10 formas absurdas de financiar tu película

¿Quieres hacer cine? ¿Estás sin un euro? No te preocupes: CINEMANÍA te presenta una lista de métodos para conseguir presupuesto. Y, además, gratis.
10 formas absurdas de financiar tu película
10 formas absurdas de financiar tu película
10 formas absurdas de financiar tu película

Desde que los hermanos Lumiére (algo así como los Coen, pero en muy antiguo) rodaron aquello de La llegada del tren a la estación, se hizo evidente una gran verdad sobre ese nuevo arte llamado cine. ¿Qué había que verlo comiendo palomitas? No: que hacer películas costaba dinero. Los espabilados de Auguste y Louis, que por algo tenían su propia fábrica, podían llorar por un ojo, porque El regador regado (su primera película con argumento) no tuvo precisamente los costes de una superproducción. Pero pasó el tiempo, las exigencias del público se hicieron más y más duras, y directores de todo el mundo sudaron tinta a fin de hallar parné para firmar sus filmes.

¿Es este tu caso, lector o lectora? ¿Quieres aportar tu granito de arena a la historia del cine, pero tienes miedo de acabar con más números rojos que Coppola tras el estreno de Corazonada? No te preocupes: siempre fiel a su vocación de servicio público, CINEMANÍA te ofrece una práctica guía para financiar tu película mediante actos tan absurdos como desesperados. Respaldados todos ellos, además, por experiencias de cineastas de primer orden. Y si fracasas miserablemente y sigues sin un euro tras intentarlas, no te preocupes: al menos te habrás echado unas risas.

Haz de cobaya humana

Así se financió... Robert Rodriguez (El mariachi, 1992)

"¡Yo fui una rata de laboratorio!", afirma orgulloso el coautor de Sin City (y amigo de Tarantino) en su libro Rebelde sin pasta. Pese a que su debut sólo estaba presupuestado en 7.775 euros, según el cambio actual, Rodriguez tuvo que imitar a ilustres como Jim Morrison prestándose voluntario a los experimentos de la compañía Pharmaco, que ensayaba un medicamento para las lesiones de la piel. Pese a inconvenientes menores, como una estancia de dos semanas en el hospital y tener que pagarse él mismo sus análisis de sangre, el director sacó unos nada despreciables 2.220 euros de la broma.

Inconvenientes: Rodriguez aún conserva unas desagradables cicatrices cutáneas a cuenta de la experiencia. Por otra parte, aparecer en el rodaje inoculado con una nueva y misteriosa enfermedad (o convertido en rabino, como Woody Allen en Toma el dinero y corre) puede desmoralizar un poco a tu equipo.

Haz que tus amigos la dirijan gratis

Así se financió... Roger Corman (El terror, 1965)

  Tratándose de un informe sobre cómo ahorrar dinero en el cine, el nombre de Corman tenía que salir. Y es que el gran tacaño de Hollywood había fichado a un actor joven y prometedor, al que había salvado por un pelo de su curro de dibujante (en el estudio Hanna Barbera) y quería hacer una película a su medida. Devoto siempre de la Vírgen del Puño, el autor de El péndulo de la muerte decidió ahorrarse unos dólares encomendando la dirección a unos chavales que trabajaban en su estudio American International, y que agredecidos por la oportunidad se encargarían de todo sin cobrar. El nombre de dicho actor era Jack Nicholson, y los padawan de Corman atendían por Peter Bogdanovich, Francis Ford Coppola y el futuro responsable de Carretera asfaltada en dos direcciones, Monte Helman. Tal vez te suenen de algo.

Inconvenientes: Se mire por donde se mire, y pese a lo simpático de la anécdota, El terror es un truño clamoroso. Tal vez la ausencia de emonumentos, y el hecho de que Corman firmase el filme en solitario, desmotivase un poco a sus directores.

Consigue un buen 'product placement'

Así se financió... Mel Stuart (Un mundo de fantasía, 1972)

Como sabrás si eres muy cinéfilo, Tim Burton no fue el primero en adaptar Charlie y la fábrica de chocolate, el clásico infantil (y cruel) de Roald Dahl. Para rodar la primera versión del libro, con Gene Wilder en el papel del excéntrico confitero Willy Wonka, el productor David Wolper convenció a la compañía de cereales Quaker Oats de una redonda maniobra publicitaria: coincidiendo con el lanzamiento del filme, la empresa lanzaría al mercado unas chocolatinas como las producidas por Wonka y sus Oompa Loompas. A cambio, Quaker Oats contribuiría con un 25% del presupuesto.

Inconvenientes: Llegado el estreno, tanto Quaker Oats como Wolper se llevaron un buen chasco. Y es que las chocolatinas producidas a tal efecto no sabían precisamente a chocolate, sino a otro producto de color marrón. Por fortuna (para el director y el productor), la película cayó bien al público y fue un éxito.

Ahorra alquiler durmiendo en el plató

Así se financió... David Lynch (Cabeza borradora, 1977)

Eres un director muy prometedor (y con pelazo) que quiere rodar su primer largometraje, pero tiene dos problemas. El primero, que el guión es tan raro que ninguna productora quiere financiártelo, y el segundo que los 25.700 euros que el American Film Institute te ha concedido a modo de beca se te quedan muy cortos. Afortunadamente, tu afán creativo te lleva a una decisión drástica: montar los decorados de la película de tal manera que sean habitables, con su cocina y todo, y quedarte a vivir en ellos como si de un apartamento se tratara. Para que luego hablen de la crisis de la vivienda...

Inconvenientes: Lynch no logró ahorrar todo lo que hubiera querido con esta maniobra, y hubo de redondear su presupuesto repartiendo periódicos en bicicleta. Además, habitar el poco acogedor decorado le provocó numerosas pesadillas. Las cuales acabaron formando parte de la película, claro.

Acepta sobornos de un servicio secreto

Así se financió.... Rebelión en la granja (1954)

Es sabido que el escritor inglés George Orwell no tragaba a Stalin, pese a ser comunista, y que escribió su fábula granjera como una sátira de la Revolución Rusa. De ahí que los chicos de la CIA, siempre atentos a toda disparatada maniobra de propaganda, decidieran financiar una adaptación de su película a fin de emplearla en la Guerra Fría. Justo es decir que 'la Compañía' se lo curró: sus agentes no sólo persuadieron a la viuda de Orwell de que les cediera los derechos a cambio de una cita con Clark Gable, sino que además montaron una compleja red de testaferros para que, a todos los efectos, la película figurase como una producción británica.

Inconvenientes: La CIA llevó sus intenciones persuasivas hasta tal punto que añadió un falso final feliz al argumento original. Lo cual no sólo traicionaba vilmente al libro de Orwell, sino que además quedaba como un clamoroso pegote que delataba sus intenciones.

Juégatelo todo en el bingo

Así se financió... Michael Moore (Roger y yo, 1989)

En Hollywood, los intereses creados son legión y tienen extrañas ramificaciones. Huelga decir que, así las cosas, una documental planeado como un acoso sistemático al mandamás de General Motors (para preguntarle por qué estaba dejando en el paro a sus obreros) tiene pocas posibildades de encontrar productores. Michael Moore, por entonces un periodista con un par de grabadoras, encontró una tabla de salvación en el bingo que, todas las semanas, organizaba la parroquia de su barrio. Entre jubilados y catequistas, el futuro firmante de Bowling for Columbine reunió el parné para su filme levantando cartones.

Incovenientes: El bingo es un juego de azar, y como tal es facil perder en él. Si no tienes la misma suerte que Moore, puedes acabar más descapitalizado que El gran Vázquez (el personaje, no la película).

Vende tu colección de cómics

Así se financió... Kevin Smith (Clerks, 1994)

Por muchas películas que dirija, el cineasta friki por excelencia ama más al noveno arte (ese que se dibuja, y que tiene viñetas) más que al séptimo. Por eso, tras haber probado todas las estratagemas posibles, como gastarse el dinero de un crédito universitario o rodar en la misma tienda en la que trabajaba, Smith tuvo que tomar una decisión drástica para acabar su ópera prima: vender una gran porción de su mastodóntico archivo de tebeos. Sospechamos que, en el momento de la transacción, Bob el Silencioso lloró amargamente.

Inconvenientes: Suponemos que Smith habrá podido recuperar gran parte de sus cómics tras el bombazo que fue Clerks, pero ¿y si no hubiera sido así? Ese hueco en sus estanterías debería ser difícil de mirar.

Descubre la religión

Así se financió... Ed Wood Jr. (Plan 9 from Outer Space, 1959)

Gracias a Tim Burton y a Johnny Depp todos conocemos esta historia, pero no está de más recordarla. Resulta que, tras una larga serie de trabajos desastrosos, el supuesto "peor director de la historia" se hallaba sin un duro, para variar, y en busca de productores. Por suerte, se cruzó en su camino la Iglesia Baptista de Beverly Hills, adinerada congregación que quería llevar al cine el libro bíblico de los Hechos de los apóstoles. Wood, que compensaba con labia lo que le faltaba de talento, les convenció de que era mejor rodar una peli de ciencia-ficción para ganar fondos antes de embarcarse en el filme religioso.

Inconvenientes: Si eres poco amigo de las sotanas (protestantes), el requisito previo de bautizarte como miembro de la iglesia puede ser algo antipático. Por otra parte, recordemos que Plan 9... no recaudó ni para cubrir gastos.

Participa en concursos de TV

Así se financió... Santiago Segura (cortometrajes varios)

Dados los espartanos medios que manejó en sus inicios profesionales (para más información, consulta su entrevista para Mi primera película), el futuro autor de Torrente tuvo que llegar a extremos muy serios para financiar cortos como Perturbado y Evilio. En concreto, codearse con Marianico El Corto, Manolo de Vega y otros adláteres en No te rías que es peor, y con Ferrán Rañé y Lluis Homar en Locos por la tele.

Inconvenientes: Todo lo que sale por televisión se queda grabado. Así pues, cuando ya seas un cineasta famoso, no te quejes si vídeos como el que puedes ver arriba surgen como setas.

Ejerce como actor porno

Así se financió... Melvin Van Peebles (Sweet Sweetback's Badasssss Song, 1971)

Seguramente el primer director afroamericano de éxito, Melvin Van Peebles había logrado una buena taquilla en EE UU con su debut Watermelon Man (1966). De modo que la productora Columbia Pictures le ofreció un contrato por tres películas. El director les ofreció el guión de un thriller ultraviolento sobre conflictos raciales... Y el estudio le mandó a hacer puñetas. ¿Cuál fue la respuesta de Van Peebles? Pues darle a su película un giro que le aseguraría, al menos, una buena taquilla: convertirla en una porno. Protagonizada por él mismo, además, y con un generoso préstamo de Bill Cosby para redondear las cuentas.

Inconvenientes: A consecuencias de tanto fornicio, Melvin Van Peebles contrajo una gonorrea que le trajo por la calle de la amargura. Además, empleó a su hijo (y futuro cineasta) Mario Van Peebles en una escena con sexo explícito. El chaval tenía trece años.

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