OPINIÓN

'Life Partners': ¿la película definitiva sobre la amistad femenina?

'Life Partners': ¿la película definitiva sobre la amistad femenina?
'Life Partners': ¿la película definitiva sobre la amistad femenina?
'Life Partners': ¿la película definitiva sobre la amistad femenina?

La amistad masculina ha ocupado un lugar tan predominante dentro del desarrollo de la comedia estadounidense de las últimas dos décadas que hasta se acuñó un término específico para etiquetarlas: los bromances. Seguro que sabes perfectamente a qué tipo de películas engloba: suelen ser comedias producidas por Judd Apatow, con gente como Seth Rogen, Jonah Hill, James Franco Paul Rudd de protagonistas.

Virgen a los 40 (Judd Apatow, 2005), De boda en boda (David Dobkin, 2005), Supersalidos (Greg Mottola, 2007), Superfumados (David Gordon Green, 2008), Te quiero, tío (John Hamburg, 2009) o incluso Resacón en Las Vegas (Todd Phillips, 2009) son epítomes variopintos de esta escuela de comedia donde los vínculos afectivos entre varones son centro y motor de la acción. Cuando las mujeres han conseguido abrirse hueco en el muro masculino de la comedia mainstream las relaciones de amistad también han servido de ariete, pero si tomamos de ejemplo títulos señeros como La boda de mi mejor amiga (Paul Feig, 2011), Despedida de soltera (Leslye Headland, 2012) o Una noche fuera de control (Lucia Aniello, 2017) comprobaremos que la mayoría han optado por las despedidas de soltera prenupciales como foco central, prácticamente ignorando cualquier otro prisma o situación vital que pueda darse entre dos amigas.

Mientras que en la televisión reciente el rango de tratamientos parece mayor gracias a una línea que va desde Sexo en Nueva York hasta Broad City pasando por Girls, lo que se ha potenciado en las comedias de cine ha sido el desfase humorístico, con cierta intención de ponerse al mismo nivel que los referentes masculinos en cuanto a escatología, sordidez y comicidad de los fluidos corporales. Nada que objetar, salvo la consabida demanda de mayor variedad que pueda dejar paso a acercamientos tan naturales y cotidianos como el de Life Partners, la ópera prima de la directora y guionista Susanna Fogel.

Estrenada en 2014 –y ausente de toda plataforma de contenidos española, sigh– tras pasar por el Festival de Tribeca, Life Partners fue el debut en el largo de Fogel, quien también escribió el guion junto a su amiga Joni Lefkowitz. Se conocieron en el cambio de siglo cuando asistían a un curso de sketches de humor y se habían hecho inseparables. En 2008 crearon la webserie Joni & Susanna, que, como en los casos de Ilana Glazer Abbi Jacobson (Broad City), Riki Lindhome Kate Micucci (Garfunkel and Oates) o Emily Mortimer Dolly Wells (Doll & Em), partió de una versión exagerada de su relación de amistad para llevarla hacia terrenos universales de comedia.

Ese mismo espíritu semiautobiográfico impulsó la escritura de Life Partners, primero como obra de teatro y después con forma de largometraje. Tras sufrir diversos reveses con el casting, finalmente fueron Leighton Meester Gillian Jacobs las elegidas para interpretar a las dos amigas protagonistas. Recién subidas a la cresta de sus respectivas olas de fama por las series Gossip Girl Community, es posible que ambas desempeñaran sus mejores actuaciones hasta la fecha en esta película, optando por un naturalismo muy poco impostado que dota de profundidad y realismo a la relación de sus personajes basándose en gestos y pequeños detalles.

Sasha (Meester) y Page (Jacobs) son dos mejores amigas de manual; inseparables, en sintonía y comprensiva cada una con los defectos de la otra al menor parpadeo. Siempre han estado juntas, apoyándose entre sí, hasta que una cita poco prometedora acaba emparejando a Page con Tim (Adam Brody), un chico de gustos infantiloides para vestir pero que, al fin y al cabo, es un buenazo. A partir de ahí es fácil adivinar los derroteros por los que transcurrirá la historia: Page empieza a pasar más tiempo con su novio mientras Sasha va pegando tumbos en relaciones esporádicas a las que se aferra mientras ve la amenaza de la treintena asomando por el horizonte.

Sasha es lesbiana y Page hetero, pero sus orientaciones sexuales en ningún momento toman protagonismo en la película. Es uno de los muchos aciertos de Life Partners en cuanto a tono y desarrollo: en vez de estar encaminada programáticamente hacia un mensaje, una voluntad de representación social o ese tipo de andamiajes que suelen levantar hoy en día las ficciones. No, Fogel y Lefkowitz solamente querían contar la historia de dos amigas que se quieren, se enfadan, se reconcilian y se gritan.

Querían contar su vida, la de sus amigas y conciudadanas, a través de secuencias breves centradas en el diálogo y el estudio de personajes; entre los secundarios hay muchos premios para los fans de la comedia: Kate McKinnon, Abby Elliott, Beth Dover, Gabourey Sidibe... También rendir homenaje a una película muy importante, Walking and Talking (1996), la ópera prima de Nicole Holofcener, donde la cineasta expuso su propia experiencia personal de amistad femenina con unos personajes interpretados por Catherine Keener (su actriz fetiche desde entonces) y Anne Hache. 

Walking and Talking fue un estandarte del indie de los 90 poco visto, pero que afortunadamente prendió la mecha para que dos jóvenes amigas fans de Holofcener hicieran su propia película. Me gustaría pensar que lo mismo puede suceder con las espectadoras que vean Life Partners. Que comprueben que hablando de la experiencia personal de lo que significa tener una buena amiga se puede hacer una buena película. No hay tantas de ninguna de las dos.

DANIEL DE PARTEARROYO

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