'Boyhood' contra la censura de EE UU

En 1966, cuando el gobierno francés calificó Masculin Féminin como no recomendada para menores de 18 años, el ya de por sí iracundo Jean-Luc Godard montó en cólera, exclamando: "Ese era justo el público que yo quería para mi película". O mucho nos equivocamos, o Richard Linklater debió sentir algo muy similar al ver cómo la MPAA (Motion Picture Association Of America) marcaba su filme Boyhood (Momentos de una vida) dentro de la categoría 'R', que impide su visionado a los menores de 17 años salvo en compañía de sus padres o un pariente adulto. Rodado a lo largo de 12 años, el filme protagonizado por Ethan Hawke, Patricia Arquette y el joven Ellar Coltrane ha sido aclamado como uno de los mejores trabajos de 2014, obteniendo tres premios en la Berlinale. Cabe imaginar, pues, el cabreo de la cinefilia estadounidense cuando la institución decidió veterlo al público joven por "referencias al sexo en los diálogos y ligeras muestras de consumo de alcohol y drogas por adolescentes".

Tratándose de una película que muestra el desarrollo de un chaval (Coltrane) de los 8 a los 18 años de edad, lo raro sería que Boyhood (cuyo estreno en España tendrá lugar el 26 de septiembre) no incluyese referencias a las drogas, el alcohol y el sexo como rituales de paso. Y, por suerte para los espectadores de Nueva York, una sala lo ha entendido así: el cine IFC Center de la ciudad de los rascacielos ha anunciado su decisión de permitir la entrada a los espectadores jóvenes que quieran ver Boyhood, sin exigirles compañía adulta. "Consideramos que la película es adecuada para adolescentes maduros", señala el comunicado de IFC Center, una sala que (no por casualidad) pertenece a la empresa que distribuye Boyhood en EE UU. El texto, eso sí, señala que los jóvenes serán admitidos en sus instalaciones "según el criterio de la sala".

¿Una artimaña publicitaria, o una sincera 'peineta' contra la MPAA? Nosotros pensamos que se trata de esto último: no hace falta haber visto Los censores de Hollywood (el documental de Kirby Dick que la pone de vuelta y media) para saber que esta entidad es una de las instituciones más odiadas de la industria. Creada por los grandes estudios a resultas del Código Hays de censura, la MPAA ha sido acusada de favorecer a las majors en detrimento del cine independiente, así como de aplicar unos criterios para los cuales una palabra malsonante o una escena de sexo son más graves que un festín de tiros y explosiones. Eso por no hablar del chantaje al que somete a cineastas (ni Martin Scorsese se libra) y productores: si una película no pasa por su aro, sufrirá la etiqueta de 'Unrated' ("sin calificar"), la cual puede ser tanto un gancho comercial para vender dvd como una sentencia de muerte para su trayectoria en pantalla grande.

Tratándose de una sola sala, y de un filme sin mucho atractivo comercial a priori, no parece que la decisión del IFC Center vaya a aumentar los beneficios de Boyhood durante su período de exhibición. Ahora bien: sólo como gesto, resulta digna de elogio y podría sentar un precedente. Y si, al calor de su polémica, los quinceañeros de la 'Gran Manzana' deciden exponerse al cine de autor, pues eso que ganamos todos.

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