[BCN Film Fest 2019] 'An Accidental Studio': El Beatle que produjo a los Monty Python

Ya separado de los Beatles, George Harrison vivió los sinsabores de la producción de cine. Con Handmade Films, financió 'La vida de Brian', 'Los héroes del tiempo' o 'Mona Lisa'
[BCN Film Fest 2019] 'An Accidental Studio': El Beatle que produjo a los Monty Python
[BCN Film Fest 2019] 'An Accidental Studio': El Beatle que produjo a los Monty Python
[BCN Film Fest 2019] 'An Accidental Studio': El Beatle que produjo a los Monty Python

Ni haber formado parte de la banda musical más famosa de la historia te curte para los sinsabores del mundo del cine. Quizás sea esa la gran moraleja que deja An Accidental Studio, o la mirada a esa década prodigiosa en la que Handmade Films contribuyó decisivamente a resurgir la moribunda industria británica, con un puñado de filmes que, aún hoy, perviven en nuestras memorias. George Harrison no tenía más ambición que una armónica colaboración con artistas a los que admiraba, no tenía más intención que ayudarles a levantar proyectos que no tenían cabida en otras productoras: empezó con los Monty Python, fruto de su amistad con Eric Idle, y fue clave para que La vida de Brian, primero, y Los héroes del tiempo (que no era una peli de los Python aunque participaran cuatro de ellos), después, vieran la luz y marcaran los nuevos tiempos del otrora muy relevante cine inglés. Llegarían El largo viernes santo, Función privada, Mona Lisa o Whitnail & I. La confianza de Harrison en directores y guionistas funcionaba con resultados inmejorables. Pero, como decía el ex Beatle: "Es inevitable el choque entre el artista y la gente que maneja el dinero, y yo nunca quise ser el tipo que maneja el dinero". Ponerse en manos, a nivel financiero, de su socio Denis O'Brien fue el principio del fin: el intento de expansión a otros mercados, crecer sin demasiado sentido, ampliar la infraestructura, en definitiva retroalimentar la maquinaria perdiendo el criterio básico que llevó a Handmade Films a ser lo que parecía que iba a ser. Produjeron un puñado de largometrajes olvidables, incluso aquel desastre titulado Shanghay Surprise, que levantó ríos de tinta por el indomable y tormentoso carácter de su pareja protagonista, Madonna y Sean Penn.

Kim Leggatt, Bill Jones y Ben Timlett reconstruyen esa década prodigiosa, esa suma de talentos, en la que Handmade Films fue tan relevante como lo había sido 30 años antes la Ealing. Lo hacen con un documental de ritmo endiablado, que pasa como un suspiro, que suma testimonios rodados para la ocasión (con Neil Jordan, Terry Gilliam, Bill Robinson, Richard E. Grant, Michael Palin o el músico Ray Cooper, mano derecha de Harrison en aquellos años) con entrevistas de archivo (por supuesto, con el propio ex Beatle) y abundantes imágenes de aquel puñado de películas que despiertan las ganas de una revisión inmediata. An Accidental Studio es la crónica de una utopía, la de un romántico que hipotecó su casa y se enfrentó al fundamentalismo religioso para que millones de espectadores se troncharan con La vida de Brian, la de alguien que pareció no entender nada del mundo del show business pese a formar parte de The Beatles, la de alguien que menospreciaba el dinero y sólo creía en el arte y el talento. Durante un rato, hizo historia y nos hizo (tanto como sus canciones, y eso es mucho) felices.

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