12 fotos inéditas de 'El Imperio contraataca'

Con su 30 aniversario tan reciente sobran las razones para revisitar El Imperio contraataca (1980), la secuela de La guerra de las galaxias, y quizá el filme más aclamado de la saga de George Lucas, ocupado últimamente en el lanzamiento de los Blu-rays y la conversión a 3D de las seis películas. ientras los warries (fans acérrimos de Star Wars) siguen debatiendo sobre qué huele peor, si las entrañas de un taun taun o las marismas del planeta Dagobah, te ofrecemos unas fotos de rodaje inéditas que descubren la magia tras las imágenes del filme, extraídas del libro que se publica estos días The Making of Empire Strikes Back, de J. W. Rinzler. Por desgracia, este súper recomendable volumen aún no se distribuye en España, pero puedes conseguirlo a través de tu librería online de cabecera. Mientras tanto, consuélate con estas 12 fotos inéditas (o poco vistas) y las jugosas explicaciones que las acompañan.

"Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...". Así comienzan todos los filmes de Star Wars, y así comienza nuestro repaso: con el rodaje del mítico 'opening crawl' de la saga, en los talleres de Industrial Light and Magic.

Como suele suceder, el wampa (la criatura de las nieves que casi se merienda a Luke Skywalker) llevaba a un señor dentro, y no por habérselo cenado antes. Des Webb, ese era su nombre, podía dar sólo unos pasos embutido en el enorme disfraz antes de que el peso de sus botas le obligase a detenerse.

Phil Tippett y Jon Berg, artistas de la stop motion, ponen en marcha el ataque imperial sobre el planeta Hoth. El paisaje de fondo es una transparencia elaborada sobre fotografías tomadas en Noruega: la espectacularidad exigida por Lucas obligó a usar maquetas y fondos del mayor tamaño posible, tarea que corrió a cargo del técnico Mike Pangrazio. En cuanto a los amenazantes AT-AT, ahora son pacíficos animales domésticos.

Harrison Ford, caballero de fortuna, espera que su Halcón Milenario salga del taller sentado sobre el modelo de un caza Ala-X rebelde.

Lo creas o no, este mono pudo haber sido el intérprete del maestro Yoda: los animadores (encabezados por el gran Frank Oz) estudiaron la posibilidad de usarle para encarnar al veterano jedi en los planos más difíciles de realizar con marionetas.

Maestro y discípulo, frente a frente: Mark Hammill (Luke Skywalker) saluda a Alec Guinness (Obi-Wan Kenobi), su amigo y consejero dentro y fuera de la pantalla.

Irvin Kershner (director), Carrie Fisher (Princesa Leia) y Harrison Ford se enfrentan a un Billy Dee Williams (Lando Calrissian) que parece a punto de soltarles aquello de "Lo siento, llegaron antes que vosotros" (a la mesa del catering, claro).

Por mucho que George Lucas nos comiese la cabeza hablándonos de las Guerras Clon y de sofisticadas armaduras mandalorianas, la intención del técnico Joe Johnston cuando pintó la armadura de Bobba Fett era bien distinta: "Quería que diese la impresión de estar compuesta por piezas sueltas, explica. Y prosigue: "Colgados de la cintura lleva pequeños trofeos. Es casi una colección de cabelleras".

"Ser una bola de pelo que piensa con el estómago no es óbice para ser un caballero". Eso parece pensar Chewbacca (Peter Mayhew) mientras lleva en volandas a Carrie Fisher.

Momento mítico donde los haya: Darth Vader (David Prowse) dice "Yo soy tu padre", y un horrorizado Mark Hammill se deja caer... Hacia una acogedora aglomeración de colchones (galácticos).

Regreso al pasado: tras haber rodado en ellos La guerra de las galaxias (1977), Mark Hammill volvió a los londinenses estudios Elstree para empuñar de nuevo su sable de luz.

La familia galáctica (casi) al completo: Mark Hammill, George Lucas, Carrie Fisher y un Harrison Ford con su habitual cara de pan sin sal. Al fondo puede verse a Barbara Ritchie (directora de peluquería), Michael J. Duthie (montador) y a la ayudante de dirección Debbie Shaw, hija del actor Robert Shaw (Tiburón).