Las 10 peores películas de zombies de la historia

Tras años de sequía, los fans de las películas de zombies se encuentran ahora en la situación contraria: una saturación del mercado donde, como siempre, domina la mediocridad. Si los muertos vivientes suelen ser legión, ahora también lo son sus películas. La triste realidad es que, salvo los títulos que tenemos todos en mente, las basurillas son las integrantes más numerosas de este ejército de films. Y como en las buenas de verdad estamos todos de acuerdo, es mucho más divertido debatir cuales son las más lamentables. ¿Y qué mejor sitio para discutir sobre el tema que este blog, vuestro querido Crítico de mierda? ¿House of the Dead? ¡JA! No han visto nada. Aquí va mi selección, amigos. Os presento mi...

TOP 10 de las peores películas de zombies

The Alien Dead (1980)

Peliculita de 16 milímetros que sirvió para lanzar la carrera de Fred Olen Ray. Más que una película, una especie de corto de amigotes que confirma la teoría de la relatividad de Einstein: aunque su metraje apenas supera los 70 minutos, la percepción del espectador le dice que lleva ya tres o cuatro horas de tortura. La acción transcurre en Oviedo (Florida), y está repleta de diálogos redundantes que no llegan a ninguna parte, actuaciones vergonzantes por parte de los paletos del pueblo y un Buster Crabbe perdidísimo buscando el asilo. El doblaje engaña y nos roba las voces y acentos originales, que son de no perdérselos. Aún así, la colocamos en último lugar por ser una obra sacada adelante a base de insistencia y riesgo: hacerla tiene su mérito. Tragársela enterita, también. Si el propio Olen Ray echa pestes de ella… ¡que voy a decir yo!

Survival of the Dead (2010)

Sí, sí. Hacer una basura cuando es tu primera película, poco dinero y nadie te conoce es perdonable. Hacer una basura cuando eres el creador del subgénero y tienes a todos los fans pendientes de tu film tiene mucho delito. George A. Romero renuncia a aportar nada nuevo o intentar hacer avanzar su propio universo, golpeándonos en la cabeza una y otra vez con sus mensajes y sus sensibilidades sociales (el término anvilitious viene de perlas aquí). Y con criajo odioso y todo. Romero, el George Lucas del horror.

La tumba de los muertos vivientes (1983)

Las aportaciones hispanas (o semi-hispanas) al género son lamentables en un 95%. Bien podríamos haber puesto por aquí La invasión de los zombies atómicos o Apocalipsis Caníbal... Pero me decanto por esta por ser poco más que un vídeo de vacaciones por marruecos con un par de zombies dando vueltas. Gracias al doblaje la experiencia se convierte en un carnaval de risas, aunque hasta eso pierde la gracia. Si les gusta ver planos larguísimos de lagos y dunas no lo duden, esta es su película. Si prefieren su cine de zombies on algo de ritmo, sangre o... zombies, mejor manténgase lejos. Apúntense a clases de tango o mejor, cocinen espinacas. Aunque las destesten, será mejor que perder el tiempo con esto.

Los hijos de los Muertos Vivientes (Children of the Dead, 2001)

Cedo la palabra a Fernando Valdés de Zombi.blogia: “cuando vi su carátula con Tom Savini en la portada y el nombre de John Russo como productor me decidí a comprarla sin haber investigado antes, y sin percatarme de que el apellido Hinzman andaba de por medio... Eran otros tiempos, debo aducir en mi defensa. El bueno de Savini, amén de que parece que actuar bajo el influjo de media docena de lexatines, apenas dura cinco minutos, los primeros, en la pantalla. Ahora, cómo me salta este hombre de culo sobre los capós, de qué forma tan innecesaria a la par que elegante". Y añado yo: John Hinzman: como vivir del cuento de ser el primer zombie durante 40 años.

Return of the Living Dead 3 y 4

Posición concedida ex aequo para las últimas entregas de una saga nacida a raíz de la mejor película de zombies de los 80. Retomada la franquicia en el nuevo milenio por parte de unos productores sin escrúpulos (como siempre), estos dos cagarros rodados en Rumanía deberían hacer que, esta vez sí, toda España saliera a la calle. En la primera, un grupo de chavales americanos se cuela como pedro por su casa en una protegidísima base de una malvada corporación donde experimentan con unos bidones tóxicos obtenidos en Chernóbil. ¿Para cuando unos chapapote zombies? La segunda es ya la repanocha: ¡una rave que acaba en masacre zombie! Y lo peor es que esta última es ligeramente más soportable que la primera. Quizá lo más insultante para los fans de la original es que ni siquiera se respetan las reglas establecidas en las tres primeras películas, con zombies que mueren de disparos en el pecho, otros que comen cualquier cosa y no cerebros, gente que no es afectada por la trioxina… Dos mierdas como dos pianos, señores. A Chernóbil les mandaba yo, pero de verdad.

Cualquier película de zombies moteros

Mira que sobre el papel mola la idea, ¿eh? Unir dos sugéneros tan queridos dentro de la exploitation debería dar buenos resultados. Y de eso nada: más bien lo que conseguimos es un megabodrio que, al contrario de lo que afirma Milley Cyrus, une lo peor de dos mundos. Pues de eso nada: los resultados merecen ir directamente al cajón de arena de mi gato y ser enterrados junto al resto de cacas. Para tragarse Psychomanía hay que ser un gran fan de la psicodelia y la flema inglesa. Mucho peor, como de costumbre, fue la intentona de la Troma con Chopper Chicks go to Zombietown, (1979) típica película mala adrede pero sin gracia ni fuste, como casi todas las de la productora. Seguro que Billy Bob Thorton querría eliminar de su curriculum. Por el mismo camino tira Biker Zombies from Detroit, aún más amateur que estas y con ese rollo tan detestable de "mala aposta", sin una gota de intención de hacer nada salvo conseguir que su director ligue presumiendo de ser director de cine. Si lo consiguió, al menos sirvió para algo.

Escalofrío (The Chilling, 1990)

Tremendo bodrio que nos advierte de los peligros de guardar alimentos frescos en la nevera. Creo que se podría decir que es la peor película de la filmografía de Linda Blair, que es como hablar de la peor canción de Bustamante: un abismo profundo e insondable cuya exploración sólo puede llevar a la locura y la desesperación. Aquí los zombies son gente criogenizada que despierta por una tormenta y se vuelven de color verde (¿?). El proceso de congelación es curioso, ya que incluye retractilar al personal en papel Albal, para que se conserven fresquitos y crujientes desde el primer mordisco. Al menos tienen con que envolver el bocadillo (de pechuga de rubia, en este caso). Las caretas de goma de los protagonistas es lo de menos: posiblemente tenga algunos de los diálogos más imbéciles de la historia del cine. Sí, sí, peores que los de Tesis y todo.

Zombie night (2003)

¿Qué tendrán los muertos vivientes que atraen a tanto aspirante de cineasta se anime a estrenarse con estos? La número de “producciones” de cine semi-amateur dentro del género es abrumador, aunque pocas tan nefastas como esta Zombie Night. El argumento: un grupo de supervivientes se encierran en un garaje y nada, a caer uno por uno. Zombie Night es uno de esos ejemplos de “narrativa Pokémon”: personajes van dando vueltas por ahí encontrándose con otros supervivientes de manera fortuita, como esa gente que se dedica a dar vueltas por el bosque del juego buscando combates para subir la experiencia. La plaga, como siempre, no es explicada, aunque sospecho que bien pudieran haber muerto de aburrimiento si vieron este desecho sin historia ni climax ni personajes ni absolutamente nada a su favor. Lo más destacable es que el director convenció a nada menos que tres de las actrices para enseñaran las tetas, todo un logro en una “película” de micropresupuesto. Ni por esas: les tendría que dar vergüenza desnudarse para semejante bodrio. ¡Al infierno de cabeza!

Sevillian Zombies (2000)

Si Sevillian Zombies se hubiera quedado como proyecto de un colega, una de esas cosas que se ponen solo a los amiguetes cuando vienen de visita, pues no pasaba nada. Pero la cosa fue a más y la película acabó teniendo distribución en DVD, exhibida en festivales y muestras y hasta vendida al extranjero. El argumento: hay zombies por Sevilla y una panda cazadores de zombies con pintas de roleros los cazan. Su infrapresupuesto no es excusa para que el resultado sea un plomizo y soporífero mamotreto de debe de durar 180 minutos o así, con diálogos ininteligibles, situaciones de vergüenza ajena (¡ese peloteo a 2000 maníacos!) y el peor montaje que se recuerda. Hasta la aparición de Leonardo Dantés, el verdadero highlight de la película, queda larga y aburre. FAIL.

Las noches del terror (La Notti del Tierore, 1980)

Una de las películas más WTF que podrán ver en su vida, repleta de personajes antipáticos o directamente odiosos y situaciones enfermizas que no se sabe de donde salen. Una antigua maldición etrusca despierta a unos muertos que darán buena cuenta de varias parejas dedicadas a perder el tiempo retozando en un castillo. La cantidad de imbecilidades que pueblan la película y su ritmo plomizo, situaciones absurdas y personajes completamente detestables la convierten una experiencia difícilmente disfrutable, donde las cosas pasan por que sí. Tiene momentos realmente enfermizos, como la aparición del extrañísimo niño-enano con complejo de Edipo que la hacen aún más delirante. Ni la excusa del vídeo tiene, que aquí se gastó caro celuloide en abundancia.

Hala, ahí lo tienen, mi selección de lo peorcito que he visto. Y como les conozco, seguro que ahora van y se ponen a bajarse las que no conozcan y a organizar una maratón con los amigos. Así va el país. ¡Que lleguen ya los zombies y se nos lleven a todos!

José Viruete