Cinemanía nº 228

Especial las 100 mejores comedias de todos los tiempos
Cinemanía nº 228
Cinemanía nº 228
Cinemanía nº 228

'Especial las 100 mejores comedias de todos los tiempos'

DIRECTORS’CUT: Aprovecha el momento

1. CARPE DIEM. Por si queda alguna duda, no tienen que levantarse de sus sillas. Ni mucho menos. Mis compañeros ni siquiera dejan de mi- rar sus pantallas cuando entra el director. Un “Buenos días”, así, por lo bajini, y poco más. En las reuniones tampoco se le ocurre a nadie gritarme “Oh, capitán, mi capitán”, aunque también es cierto que nunca sali- mos al patio a recitar poesías mientras chu- tamos un balón. No es eso, no: ser director de una revista de cine tiene otras ventajas. Ser el último en entregar los textos o, por ejemplo, hacer lo que a uno le venga en ga- na con esta carta. Convertirla en un monu- mento al carpe diem, sin ir más lejos.

Y más en un número tan especial como éste en el que CINEMANIA cambia de formato (mejor, más compacto, más mane- jable, más moderno, con más páginas y un papel superior) y renueva su imagen. El director va a estirar el latinajo hasta el infi- nito y así aprovechar el momento para aprovechar el momento para aprovechar el momento. ¿Me explico? Nos liamos la manta a la cabeza con las 100 mejores co- medias de la historia del cine. El género más olvidado, el que nunca se lleva pre- mios, el que nos hace cosquillas: se lo me- rece. Pero, además de presentar el rediseño, sacar lustre a nuestra lista, justificar el No1, defender las otras 99 pelis de vuestras an- danadas y de paso recordar a los ídolos del cine que nos han dejado y brindar por el mejor director de cine español del mo- mento (Salud, Alberto Rodríguez), esto es un homenaje al profesor Keating. Escri- bir sobre todo eso a la vez sin que le corran a uno a gorrazos es la auténtica ventaja de ser director. Y a los que odiéis El club de los poetas muertos, sólo unos días después de la muerte de su protagonista, mala suerte. Seguramente sois los mismos que detestáis a Gwyneth Paltrow, que llamáis novelas gráficas a los cómics y que nunca pedís postre (¿qué os pasa?).

2. RUSO BLANCO. Hace muchos años que en esta redacción practicamos el Dudaísmo, un dogma oficial en varios países. De hecho, cada uno

de los cinemaníacos que hacemos esta revista ya éramos creyentes incluso antes de co- nocer al Nota (The Dude), allá por 1998, cuando se estrenó El gran Lebowski y el cóctel White Russian (2 partes de vodka, 1 parte de licor de café y otra de nata o leche) nos blanqueó los morros. El personaje de Jeff Bridges creado por los hermanos Coen, una especie de Mesías del buen rolli- to, un Bartleby del Taoísmo, es uno de los más grandes iconos del cine. Un tipo tan cool que desde el primer puesto de nuestra lista de comedias puede guiñarle un ojo chandleriano a Lauren Bacall, la femme fatale de El sueño eterno. Ella no era de rusos blancos, pero desde que se enfrentó a Mc- Carthy en la Caza de Brujas también practicaba el Dudaísmo más comprometido.

3. OTRAS 10. Hay otra ventaja de ser director de la revista. Puedo apro- vechar el momento por enésima vez para lanzaros mi lista de 10

comedias favoritas que no aparecen entre las 100 de CINEMANÍA. Ahí van: Rufu- fú y Los inútilesMonicelli y Fellini, dos clásicos italianos; un Jarmusch moderno como Broken Flowers, el triángulo DiCa- prio-Hanks-Spielberg de Atrápame si puedes; El golpe, aunque nadie en la redacción la considerarse una comedia (¿verdad, Lonigen?); La costilla de Adán, a medias entre Spencer Tracy y la Hepburn; el Buenos días cotidiano de los niños de Ozu, La leyenda de la ciudad sin nombre (¡Clint Eastwood –que también honra este número con un musical– y Lee Marvin cantan!), y la mejor comedia de Howards HawksSu juego favorito, con Rock Hudson enseñando a pescar sin tener ni idea. Hasta ahí van nueve. La décima es un Woody Allen coral y demoledor, Desmontando a Harry. En ella retrata al personaje de un actor que empieza a verse borroso en su trabajo y en su vida. Está desenfocado, no se encuentra a sí mismo. Lo interpretaba Robin Williams, que no aparece entre nuestras 100, quizá porque su talento siempre estuvo por encima de la calidad de sus comedias. Se nos fue el señor Keating, pero merece la pena recordar que también fue, en la vida y en la pantalla, aquel actor fuera de foco. Ventajas de ser director.

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