10 películas sin las que 'Star Wars' nunca hubiera existido

Para crear su saga galáctica, George Lucas se inspiró en todas estas películas. ¿Quieres descubrir a los ancestros de los caballeros Jedi?
10 películas sin las que 'Star Wars' nunca hubiera existido
10 películas sin las que 'Star Wars' nunca hubiera existido
10 películas sin las que 'Star Wars' nunca hubiera existido

Hoy es una fecha muy importante para los caballeros Jedi, los droides, los pilotos de caza Ala-X y todos los que siempre soñaron con viajar a la galaxia muy, muy lejana: el 40 aniversario del estreno de Star Wars. Tal día como hoy, en 1977, aquella película tan rara que aspiraba a revitalizar el cine de aventuras llegó a las salas… y revolucionó el cine para siempre. En CINEMANÍA hemos decidido celebrar este festejo por todo lo alto, así que te ofrecemos este completo informe sobre los filmes que inspiraron a George Lucas para crear su saga. En la lista encontrarás trabajos legendarios de la historia del cine, cintas de serie B que merecen una revisión, y alguna que otra referencia un poco inquietante.

La fortaleza escondida (Akira Kurosawa, 1958)

¿En qué se nota? La devoción de George Lucas por el cine de samuráis es bien conocida: sólo hay que observar a los caballeros Jedi, con su código de honor y sus katanas (perdón, sus sables de luz) para darse cuenta. Por no mencionar el yelmo de Darth Vader. Ahora bien, tras ver este filme del autor de Yojimbo, uno acaba pensando que sólo le faltan las granjas de humedad y los cazas TIE. Para empezar, La fortaleza escondida cuenta la historia de un grupo de forajidos (uno de ellos, Toshiro Mifune) que escolta a la princesa líder de una rebelión. La cual, aunque voluntariosa y aguerrida, no lleva el pelo enrrollado sobre las orejas. Y, por si eso fuese poco, los protagonistas titulares son dos campesinos que pueden resultarnos muy familiares: uno es alto y el otro bajito, no paran de meterse en líos y están peleándose todo el rato. ¿Te suena de algo? Exacto: se trata de la inspiración para los droides C3PO y R2-D2.

Metrópolis (Fritz Lang, 1927)

¿En qué se nota? Podríamos decir que este clásico alemán ha sido el modelo para todas las superproducciones de ciencia-ficción de la historia, y quedarnos tan anchos. Pero en el caso de Star Wars, su influencia se deja ver en un detalle pequeño, si bien importante. Porque el aspecto de nuestro querido C3PO, empezando por su dorada carrocería y siguiendo por sus formas humanoides, son un homenaje de Lucas y su gente a Maria, la robota maligna diseñada por Rotwang (Rudolf Klein-Rogge) para suplantar a una líder sindical. Por fortuna para la Alianza Rebelde, 3PO está más por las relaciones cibernéticas humanas que por las relaciones laborales. Y, en cuanto a su capacidad para sembrar el caos, digamos que R2 se las basta solo.

Flash Gordon conquista el universo (serial, 1940)

¿En qué se nota? El joven Lucas podía ser un ratón de filmoteca, siempre dado a las citas cultas, pero que nadie se llame a engaño: en la génesis de Star Wars participaron también los seriales de cine que dejaban al público en vilo semana tras semana, y que nuestro hombre devoró cuando era pequeño en las matinés de los cines de Modesto (California). Basado en los tebeos de Alex Raymond, y con el mazas Buster Crabbe como el héroe titular, Flash Gordon conquista el universo no sólo resulta muy emparentable con la saga galáctica por su tema de ciencia-ficción, sino que la afición de Ming el Despiadado por fabricar armas destructoras de planetas también nos recuerda poderosamente a algo...

Escuadrón 633 (Walter Grauman, 1963)

¿En qué se nota? Además de los seriales añejos de ciencia-ficción, otra afición juvenil de George Lucas que se trasplantó a Star Wars fueron las películas de aviadores de la II Guerra Mundial. Este título, sobre un asalto de la RAF a una base de cohetes V2 alemanes, contiene un clímax muy relacionable (y relacionado) con el del primer filme galáctico: resulta que la plataforma de lanzamiento de marras está situada en lo más hondo de un fiordo noruego fortificado hasta los dientes. El cual puede recordarnos, y mucho, a la trinchera ecuatorial de la Estrella de la Muerte. Al menos, como puede apreciarse en el vídeo de arriba, Lucas tuvo muy en cuenta este filme a la hora de montar la Batalla de Yavin IV.

The Dam Busters (Michael Anderson, 1955)

¿En qué se nota? Sin sonido, sin gravedad (con la consiguiente ausencia de sentido direccional) y sometidos a la inercia y todas esas cosas de la Física, unos combates entre naves espaciales imaginados de forma más o menos realista serían un supino y mareante aburrimiento. Por ello, no podemos culpar a Lucas por fijarse en el cine de combates aéreos para planificar el clímax de Star Wars. La segunda fuente de inspiración de la Batalla de Yavin, y también de la de Endor (El retorno del Jedi) fue esta estupenda película sobre bombarderos británicos reduciendo a cascotes las centrales eléctricas del III Reich.

Los cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961)

¿En qué se nota? Pues sí, lectores, otra película ambientada en la II Guerra Mundial. Algo que no debería extrañar demasiado: si los uniformes de los oficiales del Imperio se parecen tanto a los de la Wehrmacht y la Luftwaffe es por algo. En esta ocasión, debemos tener en cuenta que este filme nos lleva (en compañía de David Niven, Gregory Peck y Anthony Quinn) a una plataforma de artillería nazi cuyas interioridades se parecen mucho, muchísimo, a las de la primera Estrella de la Muerte. De hecho, las secuencias en las que Los cañones de Navarone nos describe el funcionamiento de los susodichos cañones se parecen bastante a aquella que precedía la destrucción de Alderaan.

Centauros del desierto (John Ford, 1956)

¿En qué se nota? Para trazar el periplo vital de Luke Skywalker, Lucas recurrió a fuentes literarias muy sesudas, como el libro El héroe de las mil caras de Joseph Campbell. Y también tiró de referencias menos académicas, pero igual de ilustres, tales que este clasicazo western de John Ford. No nos referimos sólo al posible parecido entre Monument Valley y Tatooine: algunos planos del primer filme de la saga (como la llegada de Luke a la granja arrasada de Lars Beru) están calcados de esta película a modo de homenaje, y la fascinación del jovencito Jeffrey Hunter por el siniestro cazaindios al que encarna John Wayne tiene mucho que ver con el vínculo entre Luke y Lord Vader. La influencia de Centauros del desierto se extiende, de hecho, hasta las precuelas. ¿Recuerdas la escabechina que arma Anakin Skywalker entre los incursores Tusken después de la muerte de su madre en El ataque de los clones? Pues eso.

Lawrence de Arabia (David Lean, 1962)

¿En qué se nota? La relación entre Lawrence de Arabia y la primera entrega de Star Wars es algo patente y confirmado por el propio Lucas. Y no sólo porque en ambos filmes el desierto, y Alec Guinness, tengan papeles muy importantes. De hecho, David Lean es uno de los directores favoritos de George Lucas, y en El ataque de los clones el patriarca galáctico pudo darse el gusto de ambientar una de sus escenas en la Plaza de España de Sevilla, al igual que su fuente de inspiración: lo que en el filme de Lean era El Cairo, en la precuela era el planeta Naboo.

2001, una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968)

¿En qué se nota? Entre el estilo de Lucas y el de Kubrick, así como en el fondo temático de Star Wars y el de 2001, media el mismo parecido: ninguno. Pero consideremos que, en su momento, la historia de David Bowman, HAL 9000, los chimpancés y el Monolito fue un salto hiperespacial para la historia de los efectos especiales, así como un cambio radical en la actitud de los estudios, y del público, respecto del cine de ciencia-ficción. Los fanfatales de la película de 1968 acusan a George Lucas de haber hecho retroceder al género, devolviéndolo a sus orígenes aventureros y populacheros, mientras que muchos warsies consideran a 2001 como un auténtico pestiño pretencioso. Pero tal vez esa sea una razón suficiente para decir que, sin el viaje de la Discovery hacia Júpiter, el Halcón Milenario nunca hubiese zarpado.

El triunfo de la voluntad (Leni Riefenstahl, 1935)

¿En qué se nota? Estamos ante la referencia más controvertida de todas las manejadas por Star Wars. Lo cual no es para menos, dado que se trata de una película de propaganda nazi que recoge una masiva convención del partido en la ciudad de Nuremberg. Consideraciones histórico-políticas aparte, lo cierto es que Lucas se fijó muchísimo en la labor de Leni Riefenstahl para planificar el final de Star Wars, cuando Luke, Han Solo, Chewbacca y compañía son condecorados por la princesa Leia. Claro que, si nos dan a elegir entre un cónclave de jerarcas genocidas y un wookie, nosotros tenemos muy claro quién nos cae mejor.

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