¡Basta de trabajar gratis!: La revolución de los becarios de Hollywood

Una demanda por explotación laboral formulada por los meritorios de 'Cisne Negro' podría acabar con la costumbre de los estudios de no pagar a sus trabajadores más jóvenes. Por YAGO GARCÍA
¡Basta de trabajar gratis!: La revolución de los becarios de Hollywood
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¡Basta de trabajar gratis!: La revolución de los becarios de Hollywood

Trabajar como meritorio (o becario) en una película de Darren Aronofsky debe ser duro: jornadas de rodaje maratonianas, exigencias casi imposibles al departamento técnico y aguantar las neurosis del director son algunos de los inconvenientes que se nos ocurren. El caso es que, en otoño del año pasado, dos de los currantes más jóvenes que participaron en Cisne Negro decidieron desafiar al sistema presentando una demanda contra la productora Fox por explotación. Menos de un año más tarde, y con la resolución judicial aún pendiente, dicha demanda podría expandirse, y dar lugar así a una de las mayores revoluciones laborales de la historia de Hollywood.

Según informa The Hollywood Reporter, los demandantes planean reformular la demanda, incluyendo en ella a todos los rodajes de Fox. Si el plan sale adelante, una de las cuatro majors del negocio cinematográfico se vería acusada de prácticas que desbordan el límite de lo trapacero, y entre las que se cuentan inscribirse en un censo de profesionales asalariados (a través del formulario I-9, equivalente aproximado en EE UU de nuestra alta en la Seguridad Social) pese a que no cobraban por el desempeño de su trabajo. Así mismo, y siempre según la parte acusadora, las jornadas laborales iban mucho más allá de lo estipulado en sus contratos, sin que se recibiera remuneración alguna por las horas extra. Y, como guinda de la tarta, los meritorios eran obligados a firmar acuerdos de confidencialidad para que sus malas condiciones no trascendieran.

Entre los trabajadores que han comenzado a dar la cara están una ayudante de producción de (500) Días juntos, así como una joven que trabajó como becaria en el departamento administrativo de Fox. El verdadero Quid de la cuestión, además de las acusaciones de explotación laboral, está en el hecho de que (según la legislación estadounidense), un becario no puede sustituir a un profesional contratado, y su falta de remuneración debe estar supeditada a la experiencia y el aprendizaje adquiridos durante su etapa como trabajador gratuito.

Para colmo, y según THR, la contratación de becarios no remunerados se ha convertido en una constante entre las grandes productoras desde el comienzo de la crisis. Así mismo, esta no es la única demanda formulada al respecto, aunque sí la que podría tener implicaciones más graves. Fox ha rehusado comentar la inciativa, pero cuando comenzaron las acciones legales en 2011, afirmó que los becarios de marras no dependían de ella, sino de las tres productoras (Phoenix, Fox Creek y Dune Entertainment) que pusieron la película en marcha. Además, afirmó el estudio, desde 2010 los meritorios de la compañía cobran 6,5 euros por hora.

¿"Un grupo de críos privilegiados"?Entre los defensores de la política laboral de Fox se cuenta, sorprendentemente, el periodista de Slashfilm Germain Lussier. En su artículo publicado ayer, Lussier recuerda que en sus períodos como redactor sin sueldo (por ejemplo, en la revista de cine Premiere) aprendió "más sobre el mundo del periodismo que en cuatro años de universidad". En opinión del periodista, una de las firmas estrella de la web fundada por Peter Sciretta, "trabajar gratis no es fácil, pero es necesario si quieres hacer algo especial", los profesionales en ramos creativos como el cine "deben trabajar a cambio de nada, o de menos que nada, para probar su valía" y los demandantes que protestan contra Fox son "un grupo de críos quejicas y privilegiados".

Dejando de lado juicios como este, cabe pensar en qué consecuencias tendrá la futura sentencia como precedente en el mundo laboral de Hollywood, conocido por su dureza. Y no sólo eso, sino también si veremos alguna vez iniciativas similares en el cine español, que no constituye una excepción al presente clima de precariedad laboral, y donde las demandas y las protestas parecen patrimonio exclusivo de productores que denuncian impagos y estafas, como en los casos de Manolete o La mula.

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