101 años de Freddie Francis (y 5 películas para descubrirle)

De no haber muerto hace casi 10 años, el cineasta británico Freddie Francis habría cumplido hoy 101 años.

Nacido en 1917, Francis tuvo una carrera dentro de los equipos de fotografía de muchos títulos del cine británico, en los que figuró como auxiliar, ayudante de cámara y operador, todo hasta que en 1956 se convirtió en director de fotografía con Infierno en Corea. 

Como director de fotografía ganaría dos Oscar (en 1960 por Hijos y Amantes y en 1989 por Tiempos de Gloria), además de firmar la foto de películas como El hombre elefante, El cabo del miedo o Suspense, la famosa adaptación que Jack Clayton hizo de Otra vuelta de tuerca.

Pero donde el nombre de Freddie Francis fue más famoso fue en su faceta de director, una vía que exploró tras el primero de sus Oscars y en la que se convirtió en uno de los grandes clásicos de la factoría británica del cine de terror.

Aquí van cinco títulos para descubrirle.

Con una fotografía en blanco y negro que recordaba a la película de Clayton, Francis rodó una de las obras maestras de Hammer Films: la historia de una chica de una chica que tiene recurrentes pesadillas en las que su madre la aterroriza.

Si existiera algo parecido a un supergrupo del cine de terror sería algo parecido a esto. Tres estrellas del cine británico de género como Peter Cushing, Michael Gough y Christopher Lee (en un papel menor) para una historia de Robert Bloch, el autor de Psicosis, adaptada por Milton Subotsky y producida por Amicus. Y de regalo, la figura del Marqués de Sade, cuyo cráneo está poseído por una presencia demoniaca.

Otro de los grandes títulos de Amicus es esta antología de historias de terror -una fórmula frecuente en la época- en la que un médico alemán (interpretado por Peter Cushing) aterrorizaba con historias a los pasajeros de un tren.

Cuarta entrega de la saga transilvana de Hammer y tercera protagonizada por Christopher Lee. En ella, la sangre de un sacerdote sirve para revivir a Drácula, quien toma posesión del cura y viaja hasta la ciudad de la que procede, buscando nuevas víctimas.

Entrando en el último tercio de su carrera, Francis dirigió esta producción de Mel Brooks en la que se rescataba un guion de Dylan Thomas y en la que se contaba una historia llevaba no pocas veces al cine: la de los ladrones de cadáveres Burke y Hare.