A sus órdenes, señora presidenta

¿Se convertirá Hillary Clinton en la primera jefa de gobierno de EE UU? Recordamos a 10 mujeres (de ficción) que llegaron a lo más alto del poder.
A sus órdenes, señora presidenta
A sus órdenes, señora presidenta
A sus órdenes, señora presidenta

Hay que admitirlo: si lo consigue, se lo tendrá bien ganado. En parte, por todo lo que tuvo que aguantarle a su marido cuando éste ocupaba el Despacho Oval (¿alguien dijo "Monica Lewinsky"?) y, en parte, porque ver a una mujer encaramada a la presidencia del país más poderoso del mundo puede ser algo remotamente satisfactorio. El caso es que, a sus 67 primaveras, Hillary Rodham Clinton podría ir camino de convertirse en la primera mujer que llega a la presidencia de EE UU, siempre que las urnas la favorezcan a ella en vez de a Donald Trump. Ante este anuncio, nosotros no podemos sino recordar que, hasta ahora, sólo había un lugar en el que una mujer podía aspirar a la poltrona del Despacho Oval, y ese lugar era la pantalla de cine o de TV. A continuación, te mostramos unos ejemplos sacados de la más estricta ficción política: a nosotros también nos habría encantado incluir a Laura Roslin (Battlestar Galáctica), pero es lo que hay...

Besos para mi presidenta (C. Bernhardt, 1964)

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La presidenta: Leslie McCloud (Polly Bergen)

Su mandato: Considerada como la primera película que puso a una mujer en el Despacho Oval, Besos para mi presidenta presenta varios puntos de interés: por ejemplo, la llegada de su protagonista a la Casa Blanca se debe a una movilización masiva del voto femenino, una alternativa con la que casi ningún otro guionista ha contado hasta hoy. Los problemas, que los hay y son muy gordos, llegan cuando constatamos que el auténtico personaje principal es el marido de la propia (interpretado por Fred McMurray), objeto de chanza por estar casado con una mujer más poderosa que él. Y, en el clímax de la historia, la presi decide dimitir para ocupar el lugar que legítimamente le corresponde: el de ama de casa. Qué didáctico, ¿verdad?

Hail to the Chief (serie, 1985)

La presidenta: Julia Mansfield (Patty Duke)

Su mandato: Concebida por los productores de la legendaria Enredo, esta comedia de situación apareció en lo más gélido de la Guerra Fría, cuando Ronald Reagan bromeaba acerca de bombardear la Unión Soviética. Y eso se nota mucho: tras ganar las elecciones, la protagonista de Hail to the Chief tiene que lidiar tanto con su familia (un hijo y una hija en plena pubertad, un marido que le pone los cuernos) como con las cosas de la destrucción mutua asegurada y con los lobbies religiosos tan en boga por entonces. Además, la serie incorporó a uno de los primeros personajes abiertamente gays de la TV estadounidense, el cual era para colmo un agente de la CIA. Quizá debido a todo ello, o quizá debido a que era malísimo, el show fue cancelado después de siete episodios.

Mars Attacks! (Tim Burton, 1996)

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La presidenta: Taffy Dale (Natalie Portman)

Su mandato: ¿Sorprendidos? Pues, a costa de soltar algunos SPOILERS sobre la película más gamberra de Tim Burton, cabe recordar que la hija del presi Jack Nicholson (tristemente asesinado por los invasores de Marte) y la primera dama Glenn Close (tristemente aplastada por una lámpara que perteneció a Nancy Reagan) quedaba al final del filme como única figura de autoridad superviviente en EE UU, y por lo tanto como inquilina de la Casa Blanca... o de lo que quedaba de ella. La verdad, Natalie es una de las mandatarias que mejor nos cae de esta lista, no sólo por su sencillez y pragmatismo, sino también porque su ceremonia de investidura se veía amenizada por unos mariachis.

Mafia, estafa como puedas (Jim Abrahams, 1998)

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La presidenta: Diane Steen (Christina Applegate)

Su mandato: Interpretada por la mollar actriz de Matrimonio... con hijos, la pobre Diane no tiene la culpa de ser más tonta que Pichote: al fin y al cabo, se trata de una parodia chusca de la Diane Keaton de El Padrino, concebida por un Jim Abrahams separado ya de los hermanos Zucker y a mucha distancia de Aterriza como puedas. Ahora bien: mientras que, en el clásico de Coppola, la esposa de Michael Corleone acababa convertida en un ama de casa que sufría en silencio los mangoneos de il suo marito, Diane Steen acepta los embustes de su mafioso con tirantes (Jay Mohr) sin rechistar siquiera. Cualquiera diría que ha llegado al Despacho Oval...

Los Simpson (serie, 1989 - ...)

La presidenta: Lisa Simpson

El siglo XXI acababa de comenzar, el ideario neocon de George W. Bush y sus secuaces estaba a punto de adueñarse del mundo... y, gracias al capítulo Bart al futuro (17 de la undécima temporada, emitido en EE UU en 2000) todos suspiramos de alivio al descubrir que el porvenir estaba en buenas manos: pese a que su mamá Marge no logró alcanzar los altos destinos a los que estaba abocada (casarse con un gañán como Homer, es lo que tiene), la hija mediana del clan Simpson acabaría luciendo su pelopincho y su collar de perlas en el Despacho Oval. Con un equipo de gobierno encabezado por el vicepresidente Milhouse Van Houten, y apoyada por ese hermano que es un bandarra, pero la quiere, Lisa se pondrá al frente del poder ejecutivo con esa mezcla de resignación y chapuza que sólo se aprende en Springfield. 

Señora presidenta (serie, 2005 - 2006)

La presidenta: Mackenzie Allen (Geena Davis)

Su mandato: Intelectualmente superdotada, con currículum olímpico y muy versada en música, Geena Davis es una de las actrices que más nos pegan como intérpretes de una político de postín. Lástima que su personaje en Señora presidenta no llegase a la cumbre del poder mediante unas elecciones, sino por el usual conducto ("usual" en lo tocante a las mujeres de ficción, queremos decir) de sustituir por procedimiento de urgencia a un presi fallecido. Tirando a rojeras en sus propuestas, la señora Allen se ganó la hostilidad de los derechistas tanto en la ficción (con un Donald Sutherland tan viperino como de costumbre conspirando para deponerla) como en la realidad, siendo objeto de severas críticas por parte de lobbies conservadores. La serie se cayó de la programación tras su primera y única temporada, por más que la Davis se hubiese alzado con el Globo de Oro a Mejor Actriz Dramática en Televisión.

24 (serie, 2003 - 2008)

La presidenta: Allison Taylor (Cherry Jones)

Su mandato: Da igual lo simpáticos que parezcan, o lo razonable que resulte su programa político. Cuando hablamos de los presidentes de EE UU (reales o ficticios), debemos recordar siempre que tienen bajo su mando un aparato militar y represivo para el cual términos como "ética" o "derechos humanos" son papel mojado. ¿Queremos una prueba? Pues fijémonos en la señora Taylor, un personaje algo más que inspirado en la propia Hillary Clinton: vale que su máximo objetivo es la paz en Oriente Medio, y que su vida familiar queda hecha unos zorros tras los eventos del show... pero recordemos que, si puede llevar a cabo sus políticas, es gracias a contar a su servicio con una mala bestia como Jack Bauer (Kiefer Sutherland). Así, cualquiera.

Veep (serie, 2012 - ...)

La presidenta: Selina Meyer (Julia Louis-Dreyfuss)

Su mandato: De todos los politicastros que habitan actualmente en televisión, Selina es la que más miedo nos da. Más todavía que el Kevin Spacey de House of Cards, fíjate tú. Desde que la conocimos, cuando aún ocupaba el despacho de la vicepresidenta, esta señora oportunista, hipócrita, incompetente y extremadamente malhablada (cómo olvidar lo de "¡Antes que eso, me quemo el potorro!") se ha obstinado por darle validez a ese dicho según el cual hace más daño un tonto que un hijoputa. Para colmo, la tercera temporada del show concluyó con ella convertida en presidenta por accidente, y en la cuarta la vimos ebria de poder y dispuesta a repartir puñaladas traperas a diestro y siniestro. Al lado de ella, Hillary Clinton es una aficionada.

Asuntos de estado (serie, 2014 - ...)

La presidenta: Constance Payton (Alfre Woodard)

Su mandato: Está claro: Katherine Heigl quería desprenderse para los restos de Anatomía de Grey, y más aún de aquellas comedias románticas que la convirtieron en la actriz más odiada de Hollywood. Así pues, la serie que estrenó el año pasado no sólo la pone en el rol de una ex agente de la CIA convertida en asesora de la Casa Blanca, sino que sitúa como inquilina de dicha casa a una presidenta que además de mujer, es afroamericana. Y cuyo difunto hijo era, para colmo, el prometido de la protagonista. No es por nada, Katherine, pero tanta corrección política nos huele un poco a cuerno quemado.

Ellas y el sexo débil (serie, 2006)

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La presidenta: Carla de Viñacorta (Ana Obregón)

Su mandato: ¿Que esto es hacer trampa? Pues sí, pero nosotros encantados: tanto hablar de la política estadounidense, tanto marear las cosas en la Casa Blanca... y se nos olvida que, sin salir de nuestras fronteras, tuvimos a una jefa de gobierno con el semblante inconfundible de Ana Obregón. Recién salida del megahit Ana y los siete, la ilustre bióloga planeó una serie que, además de aspirar a ser un clon typical spanish de Sexo en Nueva York, se estructuraba en torno a una serie de flashbacks rememorados por una protagonista aposentada ya en la Moncloa. Aunque Ellas y el sexo débil haya pasado a la historia como uno de los mayores fracasos de la TV en España, hay que reconocer que Sarah Jessica Parker nunca llegó a tanto.

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