OPINIÓN

Hulk vs Thor: la versión de los 80

Hulk vs Thor: la versión de los 80
Hulk vs Thor: la versión de los 80
Hulk vs Thor: la versión de los 80

Vuelve Thor. Y se trae al coloso esmeralda, El increíble Hulk, como compañero de aventuras. Desde siempre, los dos personajes más fuertes del universo Marvel guardan una extraña relación. Su rivalidad está más que documentada a lo largo de la historia de los comics. Y… no es la primera vez que se enfrentan en el cine. Más o menos.

La serie de Hulk terminó en 1982, pero probó ser popular en las reposiciones, además de seguir vendiéndose por todo el mundo. New World Pictures, propietaria de Marvel Comics en los 80, decidieron resucitar la serie y sacar adelante un telefilme que reuniera a los protagonistas de la serie. La cosa fructificó en 1988, cuando se emitió El retorno del increíble Hulk en la ABC americana. Y como había que celebrar el regreso por todo lo alto, se decidió enfrentarle, precisamente, a su gran rival en fuerza. A Thor el Poderoso.

Claro que este Thor era un poco diferente. Y un poco puñetero. Resulta que Don Blake, un antiguo alumno de Bruce Banner, se encontró un esqueleto allá por Escandinavia. Como el esqueleto tenía un martillo hizo lo que todo el mundo hubiera hecho, y al coger el martillo, despertó a Thor. Ahora puede ordenar cosas al dios del trueno, ahora condenado a estar en la tierra por Odin.

Hulk vs Thor: la versión de los 80

Bruce y Donald se encuentran. El señor Banner vive ahora muy tranquilo. Lleva dos años sin convertirse en Hulk, e investiga en un laboratorio cómo librarse de su maldición. Además tiene una novia que sabe que David hace “unos años” que no tiene un arrebato… aunque no sabe de qué. Igual piensa que es un maltratador o un drogadicto. Tampoco suena muy bien, pero bueno: tendrá vocación de madre rescatadora.

En estas que se encuentra con su alumno Donald, que le enseña cómo puede invocar a Thor: pillando el martillo y gritando OOOOODÍIIIIN como si fuera un hooligan alelado.

Lo malo: que este Thor es un individuo insufrible y se lía a vacilar a David Banner. Efectivamente, demuestra que es un merluzo integral y que el castigo de Odín es bien merecido. Con tanto vacile, empuja al científico a unos generadores, se lleva una descarga eléctrica y hale: Hulk vuelve y se pone a darse de tortas con Thor en una pelea épica… un tanto decepcionante. El Martillo de Thor se lanza como si un profesor tirando una tiza. Thor utiliza el Mjorlin para empujar cosas y que no estorben. Hulk , a lo suyo, a flexionar músculos cual estreñido en la taza.

Este Thor, por cierto, tiene sus fallos y sus aciertos. El aspecto es muy diferente al del cómic: no lleva capa, lleva unas pieles (que bueno, puede tener sentido)… más que el uniforme de un héroe, es el de un vikingo random. Puede tener cierta coherencia con el origen del personaje, pero es aburrido y… el tipo no es especialmente imponente. ¡Si mide lo mismo que el bueno de Don Blake! Como Thor es bastante regulero. Del martillo, ya os decimos: parece menos potente que el del Chapulín Colorado.

Por suerte o por desgracia, es la única gran batalla del dúo. Don consigue acercarse a Thor, que vive frustrado porque su padre le echara de la Valhalla. Lo de no poder vivir en el mundo normal salvo cuando le invocan le da más igual. Que le llamen cuando haya nuevos episodios de Juego de Tronos, y mientas, que le dejen dormir.

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Lógicamente, hay que crear una amenaza para que los dos héroes se unan y dejen al lado sus diferencias. ¿Un villano aún más poderoso? ¿Un ejército de malhechores? ¿Una catástrofe natural?

Nada de eso: simplemente vienen unos gangsters que secuestran a la novia de Banner y exigen que le entreguen la máquina esa que estaba construyendo para usarla de arma y venderla. Los dos se transforman, atizan a los malvados y fin. Banner se vuelve a vagar por ahí y Thor está dispuesto a luchar por el bien junto a Donald Blake.

Aunque el presupuesto del telefilm es bastante superior al de un episodio de Hulk, no deja de tener unos recursos bastante limitados. Con lo cual el grueso del film es David Banner hablando por ahí en laboratorios y poco más. Una vez ya hemos presenciado el primer encuentro entre los seres poderosos… el film se queda sin mucho que enseñarnos.

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Como siempre, Lou Ferrigno pintado de verde es un efecto especial en sí mismo (y en realidad, sigue molando bastante), pero en realidad, varias de sus apariciones son imágenes de archivo, en pesadillas de Banner, y nos ahorramos unos durillos.

Las apariciones de Thor son un poco decepcionantes por lo antes expuesto. Apenas da unas hostias a los malos, el martillo es un puto chiste y sigo viendo al actor un pelín bajito. Eso sí: el tipo no lo hace del todo mal y las escenas de “pez fuera del agua” no están mal. Aunque haga cosas tan ridículas como querer abrir una lata de cerveza con un cuchillo.

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Al final, aunque New World quería un regreso por todo lo alto del personaje, la cosa se queda muy a medias. Este Hulk vs Thor ejemplifica lo peor de este tipo de telefilmes: no hay medios para sacar a un personaje como Thor y… ni se intenta. Y encima se le hace quedar como un capullo.

Eso sí: el buen recuerdo de la serie de Hulk consiguió que fuera un éxito de audiencia y se produjeran más telefilms, con resultados semejantes. Al menos con Daredevil no tuvieron que cambiar tanto al personaje.

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