6 películas que deberían reestrenarse ahora que Trump está en la Casa Blanca

Ahora que '1984' se convierte de nuevo en bestseller, es el momento de revisar estos clásicos cinematográficos de la distopía y la sátira política
6 películas que deberían reestrenarse ahora que Trump está en la Casa Blanca
6 películas que deberían reestrenarse ahora que Trump está en la Casa Blanca
6 películas que deberían reestrenarse ahora que Trump está en la Casa Blanca

Parece un chiste, pero ahí están las noticias en medios generalistas para confirmarlo: desde el 20 de enero, cuando Donald Trump tomó posesión de su cargo como presidente de EE UU, a los ciudadanos de la superpotencia les ha dado por leer como si no hubiese un mañana. Y no por leer cualquier cosa, además, sino que se han lanzado a por 1984. Un clásico de la ciencia-ficción, obra de George Orwell, que reúne muchas cualidades para convertirse en bestseller tres cuartos de siglo tras su llegada a las librerías: es cortito, está escrito en un estilo rápido y accesible... y describe una de las distopías más terroríficas jamás concebidas por la imaginación humana.

Ya que el clima cultural está así de optimista, en CINEMANÍA nos hemos preguntado por qué no está afectando un fenómeno similar al séptimo arte. Y, dado que las versiones cinematográficas de 1984 (la de 1956, con Edmond O'Brien, y la de 1984, con John Hurt Richard Burton) tampoco han sido nada del otro jueves, nos atrevemos a proponer una serie de filmes que deberíamos revisar ahora que el magnate ha puesto sus posaderas en el Despacho Oval. Ojo: revisarlas en el día de hoy puede provocar ahogos, palpitaciones, pesadillas y ganas de mudarse a Saturno.

Brazil (Terry Gilliam, 1985)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/ZKPFC8DA9_8"]

¿Por qué nos recuerda a Donald? Un futuro entre lo totalitario y lo ultraliberal, donde las infraestructuras se caen a pedazos y el Estado sólo sirve para espiar (y ejecutar) a sus ciudadanos... Está claro que este homenaje-parodia al 1984 de Orwell no sólo no pierde su vigencia con el tiempo, sino que, por desgracia, la gana. La dantesca batalla librada por Gilliam contra el productor Sid Sheinberg (quien se negó a estrenar el filme, para luego lanzar una versión del mismo recortada hasta lo irreconocible) también resulta, por desgracia, de lo más actual.

La invasión de los ultracuerpos (P. Kauffman, 1978)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/es83ejXi5wg"]

¿Por qué nos recuerda a Donald? A estas alturas, los críticos aún se preguntan sobre si la versión original de esta historia (La invasión de los ladrones de cuerpos, Don Siegel, 1956) era un producto de la paranoia anticomunista, o una sátira de la Caza de Brujas y su cultura de la delación. Pero, respecto de este remake, hay pocas dudas: el coguionista de En busca del Arca perdida tenía en mente el giro a la derecha que acabaría llevando al poder a Ronald Reagan. Seguro que, al conocerse el resultado de las últimas elecciones, más de un ciudadano de la superpotencia se preguntó si sus vecinos seguían siendo humanos...

Están vivos (John Carpenter, 1988)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/pBNK1MCo7Xo"]

¿Por qué nos recuerda a Donald? Cuando el director de La noche de Halloween dijo que le aterrorizaba pensar en Trump llegando al Despacho Oval, algunos nos dimos cuenta de que la cosa iba en serio. Así pues, nada mejor que rescatar este clásico de la serie B anarco-destrozona, con el llorado Roddy Piper (quien sustituía a un Kurt Russell que no estaba por la labor) descubriendo que la élite política y social de EE UU estaba compuesta por alienígenas muy feos. Cuando la veas, te entrarán ganas de ponerte unas gafas de sol y hacer esas pintadas donde se lee lo de "Ellos viven, nosotros dormimos".

Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú? (S. Kubrick, 1964)

[fvplayer src="https://www.youtube.com/embed/231TmvIPzQQ"]

¿Por qué nos recuerda a Donald? Para responder a la pregunta, basta con recordar esas conversaciones telefónicas que el presidente Peter Sellers sostenía con su borrachísimo homólogo soviético, mientras un bombardero B-52 cargadito de megatones se dirigía al corazón de Rusia para desencadenar la Tercera Guerra Mundial. Seguro que, en aquella sala de guerra, Trump se hubiera sentido como en casa, departiendo con el doctor Strangelove (también Peter Sellers, qué cosas) sobre la supervivencia del más apto, y babeando junto al general Turgidsson (George C. Scott) sobre cuántas mujeres  le tocarían a cada uno cuando viviesen en el refugio antiatómico.

Rebelión en las ondas (Allan Moyle, 1990)

¿Por qué nos recuerda a Donald? "Todo el mundo sabe que la guerra ha terminado, todo el mundo sabe que los buenos perdieron": así expresaba el llorado Leonard Cohen sus impresiones ante el fin de la Guerra Fría, en una canción titulada Everybody Knows. Una canción que, mira tú, ese Christian Slater radiofonista, pirata y adolescente pinchaba nada más comenzar esta película sobre la resistencia a los EE UU más conservadores, con su tedio y su gazmoñería. Seguro que más de un cachorro de los 90, ahora ya talludito, sintió ganas de revisarla el pasado 20 de enero.

Idiocracia (Mike Judge, 2006)

Comenzábamos este reportaje con las visiones pesadillescas de Brazil, y lo terminamos con un panorama más inquietante aún, si cabe: la de unos EE UU futuros donde todo el mundo se ha vuelto rematadamente imbécil. Sólo el creador de Beavis y Butt-head y de Silicon Valley podría haber imaginado una distopía tan sencilla y, a la vez, tan verosímil: si, un día de estos, nos toca anunciarte que la película número 1 en las litas estadounidenses de taquilla se titula Culo, no dirás que no te lo avisamos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento