Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Un Espanyol de película (y VI)

[Viene de...]

Clichés pericos

Otras dos películas recientes, y de producción catalana, han usado al Espanyol como cliché, con desigual fortuna. El pregón (Dani de la Orden, 2016), la película protagonizada por Andreu Buenafuente y Berto Romero, incluye una oferta que no podrás rechazar… pero sólo si eres hincha del Espanyol. El personaje de Buenafuente en esta comedia de dos hermanos que tuvieron un éxito musical y ahora, años después, ya en el olvido, se reúnen para dar el pregón en su pueblo, se empeña en pagarle el dentista a su hijo, pero a su manera cutre. Ha descubierto que un locutorio oculta también una clínica dental de saldo. Tanto es así que con los aparatos dentales regalan una funda para el móvil… ¡del Espanyol! Algo que, por cierto, el protagonista rechaza a cajas destempladas (“Váyase un poquito a la mierda, hombre”). Buenafuente no es perico. Él se lo pierde.

Un poco menos obvio, encontramos otro detalle en El rey tuerto (Marc Crehuet, 2016), contundente película basada en una exitosa obra de teatro sobre un encuentro muy rompedor (y casual) entre un agente de antidisturbios y la persona a la que destrozó el ojo en una manifestación. El policía, un personaje agresivo, basto, poco cultivado (extraordinario Alain Hernández) que agredió a un civil (también imponente Miqui Esparbé), trasunto del mosso d’esquadra que destrozó el ojo a una manifestante en la vida real, es no sólo futbolero sino también aficionado del Espanyol. Qué dice (“Ya sé de qué te conozco… ¡De la Peña Espanyolista Manigua!”), cómo lo dice y en el momento en que lo dice tiene su gracia. Además, el perico de El rey tuerto es el personaje clave de la función, el que interpela directamente al espectador. En realidad el rey igual no es el tuerto, sino el perico.

Como espanyolistas, podemos (y debemos) aguantar bromas y tópicos más o menos brillantes, simpáticos o afortunados sobre nuestra condición de aficionado minoritario en las películas. No creo mucho en los límites del humor: me río a gusto de mí mismo, incluso. El problema no es el cine. El trauma lo tenemos en la vida real: ahí es donde duele. La falta de ecuanimidad y hasta de respeto en los medios de comunicación, en las redes sociales y en los gestos y declaraciones políticas es una realidad que vuelve a superar a la ficción.

De gato a gato y tiro porque me toca

Pero hay esperanza. Y eso además del detallazo del cineasta Koldo Serra al escoger un Espanyol-Athletic Club de Bilbao de Copa del Rey en Cornellà que acabó 0-2 [una emocionante semifinal, la de 2015, en la que el Espanyol había empatado a 1 gol en San Mamés y afrontaba el partido de vuelta con gran ilusión] como trasfondo para el atraco al banco de 70 Binladens. En esta historia blanquiazul que no tiene fin, lo que comenzó con un gato termina, por ahora, en otro gato. Un gato atrevido y guasón que encuentra su voz en una película sobre cuatro jubilados que se resisten al olvido y que preparan un golpe al zaragozano museo Gargallo y a sus propias vidas. Miau (Ignacio Estaregui, 2018) es una historia de perdedores que exclaman su burla a lo que les rodea con ese gatuno maullido galdosiano. Y eso tiene su traslación futbolística en una escena con Manuel Manquiña, uno de los protagonistas del filme.

Monreal, el personaje del actor gallego que se hizo popular en Airbag, aprovecha, ya que va a un bazar chino (nada que ver con Mr. Chen) a comprar unas cervezas, para enfundarse la camiseta blanquiazul del Espanyol. La flamante zamarra Puma de la temporada 2013/14, concretamente. Es una escena en la que se define al personaje y, pese a no estar ambientada la película en Barcelona, este es un síntoma inequívoco de la personalidad rebelde e indómita del personaje, la que le lleva a formar una de las parejas más curiosas del reciente cine español con José Luis Gil en esta especie de Rufufú maño. El propio director me confesó que la escena estaba ya contemplada en la novela original de Juan Luis Saldaña en la que se basa la película: Hilo musical para una piscifactoría. “Saldaña me dijo algo así como que ser del Espanyol es representar la diferencia en cualquier sitio, es subrayar la identidad y la personalidad, aunque sea siempre a la sombra del grande”. La camiseta blanquiazul ayuda a definir a un personaje valiente. Y este perico que os escribe está muy de acuerdo. Al margen de un cameo en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988), no habíamos vuelto a saber nada de Felix The Cat, pero su primo del Espanyol tiene siete vidas de película. El gato Periquito ha vuelto a maullar en el cine.

Un Espanyol de película (I)

Un Espanyol de película (II)

Un Espanyol de película (III)

Un Espanyol de película (IV)

Un Espanyol de película (V)

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