Así fue el alegato de Stan Lee contra el racismo y la intolerancia

Stan Lee reflexionaba sobre el racismo y la intolerancia en un correo a sus lectores que siempre está de triste actualidad.
Así fue el alegato de Stan Lee contra el racismo y la intolerancia
Así fue el alegato de Stan Lee contra el racismo y la intolerancia
Así fue el alegato de Stan Lee contra el racismo y la intolerancia

Cuando Stan Lee empezó a trabajar en Timely Comics y debutó en el número 3 de Capitán América, no se vivían tiempos tranquilos en Estados Unidos.

Como ficcionaba -de forma maravillosa- Michael Chabon en su libro Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, la publicación del personaje fue vista como una afrenta por los simpatizantes del nazismo en Estados Unidos, que consideraban que el Capitán América era una "fantasía judía" (sic) creada para lavar el cerebro de los niños. Así, la vieja Timely y la pareja formada por Joe Simon y Jack Kirby, creadores de Steve Rogers, recibieron amenazas de muerte y avisos de bombas.

De esta forma, casi por accidente, la vida de Marvel ha estado desde su propia génesis ligada a valores progresistas. Mientras que en Europa podíamos simplificar el mensaje de personajes como el Capitán América por ir envuelto en las barras y estrellas, en su país de origen era el héroe demócrata, tan capaz de renegar de su país a raíz del Watergate como de defender a musulmanes en los instantes posteriores al 11-S.

Una parte importante de esos mensajes que niños de todo el mundo han recibido durante décadas eran responsabilidad del propio Lee y su filosofía de vida -capaz de crear grupos tan diversos como la Patrulla X-, la cual solía deslizar en sus correos a los lectores.

En este viejo recorte de esa forma de comunicación con los lectores de Marvel que mantenía, Stan "The Man" alertaba de los peligros del racismo y la intolerancia de una manera que, tristemente, sigue resonando en nuestra sociedad décadas después.

Así fue el alegato de Stan Lee contra el racismo y la intolerancia

Dejemos claro esto, la intolerancia y el racismo están entre las enfermedades sociales más graves que atraviesa el mundo. Pero, al contrario que a un grupo de supervillanos, no se las puede detener con un puñetazo en los morros o disparando una pistola de rayos. La única forma de destruirlos es sacarlos a la luz, exponer lo malvadas que de verdad son. 

El intolerante es alguien que lo odia todo sin motivo, alguien que odia ciegamente, con fanatismo, indiscriminadamente. Si le da por los hombres negros, odiará a todos los negros. Si un pelirrojo le ofende alguna vez, odiará a todos los pelirrojos. Si un extranjero es mejor que él en un trabajo, estará en contra de todos los extranjeros. Odia a la gente que no ha visto nunca -gente a la que nunca ha conocido- con igual intensidad e igual odio.

No vamos a intentar decir que es irracional que una persona esté en contra de otra. Pero mientras que todo el mundo tiene derecho a que no le guste alguien, es irracional y de locos odiar a toda una raza -o a una nación- y considerar maligna a toda una religión. Tarde o temprano tenemos que aprender a juzgar a los demás por nosotros mismos. Si un hombre quiere ser digno de su destino, debe llenar su corazón con tolerancia. Entonces y solamente entonces será merecedor del concepto de que los hombres han sido creados a imagen de Dios, un dios que nos llama A TODOS sus hijos.

Pax et Justitia

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