Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

El Tony Soprano del gol

El Tony Soprano del gol
El Tony Soprano del gol
El Tony Soprano del gol

Todos los que acabaron desconcertados (o cabreados, que de todo hubo) porque pensaban que esa obra maestra de la cultura popular llamada 'Los Soprano' tenía un final abierto deberían conocer a Giorgio Chinaglia. Si todavía les cabe alguna duda de cómo podía terminar la vida de Tony Soprano después de zamparse el cestaño de aros de cebolla con su familia; la muerte de este ex futbolista, mito de la Lazio de los 70 y leyenda del Cosmos de Nueva York, nos da una pista de la vida perra que le esperaba al personaje creado por David Chase e interpretado por James Gandolfini.

Nacido en Carrara, como el mármol, en 1947, creció en Gales, marcado por la perrería del emigrante al que jodieron durante su juventud y luego vuelve a su tierra para acabar triunfando. El orgullo de goleador, egoista y pendenciero marcó su vida deportiva, la de un tanque con buenos recursos técnicos, un delantero centro al que su carácter le dio todo lo que fue y a la vez le impidió llegar más alto. La necrológica del diario El País resume muy bien lo que fue su carrera: debut en el Swansea, paso por equipos pequeños antes de llegar al Lazio más pistolero de la historia, fracaso con su selección en el Mundial de Alemania'74 y huída hacia adelante en el Cosmos de Nueva York de Pelé, al que le quitó esos míticos apellidos para convertirlo en el Cosmos de Chinaglia. Esa fue su obsesión. Esa y la de regresar a la Lazio por la puerta grande para mezclarlo con sus turbios negocios.

El Tony Soprano del gol

Los paralelismos con Tony Soprano no acaban en la foto. Perseguido por los jueces italianos, se refugió en EE UU, un país al que Italia solicitó su extradición por varios delitos. Así, entre problemas con la justicia y sospechas de tratos con la mafia, medio oculto en la Florida para jubilados, falleció de un infarto un hombre que tuvo una vida de película. Tanto es así que, además de darnos una pista de lo que podría haber pasado con el capo de los Soprano, Chinaglia se empeñó en convertir el sensacional filme documental (basado en el libro de Gavin Newsham) sobre la historia del Cosmos (Once in a Lifetime: The Extraordinary Story of The New York Cosmos) en una película sobre el mismo. Lo mejor de todo es que casi lo consigue [aquí debajo va un corte de la película absolutamente revelador]. Porque su presencia tenebrosa, la némesis de todo lo que Pelé representa (aunque nos dén arcadas con su pose de relaciones públicas de sí mismo), es adictiva. Igual que nos pasa con Tony Soprano, mola engancharse al malo de la peli.

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