El gato perico
Pocos clubes de fútbol tienen un vínculo tan directo con el cine en su historia como el Real Club Deportivo Espanyol: nos reconocemos como pericos porque las pequeñas películas animadas de Felix The Cat calaron hondo en la iconografía de los años veinte. Félix, aquel gato antropomórfico que caminaba a dos patas y hacía reír a grandes y pequeños con su capacidad para salirse con la suya traspasó la pantalla desde su primera aparición en 1919 en el corto Feline Follies. Copias de las películas del estudio de animación de Pat Sullivan viajaron por todo el mundo durante aquella década. Y pronto ese gato celebrado en la oscuridad de los teatros y salas de cine saltó a la calle a través de las conversaciones y desde la prensa. Ya había una tira cómica en EE UU desde 1923, año en el que Felix conoció a Charlot con su exitoso cartoon Felix in Hollywood. Y en España, tratando de librarse de los royalties, empezaron a surgir primos de Felix que hicieron fortuna en tiras cómicas y tebeos varios. La imagen de Felix The Cat se convirtió en El Gato Periquito en las publicaciones de la Editorial Marco, en 1927, adaptaciones libres de dibujantes como Regúlez y Martínez Osete. Pero incluso las marcas de chocolates incluían ilustraciones y viñetas con Periquito en sus envoltorios, firmadas por Bofarull y otros ilustradores. Para 1930, instaurada ya esa imagen del gato negro sonriente como representación más común del felino travieso en el imaginario popular, toda caricatura gatuna tenía muchas posibilidades de parecerse a Periquito, el primo ibérico de Felix The Cat.
Tanto fue así, que el semanario deportivo y satírico Xut! dedicó una curiosa portada gatuna el 26 de agosto de 1930. Ricardo Zamora, el ídolo del fútbol español, la estrella blanquiazul que había pasado por el Barça pero regresó al equipo de sus amores, fichaba esta vez por el Real Madrid y el dibujante Valentí Castanys ilustró una portada con cuatro gatos a los que parece no importarles la marcha del crack. Los hermanos De la Riva, Santiago y Genaro, que se alternaron en la presidencia del Espanyol en aquellos años, nunca imaginaron que el club blanco aceptaría una cifra de traspaso de 100.000 pesetas, en lo que se consideró el récord por un traspaso del momento (e incluso de la historia, en términos relativos) en el fútbol español. Esa cifra es la que le ofrecen en la caricatura a Zamora, que se aleja de espaldas, mientras los gatos se quedan solos. Cuatro gatos que se parecen mucho a Felix, alias Periquito, y que comentan que, pase lo que pase, “con Zamora o sin Zamora”, siempre serán los mismos. Pocos, pero contentos. Cuatro gatos Periquitos.
La portada de Xut! (por cierto, durante sus últimos años un semanario “d’esports i cinematografia”) seguramente puso de manifiesto el progresivo crecimiento del FC Barcelona (hasta los años 20 se consideraba que era el Espanyol el club popular), avivado por los conflictos políticos que empezaban a sucederse en Cataluña. Evidenció algo que ya debía ser una pulla constante de los aficionados barcelonistas (a su vez también irónicamente llamados culers) hacia los del Espanyol, que, pocos pero animosos, comenzaron a ser conocidos como los periquitos. Vidas paralelas con el Espanyol, la suerte del gato Félix, así llamado porque ‘felis’ significa gato y ‘felix’ es feliz en latín, empezó a declinar con el nacimiento en los cines del ratón Mickey, en 1929, un pequeño gigante apadrinado por un tal Walt Disney que acabó merendándose al gato cinematográfico que dio nombre a los pericos. Cuatro gatos, sí, pero muy felices. [Continúa]
Un Espanyol de película (y VI)
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