Cartas cinéfalas: Correspondencia entre Frank Oz y Marlon Brando

Los Ángeles, 4 de marzo de 2000 Querido Marlon:

¿Cómo expresar el entusiasmo que me provoca trabajar contigo? No puedo, es indescriptible. Eres una inspiración para mí: una leyenda viva de la interpretación. Cuando pienso en ti me viene a la mente una gran montaña. Y yo voy a escalar esa montaña y a clavar una bandera en su cima: la bandera del talento. No sé si se entiende la metáfora. No sé, sonaba mejor en mi cabeza. Después de la reunión que tuvimos, me quedé muy tranquilo porque pude notar tu compromiso con el proyecto. Cierto que no hablaste mucho, pero no hizo falta: lo leí en tus ojos. Además, no has perdido ni una pizca de tu magnetismo, sigue intacto.

Estoy deseando empezar con el rodaje, cuento los minutos, porque sin duda va a ser una experiencia increíble. Seguro que aprenderé mucho de ti.

Un abrazo,

Frank.

PD: Cualquier sugerencia que quieras plantearme, no dudes en hacérmela saber.

Omaha, 31 de marzo de 2000

Frank…

Voy a ser muy claro contigo. El otro día, en la reunión, no despegué el pico porque cada vez que te miraba en vez de tu cara veía la de la cerdita Peggy –¿no fuiste tú quien la creó?–. Por lo tanto, tú, para mí, ya no eres un director, sino una puta marioneta. Ya no te puedo tomar en serio. Si por mí fuera, no estaría en tu maldita película, pero, como resulta que ya he plasmado mi rúbrica en el contrato, estoy obligado a hacerla. Llegado a este punto, para que todo sea mas fácil, he decidido trasmitirte dos ideas muy sencillas:

NUNCA TE DIRIJAS A MÍ. Lo que quieras decirme, se lo comunicas a Robert De Niro. Él será tu único interlocutor en lo concerniente a mí. De todas formas, te digo ya que, cuantas menos indicaciones tengas para mí, mejor. 3 NO SE TE OCURRA SACARME DE CUERPO ENTERO. De todas formas, para asegurarme, iré desnudo de cintura para abajo.

QTF*  Marlon

PD: ¿Tú eres de los directores que lloran?* “Que Te Follen”.