Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

El rey sin corona

El rey sin corona
El rey sin corona
El rey sin corona

Mi amigo Manuel Piñón se iba de viaje a Estambul, a cubrir el rodaje de las últimas escenas de la nueva película de James Bond, Skyfall. Y yo tenía un encargo para él:

–“Manu, si por casualidad pasas por alguna librería en Estambul, ¿me puedes traer algún libro de fútbol?”.

–“Pero… estarán en turco”, me contestó. Además de amigo, Manu, como buen periodista, es muy perspicaz.

Colecciono libros de fútbol desde que mi padre me regaló aquel libro verde de los mundiales que editó Josep Maria Casanovas en sus años mozos justo antes de España’82. Además de todos los volúmenes en castellano que puedo, siempre que viajo, procuro comprar algún libro de fútbol del país que visito. Si está en una lengua que comprendo, mejor, pero si no, me dedico a mirar los santos y ver si puedo encontrar algo por ahí (alguna foto, algún nombre, qué sé yo) que me llame la atención. Algo siempre se puede descubrir.

Manu me trajo un libro de Estambul. En turco. Lamentablemente, no entiendo una sola palabra en ese idioma. Galatasaray, Fenerbahce, Besiktas, Trabzonspor y Efes Pilsen no cuentan. El libro, en edición de bolsillo, se titula Onun Gibisi Gelmedi, y su subtítulo es Memleket Futbolundan Portreler. No tiene casi fotos (Manu no quiso arriesgar y me trajo un libro barato, que por cierto, aún no le he pagado), y la primera ojeada/hojeada me dejó la impresión de que contaba anécdotas de varios futbolistas, uno por capítulo. Alguno de ellos me quería sonar, pero no conocía realmente a ninguno. Busqué en internet una traducción orientativa del título, y vendría a ser algo así como Ninguno fue como ellos, subtitulado como Retratos del fútbol turco.

El rey sin corona

Luego, por curiosidad malsana, empecé a buscar en Wikipedia los nombres de los futbolistas de cada capítulo. Algunos ni aparecían. Otros, sólo en turco. Todos eran viejas glorias de los grandes equipos del fútbol otomano, desde los años 30 y 40, hasta alguno de los años 80. Del que más datos pude encontrar fue de un tal Metin Oktay, que era en realidad el único del que había oído hablar. Oktay es una leyenda del Galatasaray y de la selección turca de los años 60. Con el 10 a la espalda, era un gran goleador, un especialista en marcar en los derbis frente al Fenerbahce: fue varias veces pichichi de la Liga turca y ostentó durante años el récord de goles en su club y en la selección (19 goles en 36 partidos). Wikipedia cuenta incluso que la Ciudad Deportiva del Galatasaray en Florya, a las afueras de Estambul, lleva su nombre. Hasta ahí, todo bien.

Pero lo más gracioso es que Oktay tiene otra plusmarca en su haber, y esa sí que colmaba mi friquismo futbolerocinéfilo: Oktay fue el primer futbolista turco (y no se conoce otro que le haya igualado aún) en interpretarse a sí mismo en un biopic sobre su carrera. En 1965, el cineasta Atif Yilmaz dirigió una película sobre la vida de Metin Oktay titulada Taçsiz kral (El rey sin corona). Nacido en Izmir en 1936, Oktay llegó al Galatasaray con 19 años y muy pronto revolucionó el fútbol turco. En 1960 firmó su primer contrato millonario con el club, cosa que le provocó el divorcio de su esposa, empeñada en que volviese al Izmirspor, el equipo de su ciudad natal. Esa parece ser una de las historias recurrentes de la película, que está en YouTube [abajo la tenéis, por si os pica la curiosidad], sin subtítulos en español ni en inglés, y aparenta ser un melodramón muy de la época, con muchas similitudes con Once pares de botas, ese peliculón que protagonizó José Suárez (que recuerda bastante físicamente a Oktay, y eso que la película española es una década anterior) con las estrellas de nuestro fútbol.

El rey sin corona

La ascensión al estrellato desde la infancia, con la ilusión del fútbol en estado puro amenazada por el entorno, la figura del padre empeñado en que su hijo triunfe, los directivos de los clubes que quieren aprovecharse de él y, sobre todo, la presencia de una rubia (la mala), mujer con la que se casa y que le lleva por el mal camino de los vicios, la noche y el interés por el dinero; y una morena (la buena), que es el amor de su vida, son los principales elementos de este drama carpetovetónico con unas escenas de fútbol absolutamente rústicas, en las que Oktay hace ímprobos esfuerzos por resultar creíble, con insertos chirriantes sobre partidos reales. Todos los tópicos del fútbol y el cine popular están aquí reunidos, incluida la actuación musical en un restaurante folklórico. Lo mejor es haber descubierto cómo los aficionados turcos ya llevaban bengalas (antorchas más bien, diría yo) a los derbis de antaño. El infierno turco ya existía en 1965. Porque lo de la enfermedad a lo Pollyanna, con cura milagrosa final, eso no tiene perdón de Alá.

Oktay, que además jugó una temporada en el Palermo, se retiró en 1969 y, tras unos años como entrenador en el Bursaspor, llegó a ser directivo del Galatasaray. Falleció el 13 de septiembre de 1991, en un trágico accidente de automóvil. Ese mismo día, año tras año, la plantilla del Galatasaray visita la tumba del rey sin corona, un futbolista de película.

Habrá que seguir comprando libros de fútbol, aunque estén en turco.

[Aquí os dejo la película. Un hallazgo]

Sigue 'Fútbol y Cine' en TWITTER

Todos los días, a todas horas, noticias de cine y series en CINEMANÍA.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento