el punto de que las mejoras son muy sutiles y no afectan tanto a la impresión general”. 

A veces, el tono de Brad Bird se suaviza. Por ejemplo, cuando habla de los poderes como herramienta de caracterización: “Eso es lo que marca la diferencia entre nuestra película y el resto del género”, afirma. “Jack Jack, por ejemplo, tiene muchos poderes porque cada bebé es una incógnita: si hubiéramos hecho lo mismo con un niño de nueve años esta sería una historia como las demás”.

Pero la presencia en la cinta de un millonario filántropo (“Es como Bill Gates: puedes cuestionar sus negocios, pero no su labor humanitaria”) invita a abrir la caja de los truenos: si la primera entrega se ganó críticas por un presunto mensaje de derechas, ¿cómo se tomará cierto público que Los Increíbles 2 incluya apologías de la libre empresa? “Yo no puedo ayudar a esa gente”, espeta Bird. “Cuando hice El gigante de hierro dijeron que era de izquierdas y luego que Los Increíbles era de derechas. No tengo ni maldita la idea de cómo se tomaron Ratatouille: seguro que hay derechistas que se ofenden al verla e izquierdistas que exigen becas para que las ratas aprendan a cocinar”.

Al verlo así, tan tajante, no es extraño que el cineasta tenga simpatías por Raptapantallas, el villano de su nueva historia: él también admite sentir ganas de mandar a freír espárragos a la sociedad de la información. “Un buen villano tiene que creer en algo, y también tiene que tener parte de razón en lo que dice”, señala. Así pues, necesitamos un héroe… y ese héroe es Ethan Hunt. Cuando planeaba las escenas de acción de Los Increíbles 2, ¿pensaba Bird en su experiencia dirigiendo Misión: Imposible - Protocolo fantasma? “Al revés: cuando preparábamos esa película, Tom Cruise reunió a todo su equipo de especialistas, les puso Los Increíbles y les dijo: ‘Así es como le gusta hacer las cosas a este tío”.

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