OPINIÓN

Gracias, Señor, por las mesas altas

Gracias, Señor, por las mesas altas
Gracias, Señor, por las mesas altas
Gracias, Señor, por las mesas altas

Tengo ganas de ver la nueva película de Darren Aronofsky con Russell Crowe sobre la vida de Noé. No tanto por conocer cómo fueron los entresijos de la construcción del Arca y cómo la llenó de bichos, vivir la espectacularidad de un diluvio universal en pantalla grande y todas esas cosas, sino por ver en qué clase de mesa se sienta Noé a comer. Sí, ya sé lo que estás pensando: ya está Berto con sus mierdas. Que no te digo que no, pero para mí el mobiliario de salón en la Historia Sagrada es objeto de morbosa curiosidad desde que vi La pasión de Cristo, de Mel Gibson.

Recordemos la película. La trama principal es, estamos de acuerdo, la mayor somanta de palos jamás rodada en celuloide. Una sucesión de guantazos, cadenazos y latigazos que acaban con OJO SPOILER BÍBLICO la crucifixión y muerte del Mesías. Entretanto, Mel Gibson nos va salpicando no sólo con sangre sino con los recuerdos que, entre golpe y golpe, asaltan al torturado Jesús. En uno de esos flashbacks Jesucristo está construyendo una mesa alta. Su madre, María, llega hasta Él y se produce el siguiente diálogo:

María: Esta es ciertamente una mesa alta.

Jesús: Sí.

María: ¿Para quien es?

Jesús: Para un hombre rico.

María: ¿A él le gustará comer de pie?

Jesús: No, él preferirá comer así (Jesús simula sentarse a la mesa): mesa alta, sillas altas. Bueno, las sillas aún no las he hecho.

(La virgen María simula también sentarse a la mesa, torpemente).

María: Esto nunca funcionará.

De hecho, en la misma película, cuando vemos la Última Cena podemos comprobar cómo tanto Jesucristo como los apóstoles se colocan alrededor de una mesa baja, todos ellos sentados en el suelo.

Me sentí como si me hubieran dado un mazazo en la cabeza. Y por culpa de ese dato no pude disfrutar del resto de la película con la concentración que merecía. ¿Jesucristo había inventado las mesas y sillas altas de comedor? ¿Cómo no sabía yo eso? ¿Por qué no había oído hablar del tema en ningún sermón hasta la fecha? ¿Por qué la Iglesia Católica no lo estaba usando en sus homilías? “Recordad, hijos míos, que debemos estar agradecidos a nuestro señor Jesucristo ya que no sólo se sacrificó por todos nosotros sino que también, gracias a su divina creatividad, protegió las lumbares de todas las generaciones de hombres que le sucedieron”.

Tras investigar un poco el tema, descubrí que ésta es una de las pocas escenas de la película que no está basada en lo narrado en ninguno de los evangelios. Es cosecha de Mel Gibson. Y nadie se le enfrentó por el tema. Ningún estamento religioso le afrentó por ello: “Señor Gibson, ¿cómo se atrevió usted a insinuar que el Mesías hiciera tal cosa?”. No, a todo el mundo le vino bien que Jesús de Nazaret no sólo fuera un excelente carpintero sino un vanguardista en su oficio. ¿Quién sabe si también se sacó de su sagrada manga las baquetas de batería y los zuecos?

Así pues ardo en deseos de saber. ¿En qué tipo de sillas y mesas se apoyará Noé para diseñar su arca? ¿Se atreverá Aronofsky a contradecir a Gibson metiendo una mesa alta en al Antiguo Testamento? Nosotros ni siquiera lo sospechamos pero se está librando una cruenta batalla entre directores por establecer la cronología de la invención de los muebles en la Historia Sagrada. Yo voy a estar muy atento, como siempre. Ya os contaré.

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